Conciertos de la Euskadiko Orkestra en Bilbao y Vitoria: el origen y el fin de un mundo
Los músicos interpretarán obras de Catalán, Dutilleux y Elgar, con Asier Polo como solista
Una visión del mundo que comienza y una que termina. Un lenguaje musical que agoniza y que sin embargo sigue teniendo vigencia porque es capaz de regenerarse y conectar con el público. Son los ejes en torno a los que gira el programa del concierto de la Euskadiko Orkestra, este viernes en Bilbao y el día 20 en Vitoria, con Asier Polo como solista y Robert Treviño con la batuta. Ambos conciertos están patrocinados por EL CORREO.
La visión del mundo que comienza es la que ilustra con su música Teresa Catalán, premio Nacional de Música y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. 'La victoria vacía' es una obra de estreno, fruto de un encargo de la Fundación SGAE y la AEOS (Asociación Española de Orquestas Sinfónicas), y forma parte del Proyecto Elkano. La pieza está dedicada «a los que no volvieron entonces, y a los que se han ido ahora», y según consta en el programa se refiere a la primera globalización, que comienza con el navegante vasco pero pagando el precio de tantas vidas humanas. Vidas que siguen perdiéndose cada día debido a la pandemia y otras plagas no siempre naturales.
La visión del mundo que termina es la de Elgar. El compositor más inglés de todos los compositores ingleses, autor de una obra que es como un himno oficioso de su país, el músico que encarnó lo mejor de la segunda etapa de la era victoriana, fue consciente tras el final de la Primera Guerra Mundial, de que un estilo de vida, una forma de ver las cosas había terminado. El dramático inicio del Concierto para violonchelo, su última obra importante, lo deja muy claro. Luego la pieza es menos agónica y no elude la esperanza, pero es difícil olvidar esos primeros compases tan dolorosos.
Pese a tratarse de la obra de un compositor maduro, es el concierto favorito de los chelistas jóvenes. Jacqueline Du Pré puso la obra en lo más alto de repertorio antes de cumplir los 30 años, y Asier Polo, el solista que la interpreta en esta ocasión debutó con ella en sus conciertos con orquesta, con solo 21 años.
Para terminar, una pieza de lenguaje relativamente clásico que fue rechazada en su día por las vanguardias pero que ha terminado por imponerse en el repertorio contemporáneo. Se trata de la Sinfonía Nº 1 de Dutilleux, estrenada en 1951. Modernidad sustentada en la tradición, que combina las dos corrientes.