Orozko blinda sus pastos ante enfermedades que afectan a la productividad del ganado

La crisis abierta a comienzos del verano en los montes comunales del Gorbea a raíz de un caso de tricomoniasis -una enfermedad de transmisión sexual- está pasando factura a los ganaderos, que no han podido soltar los toros al monte y tendrán que fecundar a las vacas en sus instalaciones, con la consiguiente pérdida de cabezas de ganado y de ingresos esta campaña. Para evitar que se vuelva a repetir un caso similar, bien sea por esa ETS o por otra afección, el Ayuntamiento de Orozko blindará sus pastos en el próximo pleno de octubre, que se celebrará la semana que viene.

El Ejecutivo local ratificará e incluirá dentro de su legislación local el Plan Sanitario de Vigilancia y Control de Enfermedades en los montes comunales que han aprobado las tres diputaciones vascas con la colaboración de Neiker. Se trata de un documento que busca erradicar los males venéreos después de que estén eliminados los virus de interés zoonótico, es decir, aquellos que se transmiten entre animales y seres humanos. Según indican los redactores del protocolo, estos consejos permitirán «dar un valor añadido y mejorar la rentabilidad de las explotaciones».

La adhesión de las ganaderías al proyecto es voluntaria, pero, una vez que el Ayuntamiento, titular del monte, la incorpore en su ordenación se convertirá en obligatoria para todas las instalaciones radicadas en el municipio. Y en este sentido deberán cumplir controles y exámenes rutinarios, presentar un censo de ejemplares, contar con espacios y planes para llevar a cabo cuarentenas y comunicar los abortos que se registran. De forma paralela, se someterán a un seguimiento veterinario continuo.

El plan es ambicioso y se controlarán más enfermedades que la propia tricomoniasis. Así, se analizará a las reses en busca de paratuberculosis, neosporosis bovina, rinotraqueítis infecciosa bovina y diarrea vírica bovina, entre otras.

Los ganaderos se muestran a favor de la adopción del plan porque saben que, aunque de primeras tengan que incrementar el gasto, a la larga saldrán «beneficiados» al extremarse las precauciones y reducir a la mínima expresión los abortos y los ejemplares enfermos.

El alcalde, Josu San Pedro, considera que «es importante porque todas las cabañas tendrán que cumplir el mismo control independientemente de dónde sean». Pero, para ello, las «diputaciones tienen que obligar a los ayuntamientos a incorporar el protocolo y jugar todos en la misma liga y con las mismas reglas porque, si no, no servirá de nada».

En este sentido, el primer edil recuerda que los pastizales públicos del Gorbea están compartidos por varios municipios: Orozko, Zeanuri, Zeberio y Areatza en la vertiente vizcaína y Zuia, Llodio, Amurrio y Zigoitia en la alavesa. «En las campañas obligatorias no hay problemas porque son iguales en toda la Comunidad Autónoma Vasca, pero las no obligatorias las implanta cada sociedad de ganaderos», explica el regidor. San Pedro, además, subraya que «los ganaderos de Orozko y los de Zeanuri son muy responsables en cuanto a sus campañas y han hecho obligatorias algunas de estas enfermedades, pero no sirve de nada aplicar estos controles cuando el vecino no los pasa y el ganado se entremezcla».