Efe

Científicos españoles logran revertir el alzhéimer en ratones reactivando el sistema de limpieza del cerebro

«El siguiente paso es trasladarlo a los seres humanos. Si todo sale bien, hablamos de diez o doce años», subrayan

Martes, 7 de octubre 2025, 06:51

Ha pasado más de un siglo desde que el médico alemán Alois Alzheimer diagnosticara por primera vez la demencia que lleva su nombre a una ... ama de casa llamada Auguste Dieter. Desde entonces se han producido muchos avances en el conocimiento de una enfermedad que afecta a 40 millones de personas en todo el mundo. Faltan todavía los más relevantes, el por qué se produce y cómo se cura, pero los investigadores van desentrañando poco a poco la madeja del mal que diluye los recuerdos.

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Uno de esos pasos ha sido revertir la patología en ratones. Varios grupos en todo el mundo lo han conseguido con terapia génica e inmunoterapia. Ahora, un equipo codirigido por el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y el Hospital de China Occidental de la Universidad de Sichuan (WCHSU), en colaboración con socios del Reino Unido, lo han logrado reactivando el sistema de limpieza del cerebro. «Es cierto que no es la primera vez que se logra, pero no siempre se han conseguido nuestros resultados, con efectos de hasta seis meses», explica a este periódico Giuseppe Battaglia, profesor de investigación en el IBEC y autor principal del estudio.

El experto explica su novedoso abordaje. En lugar de transportar moléculas terapéuticas a las neuronas afectadas por las placas amiloides -la principal proteína que se acumula en el cerebro de los enfermos-, apuestan por unas nanopartículas -moléculas de muy pequeño tamaño- que son fármacos en sí mismas. Uno de los problemas principales en la más común de las demencias es que el sistema de limpieza del cerebro deja de funcionar correctamente, de manera que se acumula, entre otras, la citada proteína amiloide. Otra proteína, la LRP1, es una de las encargadas de esa tarea de limpieza. «Es como un desagüe que funciona de dos formas: en una de ellas se «come» los desechos y en la otra se transporta a la sangre, que la transporta al hígado y se elimina. Es un proceso muy inteligente».

Arreglar el sistema de transporte

Lo que ocurre con el paso de los años es que este desagüe deja de funcionar, especialmente en su versión de sistema de transporte. A ello se le suma que el sistema en sí mismo es muy delicado. Si la LRP1 se une a las placas con demasiada fuerza (muchos enlaces), el transporte se obstruye y la amiloide se degrada dentro de las células de la barrera cerebral -una membrana que protege al cerebro de tóxicos e infecciones que a veces dificulta también el efecto de los fármacos-, dejando menos de estas proteínas transportadoras disponibles. Pero si el contacto es demasiado débil, no se activa el transporte. En cualquiera de los casos, el resultado es la acumulación fatal de los desechos.

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A la izquierda, el cerebro del ratón sin tratamiento, En rojo, las placas amiloides. A la derecha, 12 horas después de administrarle el fármaco. Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC)

Su investigación ha demostrado que reactivando este sistema de desagüe, el cerebro de los ratones experimentaba una reducción de entre el 50 y el 60% de las placas amiloides en solo una hora. En otro experimento trataron a un roedor de 12 meses -el equivalente a un ser humano de 60 años- con estas nanopartículas regeneradoras y analizaron su comportamiento después de 6 meses. El resultado fue que el animal, de 18 meses -unos 90 años humanos-, había recuperado el comportamiento de un ratón sano.

«El siguiente paso es trasladarlo a los seres humanos. Estamos en proceso pero antes tenemos que probarlo en otros animales. Si todo sale bien, hablamos de diez o doce años», precisa Giuseppe Battaglia.

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