La pasión ferroviaria toma Bilbao
La estación de La Concordia reúne expositores de todo el país con más de 10.000 artículos en la vigésimo cuarta edición del Mercado de modelismo de trenes
Diana Martínez
Bilbao
Domingo, 12 de mayo 2024, 14:59
¡Pasajeros al tren! O, más bien, a la estación de La Concordia, donde no es necesario subir a un convoy para poder disfrutar de la pasión ferroviaria. Al menos este domingo, pues la terminal bilbaína se ha convertido en un lugar de encuentro para todos los aficionados al mundo de las locomotoras tras volver a acoger el Mercado de modelismo ferroviario, que celebra su vigésimo cuarta edición. Maquetas de trenes, colección de modelos a distintas escalas, libros y revistas especializadas... Todo un evento que reúne expositores locales y nacionales con el fin de preservar el patrimonio de este sector.
En la estación bilbaína se han dado cita coleccionistas de Gipuzkoa, Miranda del Ebro, Zaragoza, Madrid... En total, ocho particulares con veinticinco mesas con más de 10.000 productos diferentes. «Cada vendedor trae al menos mil artículos, hay mucha variedad», señala Javier Castroviejo, secretario de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao, entidad que organiza este evento para coleccionistas y que ha expuesto llaveros y libros por el 60 aniversario del 'Azulito'. Porque «no son juguetes», recalca. Son piezas de colección muy detalladas que alcanzan la media de 150 euros la máquina y 40 el vagón.
«La gente viene aquí a ver no solo las novedades, también las cosas de segunda mano, y a negociar y a regatear para llevarse el mejor chollo», apunta Castroviejo. Él mismo se ha hecho con una ganga: la locomotora 269 de Renfe, apodada 'la japonesa'. Se trata de una pieza «rara y muy cotizada. En su día fabricaron un montón de ellas, pero se vendieron todas». No obstante, hoy por fin se ha hecho con ella por 110 euros. «Un buen precio».
Entre las novedades de esta edición, el mercado cuenta con la locomotora Euro 6000 de Medway, con la palabra 'Futuro' en los costados, que salió al mercado –tanto el vehículo original como su maqueta– el pasado ejercicio. Una versión muy colorida y dentro de los valores de la agenda 2030, con motores más sostenibles. También destaca el 443, comúnmente conocido como 'el platanito' por su color amarillento, que data de 1987. «Es el tren prototipo de alta velocidad en España. Para su época fue una revolución, pendulaba en las curvas lo que le permitía ir a una velocidad mayor», explica Castroviejo.
Novedades y antigüedades
Maquetas como esta arrasan en el puesto de Juan José Sánchez, que ha traído más de mil artículos desde Madrid. Los aficionados al mundo ferroviario no se despegan de estas colecciones. ¿Cuál es el motivo? «Llevamos mucho Renfe, y en Bilbao hay mucho aficionado a Cercanías. Son artículos que ellos mismos ven por aquí, los reconocen y los compran», cuenta Sánchez. La pieza más codiciada en su colección es el Ferrobus, que cuesta más de 200 euros. «La mayoría de los que vienen aquí, de más de 50 años, se han montado en él. Se vendían billetes hasta que no entrara nadie más, iban como sardinas en lata. Muchos de pie, y durante viajes de hasta dos horas», explica.
Las joyas más antiguas se encuentran en el puesto de Mariano Rodríguez, de Zaragoza. Cuenta con acciones de tranvía datadas en 1951, algunos juguetes españoles, alemanes y franceses de los años 50 y 60, una revista de la asociación del ferrocarril de Barcelona de 1967... ¿De dónde salen estos tesoros? «Muchos vienen de nuestra propia colección. Compramos lotes y a veces te salen piezas repetidas», cuenta Rodríguez, un aficionado de toda la vida a este mundillo. Ahora tiene 66 años, pero comenzó esta pasión a los 15, «desde que tuve uso de razón». Logró comenzar esta aventura con las propinas de sus padres. «En aquella época era muy caro hacer colecciones. Un tren normalito igual costaba 70 pesetas o incluso 100. Era más de un sueldo, para un obrero era un dineral», recuerda.
Pero, ¿qué tiene el tren que gusta tanto? «Es el juguete clásico, como el coche. Hace que se le desborde la imaginación a los niños. Comienzan a imaginar lo que harían montados en el vehículo... Son aventuras», expresa Rodríguez. Esa misma experiencia sostiene Paco Pérez, vecino de la capital vizcaína que no ha querido perderse esta cita y se ha llevado chollos. «Algunas piezas antiguas cuyo fabricante ya no existe, están descatalogadas», afirma con orgullo. La pasión por el modelismo ferroviario le acompaña desde los 4 años, cuando le regalaron su primer tren. «¡Y todavía lo tengo!». Tras dejar la afición un tiempo, el nacimiento de su hijo hace 12 años hizo que se volviera a enganchar. Y es que este mundo es para todos. La mayoría de los aficionados tienen más de 50 años, pero las locomotoras atraen a todo tipo de público. Bien lo saben en la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Bilbao, cuyos miembros van desde los 6 años hasta los 94.