Los pintxos más coloridos del mundo
Bocados brillantes ·
Bilbao prepara piezas que entran por los ojos por sus llamativas tonalidadesAdemás de sabrosos, los pintxos de Bilbao son también ahora los más coloridos del mundo. Dentro de los actos incluidos en la I Semana de ... la Moda del Casco Viejo, la asociación de comerciantes ha organizado un singular certamen para aunar moda, cultura y gastronomía. 18 bares y restaurantes han respondido a una convocatoria elaborando recetas de gran sabor, pero que curiosamente entran por los ojos de lo bonitos que son. Miniaturas, pero brillantes. Llaman la atención por su aspecto y dan ganas de zampárselos de un bocado. Solo hay que fijarse en el que tiene previsto preparar el Víctor Montes.
El histórico restaurante de la Plaza Nueva, donde recalan gran parte de los turistas de paso por Bilbao, sacará a su barra un brioch de pato a la naranja, aji rojo y curry amarillo que recoge tres de las cinco tonalidades del logotipo de la organización comercial, un corazón con las Siete Calles que palpita también en tonos verdosos y azules. Aunque el concurso arrancó ayer y se prolongará hasta el 8 de mayo, la mayoría de fogones parecen tomárselo con calma. Ayer a la mañana, solo dos establecimientos exhibían sus peculiares creaciones.
El jurado valorará el empleo de ingredientes y sabores de moda y priorizará también la estética y presentación
Pero hay profesionales que se han aplicado desde el primer momento, como los chavales de Cervecería Casco Viejo, en la Plaza Unamuno. El portugués Alex Ferreira sostenía con orgullo un reluciente entrecot a la parrilla sobre una parmentier de patata. Aquello parecía una ensalada de colores: azul coral, amarillo, negro, verde, morado, naranja, rojo... Un poco más, y la creación elaborada por Ana Etxebarria metía casi más tonos que el arcoíris.
Su nombre constituía otro aliciente más para devorársela en un pispás: 'Donde hubo fuego, brasa queda'. A la brasa, que no chamuscada, porque el pintxo resultaba al paladar una tentadora combinación de texturas. Solo un aviso a los futuros clientes. En cierto modo, da algo de pena engullírselo porque, si con las cosas de comer no se juega, las flores que coronan la montaña de la carne en forma de mariposa desaparecen en un abrir y cerrar de ojos.
En el Bar Fermín, un clásico de la hostelería bilbaína asentado en el arranque de la calle Iturribide, sacaron un pedazo (por lo grande que era) de bacalao rebozado y condimentado con una piparrada, una salsa de pil-pil con un puntito de cebollino y ajo tostado.
En la boca sabía de cine. «Gusta mucho y sabe a lo que tiene que saber: a bacalao», explicaba Aitor Olazabalaga, primo de Josemi Olazabalaga, el chef del Aizian. A la vista simula un desierto por el predominio del amarillo del pil-pil, el blanco del bacalao, el rojo de la piparrada y el verde, claro, del cebollino.
Como un desierto
Que reproduzca un desierto no es casual. Replica la camiseta del equipo de fútbol Erandio Basamortu, que ha completado una temporada excepcional al ascender de Tercera a Segunda Regional. «No es pequeño y está hecho con mucho amor y cariño, sus ingredientes principales», destacó Olazabalaga. El jurado, que valorará el empleo de ingredientes y sabores de moda, priorizará también la estética y la presentación para dar con el pintxo más colorido.
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