Tienda en Bilbao (moda japonesa)

La tienda Mongolia abre en el centro de Bilbao y sorprende con moda japonesa

Silvia Andrés

Sábado, 23 de noviembre 2024, 18:31 | Actualizado 19:04h.

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Cuando Sandra Gálvez descubrió Mongolia en Bilbao La Vieja, su antigua ubicación, nunca imaginó que además de comprar allí acabaría levantando un nuevo proyecto junto a Nere Landa, que regentó esa tienda de ropa durante una década. «Trabajaba en el Casco Viejo y un día paseando la vi y me enamoré de todo. Me gustó tanto que, al final, el 80% de lo que llevaba lo compraba allí», explica. Aquellas visitas recurrentes propiciaron numerosas charlas entre ellas gracias a sus intereses comunes: moda, comercio... o la vida misma. «Durante los 10 años que he estado en la otra ubicación, muchas clientas se han convertido en amigas. Pero con Sandra ha ido todavía más allá, al final hemos acabado siendo socias», cuenta Nere.

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En aquellas conversaciones, alguna vez se plantearon la idea de montar algo juntas, pero aquella ilusión no se materializó hasta el pasado mes de julio. «La verdad es que fue una decisión rápida, pero también muy meditada. Cuando tienes ya más de 50 años no tomas decisiones de este tipo tan rápido», confiesan. En muy poco tiempo, tras una reforma completa, «mucho trabajo y muchos nervios», el nuevo espacio de Mongolia abría sus puertas a finales de septiembre en el número 22 de la calle Colón de Larreátegui. «Nos gustaba mucho esta calle, porque apenas hay franquicias. Es uno de los pocos reductos que quedan en Bilbao con tiendas auténticas y, además, tiene mucho paso», aseguran.

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La trayectoria profesional de estas dos emprendedoras bilbaínas tenía muchos puntos en común. Nere estuvo casi 20 años dedicada al interiorismo y en 2014 dio un vuelco a su vida con la apertura de Mongolia. «Necesitaba un cambio y la moda siempre me ha gustado mucho. Me lié la manta a la cabeza y abrí la tienda de Arechaga», detalla. Por su parte, Sandra provenía de una familia con comercios de moda y hasta los 12 años se pasaba el día probándose ropa y despachando, algo que siempre le ha gustado. «Me formé como Secretaria de Dirección y estuve 14 años trabajando en la empresa privada. Después, fui madre y para poder conciliar me puse a trabajar en uno de los comercios de la familia de mi marido. Era a media jornada y el resto del tiempo cuidaba de mis hijos», recuerda. El gusanillo de la moda había vuelto a su vida y después se animó a abrir un 'showroom' en Sopela en el que ha estado cuatro años y donde ofrecía dos marcas de Getaria, Batela y Tantä.

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Tras muchas horas de trabajo -«no hemos tenido verano ni vacaciones»-, Mongolia se inauguró con muchas novedades. Y es que la nueva ubicación ha supuesto no solo unir sus fuerzas sino también incluir nuevos descubrimientos con respecto a lo que ofrecía Nere en Arechaga. «Se han quitado algunas marcas y se han incorporado las de Sandra. La apuesta más fuerte es una firma de streetwear japonesa, con prendas que se pueden ver si paseas por cualquier calle de Japón. Esta firma tiene patrones muy especiales y telas de muy buena calidad. El denim tiene mucho gramaje y la mayoría de las prendas son 100% algodón. Además, con precios muy asequibles», destacan.

Sandra y Nere no paran nunca de innovar y están continuamente buscando marcas, también europeas, para vender en Mongolia. «Compramos lo que a nosotras nos gusta ponernos. Tenemos muy en cuenta la calidad de los tejidos, porque al final los tienes todo el día en el cuerpo. También es importante que te sientas cómoda, que no te pese la ropa...», apuntan. Al final, son conscientes de que al ser una tienda pequeña, tienen una gran responsabilidad a la hora de seleccionar cada colección. «Somos la cara de esas prendas y respondemos cuando hay cualquier problema. Es uno de los valores principales del pequeño comercio», recalcan.

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Aunque apenas llevan dos meses en Colón de Larreátegui, el balance está siendo muy positivo. «Tenemos clientela que ya compraba en el otro sitio y que sigue con nosotras, y gente nueva que nos descubre al pasar por aquí», apuntan. Pero esta nueva etapa también está confirmando lo que ya sospechaban, que se complementan a la perfección a la hora de gestionar el negocio. «Nere está más enfocada en las compras, porque tiene mucha experiencia y además es muy virtuosa en ese aspecto. Yo me dedico más a la gestión, que me encanta. Así que estamos muy contentas porque formamos un buen equipo», concluye Sandra.