En riesgo de desaparición el mural del Casco Viejo vandalizado con un grafiti
El Ayuntamiento contrata a una empresa de restauración para intentar recuperar la obra, pintada en 1994 por Juan Zarate Ibargoitia
Todavía hay hoy bilbaínos que recorren el Casco Viejo y se sorprenden al ver el mural que Juan Zarate Ibargoitia plasmó en 1994 en una ... pared del cantón Julián Etxebarria 'Camarón', junto a la calle Carnicería Vieja. Su colorido y los motivos que encierra la obra -un dragón, un castillo, un duelo de caballeros, una mujer dirigiendo unas marionetas o un guardia civil, entre otros detalles- llaman la atención de turistas, pero también de locales. Sin embargo, el brillo de esta enigmática pintura corre el riesgo de apagarse.
¿La causa? Una pintada vandálica que apareció a finales de junio sobre la parte inferior del mural y que condiciona su pervivencia. No es la primera vez que esta obra del artista y escenógrafo bilbaíno tiene que ser restaurada por actos incívicos. En otras ocasiones «fue posible repararlo por los servicios de limpieza municipales», explican fuentes del Ayuntamiento de Bilbao. Pero la pintada de junio es más difícil de eliminar. «Este es el episodio más grave y por eso se va a poner en manos de una empresa de restauración», apuntan las mismas fuentes. Además del deterioro causado por el vandalismo, los técnicos municipales advirtieron tras una inspección ocular al mural que éste «sufre el desgaste propio de una pintura al aire libre durante más de 30 años».
En el barrio cunde el pesimismo. La asociación de comerciantes lamenta el estado actual que presenta la pared pintada, uno de los rincones más fotografiados de las Siete Calles. «Es complicado, pero intentaremos recuperarlo», resume la presidenta del colectivo, Susana Alaguero, que muestra una condena enérgica ante este tipo de actos incívicos. «A todos nos gusta tener cosas bonitas en Bilbao, pero para eso hay que cuidarlas entre todos», añade. De hecho, encima del grafiti que tapa el mural han aparecido mensajes recriminando la acción del grafitero.
En recuerdo de un nacimiento
Alaguero asume que lo que ahora toca es «esperar» a ver qué les dicen el Consistorio sobre la recuperación o no del espacio pintado en el cantón. Pero manifiesta que este tipo de actos incívicos «como las pintadas en el Arriaga, no tienen nombre». La fachada del teatro amaneció el domingo cubierta de firmas, dibujos y garabatos y el alcalde, Juan Mari Aburto, ya avanzó que borrarlos será una tarea «difícil y costosa». Y anunció acciones legales contra los autores, recordando que estas acciones constituyen «un delito penal» y «deberán pagar por ello». En este sentido, Alaguero anima a quienes observen algún comportamiento vandálico, como los dos casos citados, lo pongan en conocimiento de la Policía.
En 1994 Juan Zarate Ibargoitia pintó un mural como regalo a unos comerciantes, por el nacimiento de su hija Irati.
— Jainko Barik (@Jainko_Barik) June 24, 2025
31 años después, alguien ha decidido que su «arte» merece ocupar su espacio.
No es arte, ni rebeldía, ni contracultura. Sólo son egos infantiles vacíos de compromiso pic.twitter.com/wIoXhMmsju
El mural de Juan Zarate Ibargoitia, fallecido en 2002, más allá de constituir una pieza artística que llena de color el cantón que une Carnicería Vieja y Barrenkale, nació en la pared como un regalo. Lo elaboró en honor del nacimiento de Irati, la hija de Toñi, una comerciante que regentaba la hoy desaparecida tienda Ganbara, que vendía artesanía en cuero y se ubicaba precisamente junto a la pintura. En la obra se puede ver que la pequeña aparece portada por una cigüeña, con el mensaje 'Ongi etorri Irati'.
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