Un apasionado de Iparralde, nuevo embajador de Francia
Yves Saint-Geours, un apasionado de la cultura latinoamericana, sustituye a Bonnafont, que pasa a encargarse de África y Medio Oriente
Pedro Ontoso
Jueves, 3 de septiembre 2015, 02:30
El pasado 19 de agosto, Francois Hollande firmó el decreto de nombramiento de Yves Saint-Geours como embajador de la República Francesa en el ... Reino de España en sustitución de Jérôme Bonnafont, que ha dejado su cargo de manera precipitada. El nuevo inquilino de la sede diplomática del Gobierno de París en Madrid es un historiador vinculado al País Vasco francés, al que suele escaparse cuando sus obligaciones de lo permiten y habla castellano perfectamente. El Ejecutivo de Rajoy concedió el plácet -visto bueno- en julio, si bien no lo hizo público, como es costumbre, en espera de que se publicara en el Diario Oficial. Su llegada está prevista para mediados de este mes.
Bonnafont, que llevaba desde noviembre de 2012 en España, se despidió mediante un vídeo distribuido la última semana de agosto, en el que resumía su labor en la delegación gala cuando las relaciones bilaterales pasan por un gran momento. El exembajador elogiaba la "valentía" de los españoles por su comportamiento durante la crisis económica, al tiempo que destacaba la cooperación en materia antiterrorista, tanto contra ETA o contra el yihadismo en el Sahel o la República Centroafricana, donde París y Madrid "son hermanos de armas". Sobre la cuestión catalana se despide con un capote a Rajoy poniendo en valor la "democracia vigorosa" de España y apostando por "la unidad en la diversidad".
Jérôme Bonnafont sustituyó a Bruno Delaye, un experimentado diplomático muy activo y muy relacionado, al que era difícil emular tras cinco años en Madrid. La llegada de Bonnafont fue una sorpresa, no solo porque se trataba de una persona con perfil ideológico de la derecha -fue portavoz en el Gobierno de Chirac y jefe de gabinete de Alain Juppé, último ministro de Asuntos Exteriores con Nicolás Sarkozy-, sino porque nunca había ocultado su condición de gay. De hecho, en diciembre de 2014 celebró una fiesta en su residencia madrileña para festejar su boda con Danny Lalrinsanga, un modisto que ha trabajado como estilista para la casa Saint Laurent y que le acompaña desde hace 25 años. Ambos tienen un hijo adoptado.
En Brasil y Bulgaria
Durante la última celebración de la fiesta nacional del 14 de julio en la residencia de la madrileña calle Serrano se dispararon los rumores sobre su inminente marcha, que ya estaba cerrada, puesto que al día siguiente se formalizó su nuevo destino. Aunque su salida precipitada ha desatado muchas especulaciones en los ambientes políticos y periodísticos de Madrid, dada la actividad social que despliega la embajada francesa, fuentes diplomáticas hablan de "normalidad", dado que lo habitual es una campaña de tres años. Según ha sabido EL CORREO, a Bonnafont se le ofreció una embajada de gran peso, pero prefirió regresar a París para estar cerca de su madre, que se encuentra muy enferma. El decreto oficial del relevo dice que ha sido "llamado a otras funciones", que ya desempeña en la capital del Sena. Está al frente de la dirección de África del Norte y Medio Oriente -el cargo es oficial desde el pasado 16 de julio-, un puesto valioso puesto que se trata de una 'zona caliente' en estos momentos por el auge de la violencia étnica y el terrorismo yihadista.
Su sustituto, Yves Saint-Geours, nació en 1953 y es un apasionado de las culturas hispánicas y latinoamericanas, disciplina en la que está diplomado y sobre la que ha sido profesor. Fue director del Instituto Francés de Estudios Andinos en Lima entre 1985 y 1989, antes de ser nombrado subdirector de Ciencias Sociales y Humanas y de Arqueología en el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde permaneció tres años. Luego pasó a ser director general adjunto de Cooperación Internacional y de Desarrollo en el mismo departamento, donde también ha sido director de Relaciones Culturales y Científicas.
Consejero de dos ministros de Asuntos Exteriores, Hervé de Charette -giscardiano- y Dominique de Villepin -'gaullista independiente'-, enseguida ascendió en el escalafón. En 2004 fue nombrado embajador en Sofía, donde vivió la entrada de Bulgaria en la Unión Europea. En 2007 abrió un paréntesis en su carrera diplomática para dinamizar el emblemático museo Gran Palais de los Campos Elíseos hasta que, dos años después, fue requerido como embajador en Brasil, donde ha realizado una gran labor cultural. Precisamente, allí fue relevado por Bruno Delaye, con quien mantiene una gran amistad. En la actualidad ocupaba el puesto de director general de Administración y Modernización en el Quai dOrsay, en la 'sala de máquinas' del ministerio.
Yves Saint-Geours es, sobre todo, un hombre de cultura, al que es difícil identificar con etiquetas ideológicas, aunque sus cargos más 'políticos' los ha desempeñado con líderes conservadores. Se considera, sobre todo, un funcionario convencido sujeto a "fidelidades individuales", según recoge el magazine 'L'Histoire'. Su aterrizaje en Madrid se produce en un momento trascendental, caracterizado por la inestabilidad y la incertidumbre políticas. Las elecciones catalanas están al rojo vivo y las generales a la puerta de la esquina, después de otros comicios que han deparado un mapa político muy distinto al de su antecesor en el cargo.
A la hora de exhibir la habilidad diplomática que se le espera en un ciclo inestable, le puede ayudar su experiencia de juventud en el rugby, deporte del que es un apasionado. Saint-Geours jugaba de medio melé, un puesto muy estratégico y enormemente táctico a la hora de dirigir las líneas dispuestas para el ataque. En el equipo se le exige visión de juego, una cualidad aplicable en la diplomacia.
¿Y el tema de ETA, en un momento crucial del otoño terrorista? Aunque no es un experto en esta cuestión, seguro que no le es ajeno por la vinculación de su familia y de él mismo al País Vasco francés. Los Saint-Geours se han instalado en Iparralde durante varias generaciones, según la información recogida por el portal 'The Diplomat'. De hecho, este apellido da el nombre a una localidad (Saint-Geours-de-Maremne), en la región de Aquitania, dentro del departamento de las Landas. El propio embajador realiza escapadas siempre que puede a San Juan de Luz, sobre todo en verano. Según el magazine 'L'Histoire', es un enamorado de "este país de mar y de montaña, del que le gusta todo: las tradiciones, la naturaleza y el rugby".
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