Los looks de los candidatos
Analizamos qué prendas han elegido Sánchez, Casado, Iglesias y Rivera para el segundo debate en televisión
Dicen que la ropa es una buena carta de presentación, que habla y define a quien la lleva. Diferentes estudios realizados desde el plano de ... la psicología aseguran que bastan cinco minutos para obtener información de una persona tan solo prestando atención a su vestimenta. En pleno hervidero político que está viviendo nuestro país en los últimos días, los asesores tienen una responsabilidad innegable sobre la imagen que proyectan sus candidatos al electorado. Ellos son la cara no visible de la política española, aquellos que se esmeran en pulir cada palabra, cada gesto y estilismo de los mandatarios, con el objetivo último de mantener y sumar votos. La elección de unas determinadas prendas y su forma de llevarlas son factores que para algunos pueden pasar desapercibidos, sin embargo, suponen un punto clave en la comunicación institucional. La moda, a fin de cuentas, es un elemento más que se utiliza como hilo conductor entre los políticos y los votantes. España está llamada a las urnas el próximo 28 de abril y ya se han celebrado los dos debates electorales televisados previos a la gran cita, en los que han participado los líderes de los principales partidos que aspiran a hacerse con la mayoría parlamentaria. Durante dos noches, la del lunes 22 y la de este martes 23, hemos podido desgranar los detalles más relevantes sobre la forma de vestir de Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias y lo que cada uno de ellos ha pretendido transmitir con unos estilismos pensados al milímetro.
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Pedro Sánchez
Abandona su camisa blanca y empodera sus corbatas
Su 1,90 metros de altura y su complexión de exjugador de baloncesto hacen de Pedro Sánchez un candidato llamado a lucir correctamente los trajes de sastrería. Suele decantarse por diseños que juegan con patrones ceñidos y cortes actuales que no pretenden, sin embargo, arriesgar demasiado. Se trata de una fórmula de estilo que ha repetido en ambos debates, apostando su imagen a una sola carta: la de la chaqueta azul marino, a juego con el pantalón, siempre perfectamente delineado a la altura de los tobillos. Sin embargo, en el primer duelo dejó de lado dos características prendas que llevamos viendo durante sus actos de campaña: la camisa blanca y su icónica corbata roja, el color que representa su partido. El actual presidente del Gobierno innovó el lunes con los tonos azules de una camisa de cuello italiano y una corbata a medio camino entre el burdeos y el malva, que algunos han querido ver como un llamamiento al empoderamiento femenino dentro del PSOE, gracias al representativo color morado del movimiento feminista. El segundo día, sin embargo, ha apostado por una camisa rosa y una corbata granate, más próxima a su imagen habitual. Mientras, tranquilo y metido en el rol que lleva desempeñando desde hace casi un año, evitaba el debate bronco y esquivaba los ataques de Rivera y Casado.
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Pablo Casado
El líder que más ha impactado con sus looks
Fue el primero en llegar el lunes a los estudios de Prado de Rey de Televisión Española. Su sonrisa permanente es una de las grandes bazas del líder del PP que consigue vestir más que cualquier traje de chaqueta. Sin embargo, siempre fiel al dos piezas, Pablo Casado apostó los dos días por la seguridad que le otorga el azul, un color asociado a su partido. El lunes, llevó una llamativa corbata lisa que rozaba el tono 'klein', una camisa de cuello 'club' de puntas redondeadas y una americana ceñida que tan solo dejaba uno de los puños al descubierto, quizás por un leve despiste de protocolo. Lo que más ha sorprendido es la elección de su pantalón, que rompe con la homogeneidad azul en pro de un gris marengo casi imperceptible pero que ha chocado a muchos. A pesar de eso, el líder del PP tiene unas pautas estéticas clásicas y bien definidas a las que sabe sacar partido, tal y como ha demostrado en el debate del martes. En este caso, Casado cambió de tercio y probó suerte con un traje de chaqueta azul marino, camisa azul cielo y una corbata burdeos, similar a las que lleva Sánchez habitualmente.
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Albert Rivera
Un cambio de camisa y un toque de color en la muñeca
Quizás algo más nervioso que el mandatario del PP, Albert Rivera se mostró firme en sus palabras y contundente con sus gestos durante el primer día. «¿Lo oyen? Es el silencio», decía en su minuto de oro, marcando una corta pero premeditada pausa mientras apuntaba con el dedo hacia el cielo. Este fue, sin duda, uno de los momentos épicos del primer debate y más comentados entre la opinión pública. El candidato de Ciudadanos apretaba ligeramente los puños defendiendo un traje de chaqueta de corte 'slim fit' en impoluto azul tinta, algo más claro que el de sus dos trajeados contrincantes. Fue el único en apostar por una camisa blanca, sobria y clásica, rematada por una corbata azul estampada en contraste. El color que representa su partido es el naranja, una tonalidad complicada para introducir en un look pero perfecta para llevar en pequeñas dosis. En el caso de Rivera, el guiño a Ciudadanos se materializó en forma de pulsera, un detalle que decidió lucir en su muñeca derecha, dejando una libre interpretación al lenguaje no verbal. El segundo día, repitió esta misma fórmula y tan solo innovó en el color de su camisa, esta vez de color azul.
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Pablo Iglesias
Pasa del estilo desenfadado a un look más formal
El líder de Unidas Podemos pone en relieve el mensaje de reivindicación que predica a través de sus estilismos, premeditadamente relajados. Fue el primero en romper con la imagen más tradicional del político, prescindiendo de trajes de chaqueta y de una corbata, para él denostada. Además, introdujo en el Congreso las camisas holgadas y los vaqueros, marcando un antes y un después en imaginario estético que reinó durante décadas en el hemiciclo. Para el primer debate utilizó una de sus combinaciones favoritas: camisa azul remangada y unos pantalones beige que le permitían hacer posible uno de sus gestos más recurrentes: meter la mano en el bolsillo para evitar gestualizar demasiado. Además, llevó un cinturón negro y unos zapatos acordonados, mucho más 'sport' que la de los otros tres candidatos. Durante el segundo debate, sin embargo, ha mostrado un lado algo más formal, incorporando a un look de características similares un jersey azul de cuello a caja. Con este tipo de combinaciones, Iglesias pretende transmitir una imagen rompedora, renovada y mucho más cercana para sus votantes.
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