El 40% de los test de drogas a conductores hallaron restos de estupefacientes

Con esos datos, para clubes de automovilistas y asociaciones, lo que urge es «reforzar» los controles de drogas. En el territorio, se realizaron once veces más pruebas de etanol que de otras sustancias, aunque, según los datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, 15 de los 39 conductores fallecidos en Bizkaia entre 2020 y 2023 habían consumido estupefacientes o psicofármacos, sobre todo cocaína, cannabis y anfetamina.

«Hay mucha gente que puede estar conduciendo bajo los efectos de sustancias psicotrópicas y no son detectadas porque no se hacen test suficientes», afirma Eduardo Martínez, vicepresidente del Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN), que sostiene que «no se hacen porque son más costosos» que las boquillas que se añaden a los alcoholímetros portátiles. En 2021, el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco formalizó un contrato para el suministro de estos test de saliva: el precio de cada unidad ascendía a 21,18 euros.

Además, no son tan «fiables» ni abarcan todo el espectro. Lo más habitual es que sean capaces de detectar anfetaminas, cocaína, cannabis, metanfetaminas u opiáceos, pero «no existe un sistema que detecte todo» porque, añade Rosa María Trinidad, presidenta de Stop Violencia Vial, «salen nuevas drogas más rápido» de lo que se adapta la tecnología. En otras ocasiones, además, arrojan falsos negativos.

Y está también otro asunto: identifican la presencia en el organismo, pero no cuándo se ha consumido ese estupefaciente. «El sistema ahora no es óptimo, y en eso tienen que invertir», incide Martínez. La responsable de la asociación de víctimas y familiares es de la misma opinión, y cree que «hay que seguir trabajando» en ese sentido.