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C. RAPOSO
ORDUÑA.
Martes, 7 de enero 2020
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No cabe duda de que la avispa asiática ha venido para quedarse. Y no es precisamente una visita deseada. Los innumerables esfuerzos que se han venido realizando desde que la especie aterrizase en Bizkaia, en el año 2012, de poco han servido. De hecho, su rápida y agresiva expansión por el territorio apenas ha cesado en ese tiempo. Por suerte, no es tarde para actuar. Orduña por ejemplo, ha logrado reducir hasta en un 80% el número de sus nidos durante este último año, o lo que es lo mismo, ha pasado de tener 31 nidos en 2018 a tan solo 6 en 2019. «Es la primera vez que logramos reducir la cantidad de nidos detectados, algo que no se logró ni cuando se puso en marcha el protocolo para controlar la población», valoran con orgullo portavoces oficiales del Ejecutivo local.
Desde que la Diputación foral impulsara en 2016 un programa para erradicar a esta especie exótica invasora, la Vespa Velutina, la ciudad ha logrado eliminar un total de 77 avisperos. Y todo gracias a la aplicación de un biocida. Mismo remedio que acabó con 4.044 nidos en el territorio en 2018, el doble que en el ejercicio anterior (2.231). El ente foral no ha querido facilitar aún los datos de 2019 porque «serán presentados públicamente en los próximos días», según argumentaron ayer portavoces de la institución. Pese a la mejoría en las cifras, los expertos no se muestran del todo optimistas. Coinciden en que, a día de hoy, cualquier intento de erradicación es imposible.
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