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ROCK VASCO

Rafa Rueda: «2020 no ha sido un año perdido»

El músico de carrera y exlíder de Pi L.T. ahonda en la sensibilidad pop en su nuevo disco, 'Rueda', acústico aunque elaborado mano a mano con la electrónica de Jon Aguirrezabalaga

Miércoles, 3 de febrero 2021, 15:33

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Rafa Rueda (Mungia, 1972), músico de conservatorio y ahora profesor de guitarra, antaño líder de Pi L.T. (los del hit 'Hil da Jainkoa') y hogaño escudero de Mikel Urdangarin, ha publicado un nuevo álbum a su nombre titulado simplemente 'Rueda' (Zart, se puede oír en Spotify) y en el que ahonda en su sensibilidad pop más introspectiva. Es un opus acústico, aunque del acompañamiento a la electrónica no invasiva se encarga el ex WAS Jon Aguirrezabalaga. Las ocho canciones, con textos ajenos (uno de Sarrionaindia), oscilan entre el folk pop arropador a lo Devendra Banhart e incluso Itoiz, y el tecno flotante y atmosférico de herencia británica, pues de ahí provienen gran parte de las influencias de Rafa Rueda, quien a partir de ahora desea presentarse con el nombre de Rueda, sin más.

- ¿Dónde vives y qué haces cada día? ¿Un día como ayer martes?

- Vivo en Mungia desde hace dos años y en mi día a día las mañanas las dedico a asuntos domésticos, a ensayar y a hacer algo de deporte. Las tardes son más de estudio, exceptuando lunes y martes que doy clase de guitarra eléctrica en la escuela de música de Mungia.

- Eso, se te conoce como guitarrista. ¿Cuántas guitarras tienes, cuál es la más cara y cuál es tu favorita?

- No sé cuántas tengo, pero son bastantes. Tampoco sé cuál es la más cara. Y lo de las preferencias va cambiando según la época. Ahora estoy utilizando bastante una Fender Jazzmaster.

- Sabía que no ibas a decir el precio de la más cara. ¿Has tocado mucho la guitarra durante el confinamiento?

- No mucho más de lo que suelo hacerlo normalmente. Gran parte de mi trabajo lo hago desde casa, por lo tanto el confinamiento no ha variado mucho mis hábitos en ese aspecto.

- ¿Consideras que 2020 ha sido un año perdido?

- No ha sido un año perdido y se verá con más claridad cuando tengamos un poco de perspectiva. Estamos viviendo algo que nunca olvidaremos y, aun siendo algo que nunca hubiéramos deseado vivir, está siendo una fuente de experiencias que debería hacernos afrontar el futuro con más herramientas de las que hemos dispuesto hasta ahora. De todo este desastre saldrán cosas muy positivas. Eso sí, a un precio muy, muy alto.

- El año pasado al menos tú has sacado un disco nuevo a tu nombre. Lo presentaste en la feria de Durango. La Azoka de 2020 económicamente no ha sido comparable a otras ediciones en las que ha habido mercadillo, stands, gentío y ventas físicas in situ, ¿verdad?

- No ha tenido nada que ver, pero tampoco ha sido la debacle que algunos vaticinaban. Dentro de sus posibilidades, la gente ha respondido bastante mejor de lo esperado. Aunque, como dices, no ha sido nada comparable a lo que hubiera sido una feria presencial.

- ¿En estos tiempos digitales se recupera la inversión de la edición de un álbum con las ventas de discos?

- Hay que mirar con lupa cada euro gastado. Lo de recuperar la inversión es algo relativo. El valor del arte es intangible y hay muchos discos que aun no vendiendo mucho se convierten en generadores de actividad que superan con creces el esfuerzo económico que supone el propio disco.

- Ya, por ejemplo los discos sirven de catalizadores de los conciertos.

- Ahora mismo los conciertos son casi una quimera. La gente que tiene conciencia está respondiendo en las tiendas mejor que antes de la pandemia, pero sigue siendo difícil recuperar la inversión a corto plazo. Aun así, soy optimista respecto a 'Rueda'.

- ¿Por qué se siguen editando discos?

