Escena del montaje de 'La forza del destino' que se ha visto en la temporada de la ABAO. E. Moreno Esquibel

Paso adelante

Esta semana se ha dado un paso adelante en la pervivencia de la ópera en Bilbao: por un lado, el Gobierno vasco ha incluido en ... sus cuentas un aumento de la subvención anual a la ABAO, pasando de los 600.000 euros a los 900.000 para el de 2026. De otro, el Ayuntamiento también ha incrementado su aportación en 100.000 euros. A pesar de la alta autofinanciación de la ABAO –el 70,8% de su presupuesto procede de los abonados, la venta de entradas y los patrocinadores privados–, sus cuentas para 2026 prevén un déficit de 600.000 euros que pone en peligro su estabilidad financiera. Con la positiva iniciativa del ejecutivo de Vitoria y del Ayuntamiento, se atenúa parcialmente un riesgo financiero y ambas instituciones parecen apostar por la supervivencia de la oferta operística, un género caro en su producción, pero también un elemento clave en la oferta cultural y en la atracción del turismo musical.

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Con todo, esta mejora en las perspectivas de la ABAO tiene igualmente dos problemas. El primero se refiere al hecho de que la Diputación no ha seguido la pauta del Gobierno vasco y el Ayuntamiento, al repetir en sus cuentas para 2026 la misma asignación del año pasado (500.000 euros), algo que impediría cubrir en su totalidad el déficit previsto. La posición de la Diputación al respecto es sorprendente, toda vez que no solo es la primera responsable en la difusión cultural en el territorio, sino que encima es la más beneficiada por la actividad de ABAO, ya que recibe cuantiosos ingresos fiscales por la actividad operística en Bizkaia y encima resulta beneficiada por los gastos de ABAO en el alquiler del Euskalduna y la contratación de la BOS.

Además, tampoco tiene mucho sentido que en el modelo de financiación de ABAO el principal contribuyente público sea el Ministerio de Cultura, seguido del Gobierno vasco y solo en tercer lugar la institución foral. Finalmente, el otro problema que atempera el paso positivo del Gobierno vasco y el Ayuntamiento es su mantenimiento en el largo plazo. Piénsese que en las producciones operísticas se programa y se contrata a largo plazo, con lo cual también se precisa un modelo estable de financiación en ese mismo plazo.

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