El Bellas Artes muestra las donaciones que ha recibido por un valor de 2,5 millones

Un 76% de las aproximadamente 17.000 obras de la colección del Bellas Artes proceden de donaciones. Los legados de Laureano de Jado o de Antonio Plasencia, hace un siglo, fueron los que fueron dando empaque al museo, y el flujo de generosidad continúa. No ha parado nunca.

En 2022, han entrado en los fondos más de 800 obras por este procedimiento. Las hay de todo tipo. :Los cuadros, esculturas, grabados y dibujos llegan a las 245 , una cifra a la que hay que sumar carteles, piezas de diseño industrial y tiras de cómic, como los 37 originales de Juan Carlos Eguillor que ha depositado el fotoperiodista Luis Alberto García.

«Comenzamos enero de 2022 con las incorporaciones de cuadros de Ignacio Zuloaga, Anselmo Guinea y Juan de Barroeta, y ahora presentamos una parte de lo que hemos ido recibiendo, también en 2021, comenzando por la obra probablemente de Toscano, pintor manierista del siglo XVII», explicó el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza.

Procede de la colección del abogado y político de la Transición (UCD) Óscar Alzaga, que ya donó tres obras en 2021, entre ellas una de Orazio Gentileschi, y que ahora lo hace con derecho a usufructo. 'Jesús ante Herodes' había sido atribuido a Toscano hasta que se puso en duda la atribución, si bien autoría está muy cerca de volver a confirmarse, explicó el responsable de colecciones del museo, Javier Novo.

En cualquier caso, es una de las indiscutibles estrellas de sala 17 del edificio antiguo, donde se exponen las nuevas incorporaciones. Pintor romano que trabajó en la costa mediterránea de la Península, especialmente en Cataluña, el cuadro cita el momento en que Jesús, después de ser apresado, renuncia a defenderse frente a Herodes, aceptando la voluntad del Padre.

Novo se refirió también a la donación de 'En el tocador' del bilbaíno Eduardo Zamacois (1841-1871) por parte de Roland y Pilar Fisher. La obra representa una de las escenas de interior que el siglo XIX importó del XVII holandés. En la línea del lienzo de la modelo desnuda frente al artista, que tantos años estuvo expuesto en el Bellas Artes, Zamacois vuelve a mostrar su habilidad en el dibujo y el desparpajo de su pincelada, sin apenas retoques.

Murió a las 29 años pero en los diez que duró su carrera consiguió un éxito internacional que le hizo llegar a las colecciones del escritor Charles Dickens y a las del banquero Rockefeller.

Donado por la galería Caylus de Madrid, un boceto en color del cuadro 'La partida' de Ramón de Zubiaurre, que está en el Bellas Aires de Buenos Aires, lleva a la dureza de las faenas del barco pesquero 'Ongui etorria'.

La colección de fotografía se enriquece con un retrato del surrealista Man Ray realizado por Lee Miller, primero su ayudante y luego su amante , que entró en 2021, como otras de las expuestas en sala 17.

La conservadora Miriam Alzuri glosó la figura de Miller. «Fue codiciada modelo en los años veinte del pasado siglo, con apariciones habituales en 'Vogue', revista para que luego trabajó como fotoperiodista en la Segunda Guerra Mundial. Aportó a la obra de Man Ray y este a la suya».

Dentro del mismo apartado fotográfico, ingresa una imagen cuyo autor aún no se ha identificado pero que se sabe que procede de la galería de Pierre Lévy en Nueva York, la galería que diseminó el surrealismo en Estados Unidos, por el sello en el reverso. Parece que es un colage, sobre todo por la mano suspendida, pero es foto sobre fondo negro. En el cartel pone «diríjase al joyero», lo que suena como muy propio de los surrealistas.

Alzuri subrayó el ingreso de un grabado de gran formato de Albert Oehlen, que han colocado en el hall del edificio antiguo. «Oehlen vivió en Colonia y Berlín, dos ciudades muy conectadas con la cultura pop y underground. Vivió en España y pertenece a los pintores de los ochenta que se preguntaban continuamente por la muerte o la supervivencia de la pintura. Refuerza los fondos del museo de Beuys y Baselitz».

El grabado ha sido donado por Dietlind Kubein, que también ha regalado una obra de Vicente Ameztoy con una representación de «género fluido» de Adán y Eva, dos pinturas de Ruiz Balerdi y una Andrés Nagel.

Una mención especial merece la donación de Javier Mugarza, realizada poco antes de su muerte en 2021. Nacido en Ondarroa, fue a Madrid buscando aires nuevos y los encontró en la galería Juana Mordó, el centro de las vanguardias más activas del momento, donde trabajó durante años. Ha legado obras de Bonifacio, gitano donostiarra perteneciente al grupo de Cuenca de Antonio Saura y compañía; de José Guerrero, que también tuvo contacto con aquel legendario clan; del expresionista abstracto de la Costa Oeste Mark Tobey; y del informalista Lucio Muñoz.