¿Son eficaces los esprays anti-mosquitos? Entramos en el laboratorio vasco donde se prueban
Descubre los secretos de uno de tus principales aliados en este verano. ¿Cómo se testan estos productos? ¿Son realmente eficaces? ¿Se aplican antes o después del protector solar?
Llevamos ya varias semanas inmersos en el verano, y en todo lo que conlleva. Algunos saboreando ya sus merecidas vacaciones, otros a las puertas. Sol, calor, chapuzones en el mar y en la piscina, terraceo, viajes..., ¡pero también mosquitos! En esta época estival la población de estos molestos insectos crece, por lo que tenemos muchas más papeletas para que nos toque sufrir esos zumbidos que por la noche desvelan y cabrean a partes iguales, pero sobre todo sus temidas picaduras.
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Estas, producidas siempre por una hembra que busca las proteínas necesarias de nuestra sangre para la viabilidad de sus huevos, además del dolor y la reacción alérgica que nos pueda producir, supone un importante vector de enfermedades, como el dengue, zika, malaria o virus del Nilo Occidental. Para protegerse de ello, teniendo en cuenta que el cambio climático empuja a las especies exóticas e invasoras y las mantiene más tiempo activas, uno de los métodos más efectivos es el uso de repelentes de aplicación tópica, que cubren ante varias especies en distintos escenarios de riesgo de exposición.
De esto saben mucho en Tecnalia, el mayor centro de investigación aplicada y desarrollo tecnológico de España, todo un referente en Europa, y concretamente en su laboratorio de Sanidad Ambiental y Urbana, en Azpeitia, uno de los pocos cualificado y refrendado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para testar este tipo de productos antes de ser comercializados. Leticia Martínez de Murgía, doctora en Entomología, es su responsable. Es ella quien explica la principal labor que realizan y todo lo que hay detrás del que puede ser uno de nuestros grandes aliados este verano: el repelente. «Estamos especializados en la evaluación de la eficacia biocida, siguiendo las directrices europeas, contra artrópodos hematófagos. Eso incluye a insectos (mosquitos, chinches, pulgas..) y también a garrapatas, que son arácnidos. Todos ellos son especies que necesitan la sangre para completar su ciclo vital».
Pero, ¿cómo funciona un repelente?
Se trata de una sustancia química, volátil, «que induce a los artrópodos a moverse en la dirección opuesta a su fuente y a alejarse de su huésped». Es decir, no los mata, pero los aleja. Ello permite prevenir la picadura y por lo tanto disminuye el riesgo de contraer una infección. Entre los principales ingredientes activos que se utilizan para el desarrollo de estos productos está el Deet, «un sintético que funciona muy bien, el repelente más potente, pero que posee un perfil toxicológico no tan bueno, por lo que hay algunas restricciones con respecto a embarazadas o a los niños», apunta la experta. Es la base de la mayoría de los repelentes. Una concentración del 20% sirve para un tiempo de eficacia de unas 4 o 5 horas.
Hay otros compuestos que son la base de repelentes. Está el IR3535, «con un perfil toxicológico muy bueno, pero no tan eficaz», y el Picaridin, más potente que el anterior. Como único activo natural autorizado está el Citriodiol o PMD (p-metano-3,8 diol), obtenido del aceite del 'eucalipto limón'. Además, también hay activos derivados botánicos como Geraniol, pero su poder de protección es muy bajo, de apenas una o dos horas. «En función de la concentración que haya de cada compuesto se destinará a un público en concreto: pediátrico, adulto, familiar (que incluye a todos), desaconsejado para embarazadas o niños...», explica Martínez de Murgía, quien recomienda seguir las pautas de uso recogidas en la etiqueta que acompaña a cada repelente, en función de a quién vaya destinado y el ambiente de exposición, para que la protección sea eficaz.
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¿Cómo se testan?
A través de ensayos con voluntarios. En Tecnalia poseen un registro de personas que deben cumplir una serie de requisitos (tener entre 18 y unos 60 años, sin patologías ni alergias...) y en cada prueba necesitan contar con diez de ellos, la mitad hombres y la mitad mujeres. «Intentamos que sean siempre los mismos porque es importante la experiencia, permite comparar mejor entre los resultados de los productos».
