«Mi novela es un homenaje a los invisibles del mar»

Antonio Lucas necesitaba estímulos para llegar a la ficción. Las semanas de estancia en un barco arrastrero que faena en los caladeros del Atlántico Norte, le proporcionaron ese acicate. El periodista, poeta y ensayista utilizó aquella experiencia, destinada a escribir un reportaje, para llevar a cabo 'Buena mar', su primera incursión en la novela.

«Fue la inspiración que precisaba para saltar a la narrativa a los 45 años», confiesa y señala la importancia de que su experiencia le anclara al suelo. «Es un homenaje a los invisibles del mar, a los que trabajan en condiciones tan extremas». Hoy, a las 19.00 horas, será el protagonista de una charla que inicia el nuevo ciclo de encuentros del Aula de EL CORREO.

El acto tendrá lugar en la Biblioteca Bidebarrieta, surge como colaboración de esta entidad con la Fundación Vocento y la Editorial Alfaguara y cuenta con el apoyo de Obra Social 'la Caixa'. La reserva de invitaciones se realiza en bilbaokultura.eus y aquellos que accedan a kulturguneatb.eus pueden seguir la conferencia vía 'streaming'.

El argumento gira en torno a un periodista que se embarca para escribir un reportaje, al igual que hizo el autor, y conocer la vida de los trabajadores. «Se va pensando que el proyecto puede suponer una expiación y abrir las compuertas de un horizonte nuevo», indica el autor. «Pero allí se encuentra con una realidad cruda. Los problemas los aparcas, pero no los eliminas. Cuando vuelve, sólo tiene el recuerdo de una gente que le ha dado las claves de la dignidad, la bondad y la lealtad, pero retoma su vida con el mismo poco entusiasmo que lo llevó a partir».

La lectura de 'Gran Sol', el clásico de Ignacio Aldecoa, también supuso un incentivo. «Me quedé colgado de aquella historia y fue un incentivo para ir. Dos décadas después, he podido cumplir aquel deseo», explica y señala las diferencias con aquel libro. «Fue un proyecto peligrosísimo porque se trataba de barcos de madera y tiene mucho mérito haberlo realizado en circunstancias tan precarias».

El mar envicia, según ha podido comprobar. «Eres capaz de amarlo y repudiarlo en el compás de una hora», afirma y asegura que lo necesitas y repudias como si se tratara de una condena. «La intensidad y la resignación crean un bucle singular. Podemos vivir en la cima de la montaña, pero no en el mar porque se trata de un espacio indomable. Hablamos de una sensación que aúna libertad y fragilidad».

Cierto lirismo desnudo impregna toda la narración. «No sé hacerlo de otra manera», aduce Lucas. «El mar arrasa las metáforas y las imágenes, allí naufragan los héroes y los poetas. Es tan implacable y mutante que yo tengo duda de que alguien haya conseguido descifrarlo porque sus connotaciones, colores y reverberaciones son extremadamente cambiantes».

La multiplicidad de oficios del autor le ha permitido desarrollar una amplia variedad de obras, desde poemarios a ensayos de arte. «El periodismo te permite desarrollar una vida profesional y, en parte, emocional, mientras que la literatura es el otro costado de mi existencia», aduce y alega su facultad para distinguir entre ambas parcelas.

«Pero hay algunas historias que me permiten fundir las disciplinas. El periodismo te proporciona recursos, y la literatura, quilates: el artefacto visual resultante es, en consecuencia, más potente», explica el autor de 'Buena mar'.

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