A la espera de un nuevo centro más verde y más «esponjoso»

«Hay un precedente muy claro en Amézola», recuerda Roberto San Salvador del Valle. Allí existía «una enorme trinchera urbana» que tras el soterramiento del tren se convirtió en «espacios verdes, viviendas... Se logró que una zona que era periferia compartiese elementos de calidad de vida con el centro». A su juicio, eso ocurriría con el futuro soterramiento «en Zabala, San Francisco o Bilbao la Vieja» y sería un gran paso para el distrito de Ibaiondo, que arrastra ciertos problemas de «conflictividad social» que mejorarían en la medida que se evite la 'guetificación' de la zona. «El puente de Cantalojas perdería esa condición que tiene ahora de ser frontera entre dos mundos diferentes. Abrir ese espacio, esponjarlo, sería muy bueno».

Coincide Xabier Arruza, que ve en la operación una manera de «ganar un espacio urbano en pleno centro de la ciudad». Pone el énfasis en que con la pandemia se ha percibido la carencia de zonas de esparcimiento al aire libre, por lo que ahora más que nunca resulta atractivo el gran parque planteado para la 'losa' que cubrirá las vías. También menciona las oportunidades que genera en cuestión de vivienda. De hecho, a su juicio, «hacer pisos ahí tiene mucho más sentido que hacerlos en Zorrozaurre porque es el centro de Bilbao y está mucho mejor conectado que la isla».

En fin, que el planteamiento es muy bueno pero, de vuelta a la realidad, nada de eso se verá hasta dentro de una década. Si hay suerte.