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Borja Sémper (PP), José Antonio Pastor (PSE), Iñigo Iturrate (PNV), Iker Casanova (EH Bildu) y Lander Martínez (Elkarrekin Podemos).

Los partidos vascos se felicitan por el desarme de ETA, pero discrepan sobre los presos

EL CORREO reúne en un debate a Iñigo Iturrate (PNV), Iker Casanova (EH Bildu), Lander Martínez (Elkarrekin Podemos), José Antonio Pastor (PSE) y Borja Sémper (PP)

DAVID GUADILLA

Sábado, 15 de abril 2017, 01:18

Primero una coincidencia unánime. Casi la única. El desarme de ETA es positivo, una buena noticia que permite contemplar el futuro con cierto optimismo. A partir de ahí, las discrepancias. Y no son pocas. EL CORREO pidió a los cinco grupos con representación en el Parlamento vasco que debatieran sobre el nuevo escenario que se abre tras la entrega de las armas por parte de la banda terrorista, sobre lo que significó el acto de Bayona, sobre presos, víctimas, convivencia... Cada partido envió al representante que quiso. Iñigo Iturrate (PNV), Iker Casanova (EH Bildu), Lander Martínez (Elkarrekin Podemos), José Antonio Pastor (PSE) y Borja Sémper (PP).

La cita es en la Cámara de Vitoria. Todos se conocen muy bien. Cómo abordar el final de ETA es una discusión recurrente en el Legislativo vasco, pero pocas veces los cinco grupos se sientan alrededor de una misma mesa para hablar del tema. La ponencia de Memoria y Convivencia arrancó hace un mes con la ausencia del PP. Los populares consideran que este foro ha rebajado la exigencia ética hacia EH Bildu. A corto plazo no parece que vayan a modificar su posición ni entrar en la ponencia. Al debate organizado por este periódico sí acuden todos los grupos. La conversación discurre en una de las salas del Parlamento.

Solo han pasado unos días desde la entrega de las armas y el acto de la capital labortana. Y más allá de cómo se realizó el desarme, el «celofán» como lo definen Iturrate y Sémper, todos creen que fue un paso significativo. «Es algo que la sociedad vasca llevaba pidiendo y exigiendo desde hace años», asegura el representante del PNV. «Que una banda terrorista se desarme es una magnífica noticia porque está asumiendo su derrota. Pero lo primero que pensé el sábado es para qué ha valido todo esto. Más de 800 asesinados, gente que ha tenido que abandonar sus casas...».

Sin estructuras

La tesis de que lo que ocurrió el sábado fue una «buena noticia» la comparten Pastor, Martínez «era una demanda mayoritaria» y Casanova, pero el portavoz de EH Bildu incorpora algunos matices. «Puede servir para desbloquear las cuestiones que quedan pendientes. Las consecuencias del conflicto armado».

Ahí se abren las discrepancias. Muchas miradas se fijan en los alrededor de 350 presos de la organización terrorista y en si el Gobierno de Mariano Rajoy modificará la política penitenciaria. En una entrevista a este periódico, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, recalcaba este pasado lunes que no habrá ningún cambio al menos que ETA se disuelva. La exigencia de que la banda desaparezca la subrayan PNV, Podemos, PSE y PP. Casanova marca distancias. «Desde el sábado ETA es una organización que no tiene ni voluntad ni estructuras ni medios materiales para ejercer la violencia y, por tanto, su continuidad o no, siendo una cuestión que tiene su importancia, desde luego para nosotros no es un tema central del debate».

La conversación gira sobre si debe modificarse la política penitenciaria. Se trata de una materia en la que surgen conceptos jurídicos que la mayoría de la ciudadanía probablemente nunca haya escuchado. Uno de ellos es la justicia transicional. Una vía que se ha utilizado para cerrar las heridas tras años de conflicto en algunos países. Se forman comisiones de la verdad, se establecen programas de reparación de víctimas y se flexibiliza el Código Penal para que los presos puedan salir a la calle. El término lo pone sobre la mesa el portavoz de la coalición soberanista. Con escaso éxito.

