'Generación Tocata' reúne a 2.400 almas nostálgicas de los 80 en Miribilla: La Guardia, Samantha Fox...
Fueron 16 actuaciones, tres en directo y trece con pregrabados. Destacaron Boney M., Vicky Larraz, Gonzalo y Javier Ojeda. Los menos mágicos fueron Kaoma, P. Lion y Fancy.
Transcurrieron como un suspiro las tres horas y media pasaditas (217 minutos, de 21 h a 24.37 h) del show 'Generación Tocata', un cartel ... itinerante por toda España que este sábado noche encadenó 16 actuaciones en Miribilla. No hubo ningún parón, ninguno, porque en los cambios de escenario salía un presentador, el radiofónico Tony Miranda, contaba algunas pinceladas del siguiente actuante, y la rueda seguía girando. Esta es una iniciativa o empresa del DJ Javier Ussía, el responsable de los discos 'Max Mix' («tiene más de cien discos, ¿eh?», señaló el presentador Miranda, y «los discos de 'Max Mix', ¡como si eso fuese una cosa buena!», juzgó sin ironía el springsteeniano Óscar Esteban), un Ussía que prometió volver a Bilbao «si vosotros queréis». Ah, el nombre proviene de 'Tocata', el programa sabatino de música emitido por TVE entre 1983 y 1987, 163 programas en total.
Pues ya decimos que la cosa estuvo bien. Los conciertos fueron non stop, o sea que no pararon. Además no daba tiempo a aburrirse de ninguno porque eran cortos (10-12 minutos la mayoría, más largo el último de Boney M. Experience), y encima cada dos por tres salía un ballet mixto a amenizar con coreografías y vestuarios distintos las actuaciones con playback musical (y vocal de fondo, aunque se supone que cantaban, no sólo porque por momentos desafinaron un poco Vicky Larraz y Samantha Foz).
La velada comenzó con los tres conciertos guitarreros, en directo absoluto. Siempre con la banda base de La Guardia (dos guitarras, bajo y batería) apoyando a tres cantantes distintos: abrió fuego el peor vestido de la llamémosla 'pléyade de artistas', el madrileño Javier Andreu, líder del grupo de rock vaquero La Frontera, que salió a escena con una camiseta negra vulgar cuando suele lucir chulas camisas de cowboy, aunque Andreu ayer cantó muy bien y dejó el pabellón alto con 'Judas el miserable' y su gran hit 'El límite'.
Siguió el hiperactivo Javier Ojeda, de Danza Invisible, elegantísimo con su chaqueta de cuadros, quien presumió de hablar inglés, cantó 'Sabor de amor' y su versión de Van Morrison 'A este lado de la carretera', y corrió por el escenario, brincó, abrazó a los músicos, se asomó al borde del tablado, alzó los brazos, y subió a la plataforma de la batería, desde la que saltó como de un trampolín, claro.
Y con una chupa de leopardo rosa salió Manuel España, líder de La Guardia, para hacer corear en pleno al pabellón en tres piezas muy melódicas, orgánicas y camperas: en la onda de Los Secretos del country rock 'Mil calles llevan hacia ti' y 'El mundo tras el cristal', y más roquera 'Cuando brille el sol' (estas son las tres canciones suyas más escuchadas en Spotify).
Y se retiraron todos los instrumentos de delante, pues la música a partir de entonces sonaría pregrabada (o sea en playback), y así liberaron espacio para que evolucionara el ballet de la gira 'Generación Tocata' (que es de Bilbao, dijo el presentador Miranda). Tomaron la escena las reactivadas Baccara, bueno, uno de los dos grupos que funcionan con el mismo nombre (en este figuran Cristina Sevilla y Helen de Quiroga, ninguna original), cantaron dos clásicos suyos ('Sorry, I'm a lady' y para acabar su megahit 'Yes sir, I can boogie', ambos temas de 1977, antes de los 80) y presentaron una novedad ('Vamos al cielo', de 2024, y con buen uso de la pantalla de fondo).
Vicky Larraz, ex cantante de Olé Olé (la sucedió Marta Sánchez), estuvo estupenda en su intervención. Y eso que cuando la vimos en el BEC, rodeados por 10.000 almas, en abril de 2023, en el similar show exploitation 'Yo fue a EGB', ella y Sabrina fueron las que ofrecieron las actuaciones menos destacables. Por cierto, en ese día el presentador del BEC, José Corbacho, afirmó que estábamos ante «una gran diva que se despide con esta gira». Vicky tenía 60 años, y a los 62 y con ese tour terminado ella sigue en activo. En Miribilla cantó las mismas 4 canciones del BEC y en 17 minutos: 'Bailando sin salir de casa' (aquí desafinó levemente), la festiva 'Bravo samurái' (con la que se presentó al festival de la OTI en 1987), 'Voy a mil' (tan intensa como Mónica Naranjo), y 'No controles' (cuando pidió que se encendieran las luces de los móviles).
