«Íñigo parece buena gente, pero no estoy para otra historia tras la ruptura con Javi»
«Tonterías, las oportunidades llegan cuando menos te lo esperas y no hay que dejarlas pasar, sentencia Lidia»
Karri Bilbao
Viernes, 19 de septiembre 2025, 00:56
Cada viernes, Karri Bilbao nos comparte las historias y experiencias que vive con sus amigas. Tras años de convivencia en pareja han regresado a las noches (y tardeos) de la villa.
Es jueves y quedo con Nahia, Lidia y Ane para ver el musical de Mamma Mia! en el Arriaga. Apenas quedan entradas de las últimas ... funciones y nos sentimos afortunadas por haber logrado estar juntas en la misma fila de las ubicadas en el patio de butacas. Comienza a las siete y media, por lo que tres cuartos de hora antes quedamos en el Aitaren para tomar algo e intercambiar cuatro frases rápidas. Ilusionadas por la inyección de adrenalina que auguramos durante las más de dos horas que se prolongará la escenografía, tarareamos de camino las canciones que popularizó ABBA y sobreviven generación tras generación sin que las melodías envejezcan. En el acceso diviso de espaldas a Iñigo, el amigo del compañero de trabajo que Lidia me presentó la semana pasada en el Sumerian. Le acompañan dos mujeres, una que podría ser su madre y otra mucho más joven. Nos saluda con una sonrisa y un «me alegra veros» que también se refleja en su mirada chispeante. Dice que viene con su ama y con su hija adolescente, ambas fans del grupo sueco. Nos despedimos tras las presentaciones mutuas y un «a ver si nos vemos luego».
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Lidia me mira de reojo con una sonrisa pícara. Le digo que Iñigo parece buena gente y que es muy agradable, pero que no estoy para nuevas historias con la ruptura de Javi tan reciente. Tonterías, las oportunidades llegan cuando menos te lo esperas y no hay que dejarlas pasar, sentencia Lidia. La casualidad quiere que nos sentemos a dos filas de Iñigo y sus acompañantes. De nuevo una mirada de complicidad y sorpresa. Sube el telón y los acordes envuelven el interior del teatro. Imposible dejar de sonreír al son de la música y movernos tanto como el espacio nos lo permite.
Contentas por habernos decidido a acudir casi a última hora, prometemos no dejar pasar ningún año la oportunidad de disfrutar de los musicales que vienen a Bilbao al inicio de Aste Nagusia. Iñigo aguarda quieto a nuestra espera para darnos el último adiós del día. Como quien no quiere la cosa, mi amiga le suelta que el sábado es probable que vayamos al tardeo Bitxeando en el Crystal y que quizá nos veamos por allá. Él responde que nunca ha estado allí y que aún se está haciendo a esto del tardeo y los ambientes nocturnos porque se divorció hace ocho meses y apenas ha salido desde entonces. ¡Información valiosa!, exclama Lidia mientras salimos hacia el Arenal y ponemos rumbo a la Plaza Nueva para terminar el jueves con un par de pintxos que nos sirvan de cena antes de irnos cada una a su casa.
La temperatura es agradable pero ya es noche cerrada. Bilbao se prepara para recibir el otoño, se palpa en calles y plazas reclamando su espacio y lugar. No siento nostalgia por el verano ni por los amores que quedaron atrás. Planes culturales, conciertos y actividades esperan a la vuelta de la esquina para disfrutar en cuadrilla. De primeras, iremos de tardeo el sábado y quien sabe si encontraré o no a Iñigo entre la multitud. Tampoco tengo necesidad de estar con nadie que me quite más de lo que me aporte. Además, siempre he pensado que la soledad crea extraños compañeros de viaje…
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Nhoa, Karolo, OFA (ya es viernes), Raimundo, Ciudadano Mariano, además de los habituales que comentáis cada viernes las vivencias de Sexo en Nueva Bilbao, ¿Nos vemos el sábado en el tardeo del Crystal?
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