Iker Casanova: El final de la dispersión y el alejamiento se tiene que realizar per se. La aplicación de la legalidad penitenciaria a las personas enfermas o de mayor edad tiene que ser de forma inmediata. Luego se puede discutir sobre un paso posterior que conlleve la excarcelación de todas las personas que están en prisión. Y para eso hace falta una voluntad política que se ha aplicado en Irlanda del Norte, Colombia, Sudáfrica...

Iñigo Iturrate: Todas las experiencias internacionales nos sirven para aprender, pero en Euskadi no estamos en una situación parecida. Ese es un concepto formulado para situaciones de postguerra, y aquí estamos en una democracia parlamentaria con todas sus grandezas y sus miserias. Hablar ahora de eso es generar unas expectativas que no se van a cumplir.

Lander Martínez: Es que se aplica cuando hay un cambio de modelo en un país donde ha habido un conflicto y una de las partes ha sido encarcelada o maltratada de forma sistemática.

Iker Casanova: ¿Eso ha pasado en Irlanda del Norte? No. Y están los presos en la calle.

Borja Sémper: Urrosolo Sistiaga no está en la calle por una cuestión de justicia transicional. (El portavoz del PP se refiere al histórico miembros de ETA incluido en la vía Nanclares que ya está en libertad)

I. Iturrate: Y tampoco los del IRA.

Presión en las cárceles

El portavoz del PP abre el debate. Lo hace desvelando una conversación que mantuvo hace un tiempo con el padre de una reclusa interna en Galicia. «Y como os podéis imaginar, no apoyaba la dispersión». Pero, añade Sémper, «me contó las presiones» que sufría para no aceptar los beneficios penitenciarios que permite la legislación penitenciaria. «Cuando ETA se disuelva, la política de dispersión carecerá de sentido. Pero es verdad que un preso que cumple condena en Cádiz podría hacerlo en Zaballa si cumpliera con una serie de condiciones». Básicamente, arrepentirse.

José Antonio Pastor: Hay que gestionarlo con sentido común. El Pacto de Ajuria Enea ya decía que si ETA desaparecía, la sociedad sería generosa. Hay que tener sentido de país. La ley penitenciaria tiene márgenes suficientes para hacer las cosas de manera diferente. Pero es verdad que los presos podían haber dado pasos individuales que hubiesen facilitado su acercamiento.

I. Casanova: Eso tiene un nombre: chantaje.

J. A. Pastor: Chantaje es el que ha hecho ETA, que les ha impedido moverse.

I. Casanova: Eso no es cierto.

J. A. Pastor: Claro que sí. Y ahora cada preso tendrá que tomar sus decisiones individualmente. Y sabrá lo que tiene que hacer. Y esto no terminará con la excarcelación de todos los presos. Terminará con la excarcelación de los que digan los tribunales.

I. Casanova: Como Galindo (en alusión al general de la Guardia Cuivil).

J. A. Pastor: Como lo que tú quieras, pero eso es de esta manera. Si quieres mezclar temas no tengo ningún problema.

I. Casanova: El problema es que unas formas de violencia han quedado impunes y otras no.

J. A. Pastor: El problema es que durante 50 años ETA ha provocado un sufrimiento increíble para nada porque ha sido inútil, y habrá gente que pueda salir y otros que deban cumplir sus penas.

Convivencia con aristas

La enganchada entre los portavoces de EH Bildu y el PSE, que se repetirá poco después, es uno de los momentos más tensos de un debate que, sin embargo, discurre de forma cordial. Hay discrepancias, pero se mantienen dentro de lo correcto. Tras cincuenta años de terrorismo, 850 asesinados por ETA, miles de heridos, 350 presos de la banda y víctimas que reclaman el perdón y el reconocimiento del daño causado, los partidos no se ponen de acuerdo sobre en qué momento nos encontramos.

B .Sémper: Voy a parafrasear a Jesús Eguiguren. La paz es esto. Tendremos problemas, pero es que la convivencia tiene sus aristas. El gran problema de la convivencia en Euskadi ha sido quien ha intentado alterarla ejerciendo la violencia.