- Porque la gente necesita compartir sus creaciones al igual que el público disfrutar de ellas. Otra cosa sería hablar de cuál es el modo de establecer esa relación. Aunque el valor del objeto físico no pase por su mejor momento, sigue siendo un buen complemento para el público que acude a los conciertos. Parece que todavía existe una necesidad de tocar, de palpar la música.

- Tu nuevo álbum ha salido en el sello Zart, una especie de cooperativa entre varios músicos, ¿no?

- Somos un grupo de amigos que decidimos montar una pequeña cooperativa para dar salida a nuestros proyectos, así como para crear sinergias entre creadores. No es un proyecto que abarque exclusivamente música, nos gustaría abrirlo también a otras disciplinas. Entre los miembros de la cooperativa hay gente muy ligada a la literatura, al cine o a la pintura.

- Entre los músicos estáis tú, Petti y Mikel Urdangarin. Comenta el nuevo disco, Rafa. Es de pop intimista y llega titulado con tu apellido.

- 'Rueda' es un disco basado en tres pilares: voz, guitarra y electrónica. Son canciones pausadas en las que probablemente sea el tratamiento de la voz lo que más destaque respecto a anteriores trabajos. Las guitarras tienen un peso más armónico que melódico. Prácticamente no hay guitarras eléctricas y pese a que hay momentos en los que la electrónica cobra protagonismo, lo definiría como un disco bastante desnudo en el que la canción es el centro y los arreglos están totalmente a su servicio.

- Estupenda manera de describirlo, oye.

- Además, Jon Aguirrezabalaga ha sido el encargado de la producción y de la electrónica. Yo me he encargado de las guitarras y la voz. Cabría resaltar la colaboración en cinco temas del coro Euskeria de la Sociedad Coral de Bilbao, con quienes probablemente hagamos algún concierto próximamente.

- Ah, muy bien. ¿Cuándo crees que podrás presentar este disco en vivo de modo sistemático? ¿Lo harías solo, con banda…?

- Pues espero que a partir de marzo lo podamos hacer con más asiduidad. Voy a presentarlo en diferentes formatos: en solitario, con banda, y con banda más el coro Euskeria. De momento estaré el 20 de febrero en la iglesia de Lezama (solo) y el 5 de marzo en Ordizia (con banda).

- ¿Y las letras?

- Son una parte muy importante de este trabajo. Exceptuando 'Bide erdian', que es una versión del primer tema que grabé en mi primer disco en solitario, los demás temas están escritos sobre preciosos textos de escritores vascos como Iñigo Astiz, Josu Goikoetxea, Mari Luz Esteban, Joseba Sarrionandia o Elena Olave. Además hay otros dos de escritoras extranjeras, de Inge Muller y Audre Lorde.

- ¿Las letras, varias nostálgicas y alguna sobre el envejecimiento, están escogidas por las sensaciones de lo experimentado durante esta pandemia?

- La temática es diversa, pero podríamos decir que se basa en lo cotidiano. El disco no gira en torno a ningún concepto concreto, pero sí que existe una atmósfera melancólica que quizás sea el nexo de unión.

- Volviendo a tu trabajo como músico. ¿En cuántas otras bandas tocas ahora mismo tú? ¿Con la de Mikel Urdangarin y con alguna más?

- Ahora mismo, o sea en activo, sólo estoy en la banda de Mikel y en la mía. Supongo que empezaremos a hacer algo en breve con Lou Topet.

- Hablando de Mikel Urdangarin: conciertazo en el Euskalduna el suyo presentando su nuevo disco, 'Izurdeen lekuaren', con piano de protagonista. Y la banda muy buena, aunque tu guitarra tuvo poco protagonismo. Al menos en la tercera sesión, la del domingo por la tarde, cuando estuve.

- Fueron buenos conciertos. Todos acabamos muy contentos, especialmente Mikel, por lo que para él suponía. Es un disco muy bien producido y muy equilibrado y el directo, es un reflejo de ello. La banda cada vez suena más a banda.

- Aparte de tu labor dando clases, ¿como músico haces otro tipo de trabajos para publicidad, cine, televisión…?

- Sí. He hecho teatro, danza, alguna cosita de cine... Ahora ando con una serie para la radio que se estrenará en primavera.

Vídeo de la canción 'Ihes puntua':

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