Bilbao contará con un nuevo espacio expositivo para mostrar una colección privada de arte
Ha sido diseñado por Juan Herreros, que el día 11 recibirá el premio Bilbao Bizkaia Architecture
El arquitecto Juan Herreros (San Lorenzo de El Escorial, 1958) es protagonista en la capital vizcaína por partida doble: por un lado, suyo es el ... diseño del proyecto para la Alkar Contemporary Art Collection, un nuevo espacio expositivo para una colección privada, que irá en el edificio del número 33 de la Alameda de Mazarredo. Por otro, el próximo viernes recibirá el premio Bilbao Bizkaia Architecture por su contribución «al desarrollo de la sociedad vizcaína a través de la arquitectura y la regeneración urbana». Con anterioridad, ese galardón, que concede el Colegio de Arquitectos Vasco-Navarros, lo han recibido Norman Foster, César Pelli y Rafael Moneo.
El nuevo espacio expositivo está destinado sobre todo a mostrar la colección particular de Fernando Arriola y Yolanda Zugaza. El proyecto contempla la remodelación de un garaje de tres plantas (baja, sótano y primer piso). En total, son más de 1.000 metros cuadrados en los que, en palabras del propio Herreros, «hay mucho hormigón y se requiere una intervención delicada». Como ya disponen de los permisos correspondientes, confían en poder comenzar las obras en un mes, para tratar de concluir los trabajos a comienzos de 2024.
Se trata de un proyecto muy ambicioso porque son pocos los coleccionistas que crean un espacio para mostrar sus piezas y que sirva a la vez como lugar de dinamización cultural. El propio Herreros y su estudio ya hicieron un proyecto similar en Madrid, en la plaza de la Independencia, frente a la puerta de Alcalá. Se denomina Espacio Solo, alberga igualmente una colección privada en una superficie muy parecida en cuanto a metros cuadrados y se ha convertido en un lugar muy visitado en el que los jóvenes artistas cuentan siempre con apoyo.
En el caso de la ACC Bilduma, nombre abreviado de la galería que se abrirá en Mazarredo, una pequeña parte de la instalación albergará también la oficina corporativa de Alkar Corporation, la empresa del sector de automoción que preside Fernando Arriola. Tanto él como su esposa, Yolanda Zugaza, son conocidos coleccionistas de arte. Hace apenas un año donaron una escultura al Museo de Bellas Artes de Bilbao.
El proyecto para la ACC Bilduma no es la primera incursión del arquitecto Juan Herreros en el ámbito de los espacios artísticos en la Villa. Suyo es el diseño de la Galería Carreras Múgica, con el que guarda más de una similitud en cuanto a su uso industrial anterior y que se halla a pocos metros de donde se construirá la ACC Bilduma. Y hace ya treinta años, su estudio fue el ganador del concurso paralelo para arquitectos locales que se estableció para definir el futuro de Abandoibarra. Desde entonces, ha seguido el proceso de renovación de la ciudad con mucho interés. El proyecto para Carreras Múgica, que tiene ya casi una década, le dio «la oportunidad de intervenir en una reliquia industrial», en la que quiso «reutilizar cuanto fuera posible». Aquel trabajo, en apariencia modesto, le hizo ganar numerosos premios de arquitectura.
La sala albergará las obras de los coleccionistas Fernando Arriola y Yolanda Zugaza
la exposición
Del Museo Munch a Logroño
Entre sus proyectos más importantes están el impresionante Museo Munch de Oslo, el rascacielos del Banco de Panamá, el Master Plan para la integración del ferrocarril en Logroño o las torres bioclimáticas de Salburua. Herreros es catedrático de la Politécnica de Madrid e imparte clases regulamente en Estados Unidos, en las universidades de Columbia-Nueva York, Princeton e Illinois.
Recibirá el premio durante el acto de clausura del Urban Regeneration Forum, que organiza cada dos años la sección vizcaína del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarros y que en esta edición está dedicado a la desigualdad en las ciudades. Algo que también figura en la Agenda Euskadi 2030, y que servirá de gran eje de debate para examinar qué puede hacer la arquitectura para combatirla. «Bilbao -explica- es una ciudad que lleva décadas mostrando una muy clara complicidad con la arquitectura». Por ese motivo, el premio le causa una especial satisfacción. «Yo siempre he entendido la arquitectura como un servicio a la sociedad», asegura. «Es un compromiso absoluto con la única utopía que los humanos hemos sido capaces de construir: la de la ciudad, ese lugar donde vivir juntos». Bilbao aprecia su afán por participar en ese proyecto que está más allá de cualquier ideología.
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