Siete resoluciones contra el Ayuntamiento de Bilbao en medio año por falta de transparencia

Este mismo mes de agosto han llegado las tres últimas resoluciones que piden al Consistorio que atienda debidamente las peticiones de información de la ciudadanía. Fue la asociación vecinal Uribitarte Anaitasuna la que acudió a esta instancia porque el equipo de gobierno no accedió a facilitarles las mediciones de los sonómetros fijos y móviles en ciertas zonas de Abando; les interesa esta información para justificar sus iniciativas en relación con el impacto del ocio nocturno en el descanso de los residentes. Pues bien, la Comisión resuelve que el Ayuntamiento ha de aportar esos datos de los meses de abril y mayo, y ha de hacerlo en un formato comprensible. Además, en otro pronunciamiento, también dice que ha de informarse a estos vecinos de si ha habido autorización a una fiesta en una terraza privada de uso público.

Esta misma asociación vio atendida otra reclamación en marzo. Entonces, la Comisión acusó al Ayuntamiento de «dejación de funciones» cuando rechazó facilitar a Uribitarte Anaitasuna datos sobre terrazas, y le instó a atender el requerimiento vecinal, cosa que finalmente hizo. «El problema es que el Ayuntamiento nos ve como enemigos, no como personas que queremos colaborar con ellos para hacer de Bilbao una ciudad mejor», se duele Marisa Fernández, secretaria de la asociación. «Cada vez que hemos ido a esta instancia nos han dado la razón, igual que a otras asociaciones. Eso debería hacerle pensar al equipo de gobierno de que algo no están haciendo bien». Y no sólo cuando no facilitan información, sino «cuando lo hacen de un modo incomprensible».

Esto último le ocurrió también a Carlos Mazón, de Biziz Bizi, que vio como eran atendidas por Transparencia sus dos reclamaciones contra el Ayuntamiento. Había pedido datos sobre polución. «Primero me los negaron y luego, cuando la Comisión me dio la razón, me mandaron cuatro gigabites de datos con 52 millones de líneas». Lo que él quería es «conocer la calidad del aire, no millones de datos que no sé interpretar». El otro asunto por el que acudió a Vitoria fue conocer el estudio en el que se basa el Consistorio para defender que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible tiene un alto grado de cumplimiento. «Ni existe estudio de seguimiento ni más datos que una presentación de powerpoint». Le disgusta todo esto. «No entiendo por qué nos tratan así. En Biziz Bizi siempre hemos estado para ayudar. Cuando le preguntas al Ayuntamiento por el trabajo que está haciendo, se ofende».

Pero antes de todo lo anterior, a finales de febrero, fue una reclamación del colectivo Hiri Berdeak la que inició esta cascada de resoluciones. En el marco de la lucha vecinal contra la tala de olmos en Deusto la asociación pidió al Ayuntamiento que hiciese públicos los informes que supuestamente recomendaban la supresión de los árboles. «Primero nos dijeron que estaban en el perfil del contratante y que nos buscásemos la vida, y luego que eran documentos de trabajo de uso interno», recuerda Silvia Rodrigo. Cuando Transparencia les dio la razón e instó al Consistorio a dar la información «resultó que sólo tres de los 130 podían dar problemas», pero ya estaban todos cortados.

Hay que tener muy presente que la Comisión no se pronuncia sobre la conveniencia o inconveniencia de las pretensiones de tal o cual colectivo, sino sobre su derecho a acceder a información pública. ¿Cómo se toma el Ayuntamiento todos estos reveses? Los últimos tirones de orejas se los ha llevado el Área de Movilidad y Sostenibilidad (antes también los había recibido Espacio Público y Obras). Ignacio Alday, director de Movilidad, asegura que «damos todos los datos a quienes los solicitan, somos transparentes; otra cosa es que no lleguen a tiempo porque hay mucho volumen de trabajo, o que a alguno no le gusten o no los sepa interpretar».

Víctor Trimiño, director de Sostenibilidad, se refiere a los últimos asuntos analizados por la Comisión, lo de los sonómetros, y, en contra de lo que dice su dictamen, asegura que «estamos siendo muy transparentes e incluso generosos». Defiende que en la página web «se puede descargar la información». Otra cosa es que no dura mucho tiempo 'online' porque, dice, son muchos datos y pesan mucho. En cuanto a remitir informes elaborados una vez al mes, defiende que en lugar de eso se haga cada tres porque ejecutarlos «requiere un trabajo».