El Aula de EL CORREO organiza un recital en torno a Guiomar, el último amor de Machado
La poetisa Pilar Valderrama no respondía a los periodistas que llamaban a su puerta para saber más de su vida antes de la Guerra Civil. Ni siquiera Alicia Viladomat, su única nieta, supo la razón de este interés hasta que en 1981, dos años después de que falleciera, viera la luz 'Sí, soy Guiomar', memorias en las que reconoce que fue el último amor de Antonio Machado. La descendiente prepara una reedición, prevista para el próximo otoño, en la que incluirá su extenso epistolario con miembros de las generaciones del 98 y del 27. Hoy, aquella autora posmodernista prácticamente desconocida será objeto de una charla dentro del ciclo de encuentros del Aula de EL CORREO. El acto posee la forma de un recital poético-musical en el que intervendrán al piano Álvaro Piedra, Enrique Álvarez con el oboe y Víctor Cosío, responsable de la trompa. El evento dará comienzo a las 19 horas en la Biblioteca de Bidebarrieta y cuenta con el apoyo de Fundación 'la Caixa'.
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Los condicionamientos personales y sociales evitaron que Machado y Valderrama entablaran una relación más estable. «Mi abuela era una señora bien casada y, entonces, no se podía mirar a otro hombre», explica la descendiente, aunque apunta que «su amor era profundo y permanecieron muy unidos». Ambos se habían conocido en los salones literarios de Madrid y fomentaron la relación tras la muerte de Leonor, el otro gran romance del autor. «Él estaba muy tocado por la pérdida y no era capaz de escribir, y ella le infunde una nueva ilusión».
El acceso al archivo de Valderrama permitirá conocer más circunstancia de aquel amor fundamentalmente intelectual. «Estaba perfectamente ordenado, una señal que quería que se conociera», alega y señala que se pueden encontrar cartas de Azorín, Jorge Guillén o Gerardo Diego, que le reclamaban que hiciera público su amor.
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