Estos sujetos introducen durante tres minutos uno de sus brazos sin tratar en una 'jaula', una urna en la que se encuentra un determinado número de mosquitos de una determinada especie. Se hace un control y se aplica el producto. Luego se vuelve a meter el brazo de nuevo, el mismo tiempo, y cada hora se repite el proceso. «Así hasta que encontremos una picadura confirmada por una segunda, lo que te lleva a decir que el producto ha dejado de funcionar al 100%. Si a las cuatro horas hay una picadura, y la segunda aparece a la quinta, el tiempo de protección completa es de tres, se coge el último 'cero'», explica Leticia. Ese tiempo es el que aparecerá en la etiqueta. «Suele depender del activo, de su concentración (del 10 al 50%) y de la especie».
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Riesgos y eficacia
Para que un repelente se pueda comercializar debe de estar autorizado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Esto requiere previamente la presentación de un dossier en el que se evalúan los riesgos, atendiendo a los posibles efectos adversos que pueda provocar, y se demuestra su eficacia. De verificar esto último se encarga Tecnalia en este laboratorio, probándola con tres géneros distintos de los cuatro que crían para estas pruebas: aegypti, mosquito del dengue o fiebre amarilla; Ae. albopictus, el tigre, establecido ya en Gipuzkoa e introducido en Bizkaia y Álava; el Cx.quinquefasciatus, vector de la filiriasis y de parásitos de la malaria aviar y los virus del Nilo Occidental; y el An.gambiae, o mosquito común.
En cuanto a la demostración de eficacia, «debe ser siempre del 100%». «Nosotros damos los datos y la Agencia determina en función de todo el dossier qué le permite escribir en la etiqueta. Lo mínimo ideal es que proteja durante unas 4 horas. Cada usuario debe de evaluar su riesgo de exposición, y leer bien lo que indica». En cuanto a otros riesgos, los que este producto pueda producir en la piel, Martínez de Murgía es clara. «Si un producto está en el mercado es porque ha pasado el estudio de seguridad y no tiene mayor peligro».
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¿Por qué los mosquitos pican más a unos que a otros?
Siempre hay alguien que parece tener un imán para estos insectos, y que verano sí y verano también recibe numerosas picaduras, mientras los que le rodean se creen algo así como intocables. ¿Qué influye para que suceda algo así? Los estímulos a distancia y la selección en proximidad son los principales factores de la detección del huésped. «Se guían por estímulos visuales, olfativos y ambientales. Son capaces de detectar un huésped a unos 50-100 metros», afirma la experta. «Los receptores olfativos en las antenas y gustativos en las maxilas captan los estímulos que les produce la respiración, la concentración de dióxido de carbono, y emanaciones de la piel como el sudor». En términos generales, según apunta, los hombres atraen a los mosquitos más que las mujeres y los niños, «al exhalar normalmente mayor cantidad de dióxido de carbono, y a sudar más». Además, los colores oscuros en la ropa facilitan la localización de su 'presa', así como las fragancias aromáticas, que pueden servir de atracción.
Consejos para evitar picaduras
«Un repelente no se puede usar así como así», afirma la doctora en Entomología, quien asegura haber testado las formulaciones de todos los que se comercializan en estos momentos en España. Ella recomienda seguir todas las indicaciones que aparecen en el envase del producto y esparcirlo bien «por cada milímetro del cuerpo». «Todo tiene que estar bien impregnado y nunca echarse debajo de la ropa, solo en la piel expuesta. Hay algunos específicos para los textiles, que no manchan». Por su experiencia se atreve a decir que hay distintos productos en el mercado que no protegen de estos ataques, como las pulseras y los ultrasonidos, algo de lo que ya han advertido en alguna ocasión a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
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También afirma que los productos que combinan protección solar y antimosquitos «tampoco funcionan bien». «Lo ideal ahora en verano es aplicarse primero el protector solar y a los 20 minutos el repelente, porque estos insectos actúan muy en proximidad».
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