El presunto asesino de Cuenca se declara inocente ante la Justicia rumana
Sergio Morate, el principal sospechoso de la muerte de las jóvenes Laura y Marina, ingresa en prisión provisional a la espera de que España solicite su entrega
efe
Sábado, 15 de agosto 2015, 01:31
Sergio Morate, principal sospechoso de la muerte de las dos jóvenes de Cuenca, se declaró ayer inocente ante el Tribunal de Rumanía, que dictó su prisión preventiva durante 15 días, a la espera de la llegada de la solicitud formal de extradición de España. La letrada Claudia Candea explicó por teléfono desde Timisoara, al este de Rumanía, que su cliente "considera que no es culpable de los hechos".
Detención en Lugoj
La detención de Morate se produjo el pasado jueves por la tarde en un edificio de una planta de la localidad de Lugoj, en la región de Timisoara. Según las imágenes de la detención hechas públicas por la Policía rumana, Morate se echó al suelo inmediatamente, con las manos a la vista por encima de la cabeza, cuando vio entrar a los agentes fuertemente armados que lo detuvieron en una habitación que ocupaba con otros dos hombres.
El vídeo muestra el momento en el que una decena de policías rumanos, algunos encapuchados, otros con perros y todos ellos provistos de armas, suben a la primera planta del edificio y entran en una habitación pequeña donde se encuentran el presunto asesino y otros dos hombres sentados en una cama grande.
Los agentes accedieron con facilidad a la estancia, que daba a un corredor exterior con varias puertas en lo que aparenta ser un edificio de apartamentos o de habitaciones de hotel. La puerta de la habitación donde se refugiaba el presunto asesino, sobre la que se lee el número 11, estaba abierta y tan solo tapaba el acceso una cortina morada puesta en su lugar, por lo que los policías entraron sin necesidad de echarla abajo.
Una vez dentro de la habitación, de pequeñas dimensiones, se ve una cama sobre la que los tres hombres estaban sentados y algún otro mueble. En cuanto los policías acceden a la estancia, Morate se tumba en el suelo boca abajo y extiende los brazos por encima de la cabeza; no opone así ninguna resistencia a los agentes, que esposan tanto al español como a otros dos hombres, de nacionalidad rumana, aunque finalmente solo uno de ellos fue arrestado.