El portavoz del PP se dirige a Lander Martínez. El representante de Podemos denunció hace varias semanas que había sido agredido por un simpatizante del Movimiento pro Amnistía, los disidentes de Sortu, mientras estaba con unos amigos. «El problema es que a ti te peguen en un bar por ser de Podemos».

En ningún momento del debate se habla de la ponencia de Memoria y Convivencia. Al menos de forma explícita. Pero Sémper sí que alude a ella de manera implícita. «No creo que haga falta hacer ingeniería social en Euskadi». «Los que tenemos claro lo que ha pasado aquí no tenemos que ir a ningún lugar raro. Son los que entendían que a través de la amenaza y la violencia se podía defender una idea política los que deben acercarse a la democracia y al respeto. No nos volvamos locos. Desde que ETA no mata, deja de ser un problema. Pero también estaría bien pedirle que se disculpara por el daño que nos ha causado», añade Sémper.

I. Casanova: Bueno, en cuanto eso de que esto es la paz... Es evidente que quedan tareas pendientes. Decir que hay paz cuando hay personas en prisión o cuando hay víctimas que no tienen reparación...

J. A. Pastor: La paz es que yo y cientos de personas podamos salir tranquilamente a la calle sin tener que mirar debajo del coche.

I. Casanova: Para ti, pero igual para la familia de Cabacas no. Quizás para ellos la paz no llegará hasta que no haya Justicia. O para la familia de Pili Zabala quizás no llegue hasta que sea reconocida como víctima.

J. A. Pastor: O para las 350 familias de los asesinados por ETA cuyos crímenes están sin resolver.

I. Casanova: Claro, efectivamente. Por eso es frívolo decir que estamos en una situación de paz. Hay una desaparicion de la violencia, pero hay cuestiones que resolver para que la paz sea sólida. Mientras queden elementos potencialmente generadores de conflictos, quizás a una escala menor, lo que hay que hacer es aliviar esas situaciones.

J. A. Pastor: Paz y convivencia son cosas distintas.

I. Casanova: Mientras haya vulneración de derechos no hay paz.

J. A. Pastor: Ese silogismo te lo acabas de inventar. Si es así, no hay paz en ningún lugar del mundo. No habrá Justicia, pero sí paz.

I. Casanova: Bueno, como en el franquismo, también había paz. Una paz con vulneraciones de derechos no es una paz completa. Si digo que lo del sábado fue un punto de inflexión no quiero buscar la confrontación. Entiendo que se están eliminando cuestiones que tensionaban el ambiente político.

B. Sémper: ETA no tensionaba la politica, ETA mataba.

I. Casanova: ¿Pero es una buena noticia o no?

B. Sémper: ¡Me lo vas a decir a mí!

I. Casanova: Pues de lo que se trata ahora es de construir puentes.

B. Sémper: Pero lo que no puedo permitir es que pongas en un mismo plano la violencia de ETA con otras injusticias que se hayan podido producir. ETA va siendo un triste recuerdo para la sociedad vasca. Estoy seguro de que en breve conoceremos su disolución.

'La rendición de Breda' y la foto que no se quería «conceder» a ETA

El simbolismo de lo que sucedió el pasado fin de semana en Bayona también surge en el debate. Hay diferentes puntos de vista sobre lo que significó la fotografía de la entrega de las armas y cómo se llegó a ella. PNV, Elkarrekin Podemos, PSE y PP coinciden con algunos matices en que fue la imagen de una banda derrotada. Una visión de la que discrepa EH Bildu.

- Iñigo Iturrate: La izquierda abertzale ha intentado dar cierta épica a una realidad poco épica y que pareciese lo menos posible una derrota. Se necesitaba un cierto atrezzo».

- Lander Martínez: Ha hecho una celebración de algo que no lo es.

Una explicación que no comparte el representante de EH Bildu, quien también alude al papel del Gobierno central. «Aunque no ha aparecido como un obstructor activo, ha aparecido como un agente opuesto al desarme. Daba la sensación de que quería un desarme tipo La rendición de Breda, como el cuadro de las lanzas de Velázquez. Buscaba esa fotografía, y como no la ha encontrado, ha dado la sensación de que estaba cabreado y contrariado. No tanto por el desarme, sino por cómo se ha producido. Algunos quizás asocian la épica a una mentalidad militar pensando que es una victoria y luego un desfile. Y eso no ha habido. Ha habido una épica civil», recalca Casanova. Sus palabras encuentran respuesta en los representantes del PSE y PP.

