EA afronta más dividido que nunca el cónclave que definirá su futuro en EH Bildu

Eusko Alkartasuna afronta entre hoy y mañana un congreso al que llega partido por la mitad tras un mes en el que las dos corrientes que pugnan por su liderazgo han evidenciado las diferencias tanto políticas como personales que les separan. La pelea está tan ajustada que los dos sectores buscan con ansiedad el apoyo de los indecisos entre los algo más de 300 delegados citados en San Sebastián. En su mano estará decidir si Pello Urizar sigue como secretario general o si le sucede Maiorga Ramírez. En el fondo del debate, qué papel debe tener la formación en EH Bildu.

A pesar de las constantes apelaciones al consenso, las dos partes tenían claro desde hace semanas que el acuerdo era inviable y que a la asamblea de este fin de semana llegarían dos candidaturas enfrentadas. La tormenta llevaba creciendo en el seno del partido desde hace tiempo, pero no saltó a la luz pública hasta hace apenas un par de meses. El origen del conflicto está en el proceso de refundación de Bildu.

La coalición soberanista celebrará su propio congreso dentro de quince días. Desde el año pasado, los dirigentes de los cuatro partidos que la integran llevan redactando un borrador de estatutos con el que se busca transformar la alianza. Que deje de ser una simple suma de partidos para convertirse en algo más. Para los impulsores de este cambio, lo que se busca es crear un «movimiento amplio» con una estructura más o menos estable, a cuyo frente estaría un coordinador general y en el que aparecería la figura del bilkide, del militante propio de EH Bildu. La coalición estaría dirigida por una mesa política en la que los partidos mantendrían su presencia, pero de forma más diluida.

Y ahí está el peligro, según los críticos. Porque, a su juicio, la hoja de ruta diseñada por el sector oficial acabará desembocando en un partido «único» controlado por la izquierda abertzale en el que EA acabará desapareciendo. Los seguidores de Maiorga Ramírez apuestan por mantener EH Bildu tal y como está; en todo caso, asumiendo algunas variaciones.

Nadie tiene muy claro quién llega al XII Congreso con más apoyos ni qué pasará si ganan los críticos. Alguna enmienda aboga, incluso, por salir de EH Bildu si el resto de la coalición mantiene su apuesta por un proceso «integrador». Los críticos se han desmarcado de forma rotunda de esa propuesta presentada por la agrupación de Pamplona, pero tampoco ha pasado desapercibido que es en la que está afiliado Carlos Garaikoetxea.

Apoyos respectivos

El exlehendakari está teniendo un papel determinante en este proceso. A mediados de marzo firmó un texto junto a medio millar de militantes en el que mostraban a la ejecutiva de EA sus recelos hacia el proceso abierto en EH Bildu. El pasado domingo dio un golpe de efecto al comparecer y hablar en el acto de presentación oficial de la candidatura de Ramírez.

A falta de lo que decida el congreso -la votación definitiva será mañana-, el parlamentario navarro ha logrado relevantes apoyos. Además del de Garaikoetxea, también están a su lado militantes históricos como Manuel Ibarrondo, Koldo Amezketa, Unai Ziarreta y Rafa Larreina, entre otros.

Enfrente, Pello Urizar también ha evidenciado que cuenta con un importante respaldo entre históricos de la organización, el grupo parlamentario y un relevante sector de los cargos públicos que todavía mantiene Eusko Alkartasuna.