Alfonso del Río: «Esta novela es muy cinematográfica y ya trabajamos en una adaptación»
Con 'El enigma de Anne Wallace', el abogado y autor bilbaíno se confirma como una de las voces más frescas y adictivas del Euskal Noir
'El enigma de Anne Wallace', la tercera novela de Alfonso del Río (Bilbao, 1980) es peligrosamente entretenida: combina novela negra clásica con escenas de ... acción trepidante y personajes de lo más variopinto, destacando la muy particular pareja que conforman la pianista autista Anne Wallace y el alocado policía Lucas Bieda. Del Río, abogado de profesión, trabaja en el mundo audiovisual y esa pasión por el cine se nota en el ritmo de 'thriller' de estas 490 páginas de las que se perfila una futura adaptación a la pantalla.
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– Su tercera novela arranca con un planteamiento clásico a lo Agatha Christie, con unos personajes encerrados y un crimen a resolver.
– Sí, tiene ese punto de homenaje. El punto inicial de la trama es un atentado contra la Corona en el Premio Príncipe de Asturias de 1987 y los siete premiados, de talla mundial y gran reconocimiento, se acaban convirtiendo en los siete sospechosos. Me apetecía entrar un poco en ese género, pero luego lo amplío y llevo la historia a otros lugares.
– Hay muchas tramas, subtramas, saltos en el tiempo… ¿Cómo ha ido tejiendo todos esos hilos?
– He estado tres años con la novela, me ha supuesto mucho trabajo. Para empezar, el personaje que da título a la novela, Anne Wallace, requería de mucho estudio, de hacerle una biografía muy completa. El lector se va a encontrar con un personaje muy exótico, una mujer que es la mejor pianista del mundo, pero no lo valora porque tiene trastorno de espectro autista. Ella percibe las cosas como nadie y entra en la dicotomía de ser una de las sospechosas pero a la vez es la que más ayuda en la resolución del caso, junto a otro de los protagonistas, el policía Lucas Bieda. He buscado dos cosas: que se viera claro el desarrollo de los personajes y los conflictos que tiene cada uno y, sobre todo, enganchar al lector desde el principio.
– Wallace es una protagonista compleja, con muchas aristas y un sexto sentido casi sobrenatural.
– Por algo le llaman la sorgina. Además de un poco bruja, es una multimillonaria que vive como una ermitaña y toca el piano al aire libre junto a los acantilados y en mitad de la tormenta.
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– ¿De dónde viene la decisión de situar la novela en Oviedo en 1987, en los Premios Príncipe de Asturias?
– Era un año que me cuadraba bien para meter a Wallace y a Bieda, que son dos personajes que han aparecido en otros libros y que confluyen aquí. La segunda razón es que pasaron varias cosas. Por ejemplo, el Príncipe Felipe ya había dado un discurso, su figura cobraba notoriedad, con lo cual podía haber más amenazas hacia su persona. Entonces, las amenazas de ETA estaban en el día a día, y el contexto en general era complicado, todavía en la Guerra Fría. Introduzco dos personajes rusos y otros vascos, entre ellos, Eduardo Chillida, que recibió en la vida real el premio ese año, y es el único personaje, aparte de la gente de la monarquía, que es real.
– En su recreación de Chillida se nota su interés por su figura.
– Sí, tengo una gran fascinación por Eduardo Chillida y por su mujer, Pilar Belzunce. Y tengo mucho que agradecer a Luis Chillida y a Mireia Massagué (directora de Chillida Leku), que me han ayudado muchísimo con la documentación, así como a la Fundación Princesa de Asturias.
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– Sitúa además algunas escenas en el primigenio Chillida Leku.
– Sí, en la época de construcción del lugar. Ahí se ve lo que está viviendo el personaje de Eduardo Chillida en aquella época.
– Otro personaje que rescata, este de ficción, es el peculiar agente Lucas Bieda.
– Quiero que el lector se divierta con él desde las primeras escenas, con las persecuciones que sirven de carta de presentación del personaje.
– En esas escenas de 'thriller' de acción se nota su pulsión cinéfila.
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– Efectivamente, ya me van conociendo. Yo trabajo cerca del mundo del cine y es verdad que eso también alimenta. Es decir, yo antes sabía escribir como novelista, pero ha habido mucha gente del ámbito de los guionistas, incluso directores, que me han enseñado el lenguaje audiovisual. La imagen potente de Wallace tocando el piano en el mitad de un acantilado es una imagen visual que sobrecoge, así como la imagen final del libro o la de la persecución de Bieda en un campo de golf. Además, he querido empezar los capítulos tal y como empiezan las escenas de un guion, especificando si es exterior o interior, etc.
– ¿Para cuándo una adaptación cinematográfica?
– Cuanto antes, espero, estamos trabajando en ello. Esta novela es muy cinematográfica y creo que puede tener una salida por ahí. Además, tiene un contexto muy relevante, con un homenaje a Oviedo, a los Premios Príncipe de Asturias, a Chillida…
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– La ciudad de Oviedo es un elemento importante en la historia y, en particular, el hotel La Reconquista.
– Fui en varias ocasiones y pasé allí varias noches. El sitio es una maravilla y pude recorrerme todos los pasadizos de los que hablo en el libro, que existen de verdad.
– ¿El fenómeno literario conocido como Euskal Noir puede tener recorrido en el cine?
– Yo siempre he estado detrás del impulso al cine en Euskadi y esto puede ser un paso más. Por mi trabajo profesional, apuesto por fortalecer la industria audiovisual, tanto en España como en Euskadi, y si además puedo aportar historias para nutrirlo, pues mejor que mejor.
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