Kaoma, el grupo francés del hit bailable 'Lambada', pasaron sin dejar honda huella. La huella que sí imprimió Gonzalo, un ex sex symbol (como muchos esa noche), quien tras el eurodisco pasional 'Quién piensa en ti' protagonizó la interpretación por excelencia del sábado noche con 'Bellísimo', una imitación a italianos tipo Sandro Giacobbe, un recitado rabioso en gradación con la emoción a flor de piel y un final con risotadas a lo Raphael. Seguidamente Azul Y Negro, muy mayores, más que Los Sirex casi, sacaron los teclados, ¡pero no los enchufaron!, y con ellos de atrezo revisaron sus dos temas más famosos: 'Me vuelvo loco' y 'Con los dedos de una mano', sendas sintonías de la Vuelta Ciclista a España en 1982 y 1983.
Fornido y calvo salió a escena Iván, ex guaperas que contó que había venido hace poco con la familia a Bilbao, con su nieto de dos años. Interactuando con el ballet cantó moviéndose por la escena dos temas: 'Baila', en plan Tino Casal (el tema de la Vuelta Ciclista de 1985, informó), y el eurodisco 'Fotonovela', con el Iván de antaño semejante a Bowie en la pantalla de fondo. La británica Katrina, la de & The Waves, pareció aprovechar más el playback, aunque gritaba en vivo. Arrancó suave, coral, comunitaria y hippie o parroquial con 'Love shine a light' (con el que participó en Eurovisión 1997), y se animó más con su hit 'Walking on sunshine'.
Mucho mejor papel tuvo la entregada italiana Fiordaliso, que nos contó que su hermano se había casado con una chica de Bilbao, presente en el Pabellón. Ella cantó dos temas intensos: 'Sola no, yo no sé estar', un rock a lo Malú / Mónica Naranjo, y su gran éxito 'Yo no te pido la luna', un soul italiano con la pantalla mostrando imágenes pixeladas, o sea imperfectas.
Los Gibson Brothers, de la Martinica francesa, dieron un show bailón, discotequero y latino de gala televisiva ('Cuba', quiero bailar la salsaaaa, y 'Qué será mi vida'), luego el italiano P. Lion, un dandy maduro, se movió poco en escena («vosotros bailáis mejor que yo, que no soy bailarín», alegó sabedor de su poca movilidad), y le quedó mejor su gran hit 'Happy children' que 'Dream'. Fue de lo menos memorable del cartel, y el más olvidable de la velada sería el alemán Fancy («¡si se parece a Yoko Ono!», observó Óscar escena nada más verle salir a escena), que reprodujo 'Bolero' y 'Flames of love'.
Luego tuvo lugar la penúltima actuación, a las 23.47 horas, la de la sex symbol Samantha Fox, que en 15 minutos hizo 3 piezas, y una pena que se dejara en el tintero 'La isla bonita' (la de Madonna), consignada en el setlist. Bajita, sin las curvas de antaño, rubia y currante en la coreografía aeróbica, en su primera actuación del año repasó sus tres canciones más populares en Spotify: 'Nothing's gonna stop me now' (8 millones de escuchas), 'I only wanna be with you' (8 millones también, una mezcla entre el 'Locomotion' y una pieza de Visage en el eurodisco), y, tras quitarse la chupa (entonces vimos que tenía una camiseta de Walter Lure, el difunto miembro de The Heartbreakers), acabó con 'Touch me (I want your body)' (51 millones de escuchas; en vivo sonó en plan el funk comercial de película de los 80, tipo 'Ghostbusters').
Y para acabar con el show 'Generación Tocata' dejaron el pabellón por todo lo alto Boney M. Experience, parece ser que basados en Italia y con componentes de la marca original de del productor alemán Frank Farian, creador de este grupo, quien incluso estando en vida permitía, mediante pago, que otros grupos actuaran con el nombre de Boney M., con la condición de que no grabaran. El presentador Tony Miranda dijo que Boney M. tuvieron 7 números 1 mundiales consecutivos, y este grupo cantó 8 piezas en 34 minutos (repitiendo 'Rasputin', lo que parece les pilló de sorpresa también a ellos; es lo que tiene disparar de repente los pregrabados cuando no hay nadie tocando). Estuvieron divertidos, llegaron a danzar con el ballet bilbaíno, el hombre del cuarteto, Mr Dazz, bailaba tan genial que dio una pirueta en el aire, las dos mejores canciones fueron 'Gotta go home' (en plan Abba tecnotrónicos) y 'Daddy cool' (esta inoculó el virus del baile a todo el pabellón), y también les quedaron bien 'Ma Baker', 'Rasputin' y 'Rivers of Babylon'.
Y por el final comentó el amigo Óscar Esteban: «Me flipa que las chicas del ballet lleven más de tres horas bailando coreografías memorizadas». ¡Las chicas y los chicos, que es un ballet mixto!
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