- Borja Sémper: Todo ha sido para consumo interno, para intentar maquillar una derrota. Y si alguien cree que los servicios antiterroristas de Francia y España trabajan de una forma separada, desconoce cómo colaboran los ejecutivos de los dos países. El Gobierno de España no ha mirado para otro lado y era plenamente consciente de lo que estaba ocurriendo. Sabíamos que una ETA desmembrada quería una foto de la dignidad, y eso lo queríamos evitar. La gran foto que deseaba ETA era la de un ministro del Interior recogiendo unas armas o dándole la mano a un verificador. Y eso no se les iba a conceder.

- José Antonio Pastor: Reconozco que la izquierda abertzale lleva haciendo una reflexión importante para cambiar desde hace tiempo. Hasta ahí es cierto, pero no comparto esas críticas hacia los gobiernos español y francés por un supuesto bloqueo... quien bloquea es quien tiene las armas y no las entrega. Es responsabilidad de ETA. Lo de la escenografía que se organizó en Bayona a mí me pareció un poco patética. Querer reconvertir una derrota en una celebración, algo así como que el pueblo vasco tiene que agradecer a ETA que entregue las armas. En fin...

- Iker Casanova: Eso no fue lo que sucedió el sábado.

- J. A. Pastor: Es lo que se quiso vender.

- I. Casanova: Eso es lo que interpretasteis algunos. Ahí había gente de todas las trayectorias políticas reunidas con un mismo objetivo.

- J. A. Pastor: Bueno... Los que habéis llamado artesanos de la paz no eran de mucha diversidad política. Se ha querido crear una parafernalia excesiva.

Los representantes de los partidos también analizan el papel del Gobierno vasco y del central. Iturrate alaba la actuación del lehendakari y del conjunto del Ejecutivo autónomo. «Su papel ha sido de facilitador desde la discreción. Sin buscar el protagonismo. El lehendakari ha ayudado a tejer complicidades».

Una opinión que también comparten, en cierta medida, Martínez, Pastor y Casanova. El parlamentario de EH Bildu, en todo caso, habla de «gobiernos vascos», en alusión al de Navarra y a la Mancomunidad de Iparralde. De hecho, su presidente, Jean René Etchegaray, alcalde de Bayona, estuvo presente en el momento en el que los mediadores civiles entregaban las localizaciones de los zulos al arzobispo de Bolonia Mateo Zuppi.

Pero Sémper niega la mayor. «No creo que el Gobierno vasco haya actuado de forma discreta». Y enfatiza de nuevo: «No es verdad que el Ejecutivo central se haya puesto de perfil». Lo subraya para responder a los portavoces del PNV, Elkarrekin Podemos y PSE. Iturrate, Martínez y Pastor comparten la tesis de que cómo el desarme se ha desarrollado en Francia, el papel de Rajoy ha sido más sencillo.

«Estar a la altura»

¿Y ahora qué? El escenario está abierto.

- I. Iturrate: Somos optimistas. Esta historia se ha acabado. Debemos dejar claro que el valor de la vida humana está por encima de cualquier objetivo político y de cualquier cuestión de Estado.

- I. Casanova: Estamos en un escenario de win win. Ha ganado la sociedad. No se busca dejar fuera a nadie. Todos deberíamos subirnos a esa sensación. A partir de ahí, hay cuestiones que se tienen que ir abordando.

- L. Martínez: Nos toca estar a la altura. A ETA no le queda ningún papel. Ahora toca hablar de la reparación de las víctimas.

- J. A. Pastor: Tenemos razones para ser optimistas. Es verdad que puede haber múltiples relatos, pero hay un dato objetivo: ha habido una organización terrorista que ha matado a más de 850 personas.

- B. Sémper: Soy optimista, si queda claro que la democracia no fue vencida por el terror.

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