Los promotores vizcaínos atribuyen el «parón» de la construcción a los «elevados» porcentajes dirigidos a las VPO
La compraventa de viviendas ha caído un 5,8% en 2023 y la licitación de obras públicas desciende en un 36%
Que el número de pisos que se edifican en Bizkaia no satisface a la demanda actual es algo que ratifican todas las estadísticas. El año ... pasado se terminaron 1.412 promociones y se iniciaron otras 2.611 en el territorio. De las mismas, 1.891 eran libres -un 27% más que en el ejercicio anterior- y el resto protegidas, las cuales han sufrido una caída del 37%. El último informe de la Asociación de Constructores y Promotores de Bizkaia (Ascobi), que analiza desde hace 19 años la situación del mercado de la edificación en Euskadi, asegura que aunque los niveles «se han mantenido estables» en el territorio en comparación al 2022, sí que se observan signos de «estancamiento que acentúan el escenario de baja producción que se mantiene en el País Vasco de forma estructural durante la última década». Iñaki Urresti, secretario general de la agrupación, achaca el 'parón' a dos motivos: la atonía en la producción de vivienda nueva, que «sólo se ve compensada por las obras de rehabilitación», y el descenso en un 36% del volumen de obras públicas.
Los datos publicados por la agrupación hablan de que en el conjunto de Euskadi sólo se llegan a levantar «dos viviendas por cada mil habitantes y año», lo que impide satisfacer las necesidades tanto de alquiler, como de venta, de la sociedad. De hecho, un reciente informe hecho público por el Observatorio vasco de la Vivienda revela que en la comunidad autónoma hay unos 114.396 vecinos -59.845 de ellos vizcaínos- que viven en casa de algún familiar o tutor, pero que confiesan querer emanciparse. De los mismos, al menos 34.360 disponen incluso con los ingresos necesarios para poder independizarse sin grandes problemas.
¿Pero por qué se construye tan poco? Mientras que las administraciones aseguran que uno de los grandes problemas es la «falta de suelo finalista» (aquel que está listo para intervenir), Ascobi atribuye la falta de pisos a los «altos» porcentajes que deben destinar las promotoras a la edificación de viviendas protegidas en los suelos urbanos (40%). «Esta elevada cuantía reduce la viabilidad económica y por consiguiente, la posibilidad de que una constructora edifique», ha detallado el responsable. Justifican su postura atendiendo precisamente a la construcción de vivienda social.
Menos obras públicas
Frente a las 90.000 personas que están inscritas en Etxebide a la espera de poder emanciparse de forma más holgada, el número de nuevas VPO ha caído un 37% en los últimos doce meses. «Los malos datos demuestran que mantener estos porcentajes no garantiza una mayor producción de domicilios públicos, especialmente ahora que la administración sólo produce pisos en alquiler», ha puntualizado. ¿La solución? Para los constructores vizcaínos que se impulsen «medidas de estimulo». Entre ellas, instan al Gobierno vasco a que «apruebe de forma urgente el decreto de Estándares Urbanísticos y que adopte medidas de naturaleza administrativa, como agilizar la obtención de licencias y permisos». «Vemos necesaria una adecuación y reducción de los porcentajes de reserva a la realidad actual de cada municipio para que, de forma paradójica, se produzcan más domicilios libres, pero también sociales», ha concluido Urresti.
Más allá de la falta de viviendas nuevas, la caída en la licitación de obras públicas es otro de los factores que confirman ese «estancamiento». En Bizkaia, descendieron un 36% respecto al pasado año, hasta alcanzar los 559 millones de euros, 883 millones menos que en 2022, año «especialmente elevado» en materia de adjudicaciones al compensar el frenazo que se produjo en el sector a causa de la pandemia. Así, reconocen que a pesar de la pérdida de contratos, «nos encontramos en niveles anteriores a la crisis sanitaria». El 44% de esa inversión fue proporcionada por la aministración pública.
Baja un 10,5% el precio de la vivienda usada frente al alza de la nueva
El informe de Ascobi muestra también la caída en el número de transacciones de compraventa de vivienda nueva y usada. En Bizkaia se realizaron en el último año un total de 10.491 operaciones, lo que supone una disminución del 5,8% respecto a 2022, una tendencia a la baja que atribuyen al «incremento de los costes de financiación y la reducción de nueva vivienda terminada». En cuanto a la evolución de los precios del mercado, la encuesta realizada por la asociación ratifica una «subida moderada» en las obras nuevas (0,5%) frente a un «retroceso» en el coste de las viviendas usadas (-10,5%). Así, mientras que un piso recién hecho cuesta en Bizkaia unos 3.922 euros por metro cuadrado, el de segunda mano no supera los 2.882.
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