Crítica de 'Mickey 17' (2025): Acostumbrado a morir

Y, sin embargo, cuánta ingeniosa acidez se esconde entre sus imágenes, cuánto juego divertido, cuánta rebeldía satírica. Como el libro de Edward Ashton del que parte, nos sitúa en un futuro en el que muchos humanos quieren abandonar la Tierra rumbo a cualquier planeta inhóspito (la emigración del revés) e incluso alguno, como el inconsciente protagonista, que acepta convertirse en 'prescindible', o sea, alguien dispuesto a los más arriesgados trabajos, incluso ser una cobaya humana, a cambio de que si muere volverán a copiar una nueva versión suya, con su información genética y sus recuerdos.

Así tenemos la versión número 17 de Mickey Barnes, un hombre, como cantó Radio Futura, «acostumbrado a morir». La idea permite tanto lanzar preguntas sobre nuestro miedo a la muerte como criticar las lógicas implacables del capitalismo: si el 'prescindible' va a resucitar en una nueva copia, qué más da si muere, si sufre, si le cosificamos.

Quién nos iba a decir que disfrutaríamos con una doble interpretación de Robert Pattinson, como el cándido y apocado Mickey 17 y como, ¡oh!, un Mickey 18 duro y rabioso. Mark Ruffalo y Toni Colette se divierten de poderosos inmorales de brocha gorda en esta propuesta de Bong Joon-ho más cercana a 'Okja' que a 'Parásitos'. Es 'Mickey 17' una irregular pero estimulante mezcla de ciencia-ficción, crítica social, existencialismo, espectacularidad, sentimientos, humor extraño, líderes deleznables y gusanos buenos.