«Vaya mazazo, Javier era 'capitán de ruta' y diseñaba las salidas moteras del club»
El vizcaíno de 52 años que el martes perdía la vida en un accidente en Villarcayo era amante de las Harley y trabajaba en el tranvía de Bilbao
Toño Barroso, director del Bilbao Chapter, uno de los clubes de los enamorados de las motos Harley en Bizkaia, no da crédito al fallecimiento la ... tarde del pasado domingo de su amigo Javier Contador Joyanes. «Nos hemos quedado de piedra, vaya mazazo, era un motorista superresponsable; si hasta era nuestro 'capitán de ruta', uno de los que diseñaba las salidas que hacemos por toda España», ha subrayado.
De 52 años, este bilbaíno perdió la vida en la N-232 cerca de la localidad burgalesa de Villarcayo. Concretamente en las curvas de los Hocinos, en el valle de Manzanedo. El motorista quedó tendido sobre el asfalto tras salirse de la calzada por el margen izquierdo en un tramo curvo e impactar contra un talud.
Barroso rememoró que Contador «fue uno de los fundadores del club» y que había salido de viaje «20.000 veces». Y le extrañaba que el fatal accidente le hubiese ocurrido en Villarcayo, «una zona que conocía a la perfección».
«Acababa de ser abuelo»
Así lo confirmaba su amiga de la infancia, Natalia Díaz de Olarte. «Nació en Bilbao pero su padre era de aquí cerca, de Villaluenga de Losa, y se sabía cada carretera como nadie», aseguraba. Eso sí, confesó que el lugar del siniestro es un «punto negro, el alto de la televisión lo llamamos, una calzada impracticable con unos baches terribles a pesar de ser un vial de carácter nacional; peor que muchas comarcales».
Natalia le recuerda siempre subido en una moto, «sobre todo en la Harley, su pasión». «Era un chico alegre y divertido, muy dado a la gente», recordaba. El mayor de tres hijos, «las dos pequeñas mujeres». Llevaba años con «María, su actual pareja» y tenía una hija de una relación anterior, «Janire, que vive en Cáceres y le había hecho abuelo hace unos meses, por lo que estaba muy contento». Vivía en Bilbao, pero siempre estuvo muy apegado a la tierra natal de su progenitor («su madre era de Jaén», puntualizaba su amiga), y tenía una casa unifamiliar en «el Campo de Aviación, en Villarcayo». «Era muy conocido aquí», confirmaba el gerente del bar Los Hermanos, Julián Sedano.
Su relación con la carretera no se limitaba a las motos, sino que también había estado muy relacionada con las cuatro ruedas. «Su padre tenía una empresa de autobuses y durante mucho tiempo fue chófer», remarcó Natalia Díaz de Olarte. Hasta que hace unos años entró en el tranvía de Bilbao, «también como conductor, oportunidad que no desaprovechó ya que, hasta entonces, en el trabajo junto a su padre y su cuñado estaba de autónomo».
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