La Epifanía de Arrigorriaga recupera el jueves el fuego real

Este jueves, como cada 5 de enero al anochecer desde hace 44 años, el centro de Arrigorriaga se convertirá en un cuidado escenario donde los edificios del casco histórico se disfrazarán con costanera corteza de madera y 22.500 watios de luz y otros 3.000 de sonido para hacer viajar al nutrido público al nacimiento de Jesús con la Epifanía, una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Esa manifestación es la que recrearán durante más de dos horas de representación más de 250 vecinos de Arrigorriaga. Y lo harán, además, de manera voluntaria.

Entre las novedades de este año, según explica José Luis Méndez, director de la obra, «hemos cambiado las lanzas de los romanos recuperando las de una punta para que sean iguales que las que ellos utilizaban, los cueros de los romanos y algún traje más que estaba estropeado». Además, se va a introducir fuego real en diferentes puntos, «porque en los últimos años lo sustituimos por fuego artificial». Todo el elenco de actores amateurs comenzaron con los ensayos generales ayer por la tarde y seguirán con esta labor durante todos los días previos al jueves. El grupo de danzas local Abarrak también seguirá al séquito real, que pasará por las calles Severo Otxoa y Paseo de Urgoiti. «También queremos cambiar la música que les acompaña de la valkirias por una nueva de Häendel», adelanta Méndez.

Nueve actos

El montaje se basa en el relato escrito en 1.969 por el autor local Armando Astarloa y recrea todo lo acontecido en referencia a la adoración de Jesús por parte de sus Majestades de Oriente. Durante la escenificación se representarán diferentes escenas bíblicas como la aparición del ángel anunciador, el nacimiento del Niño, la entrada de los Reyes Magos en Belén, su llegada al pesebre, su recibimiento por parte de la Virgen y San José e incluso la matanza de Herodes.

Dividida en nueve actos siete principales y dos menores, la puesta en escena seguirá siendo fiel a su esencia. Según explica su director, «sí que hemos ido modificando algunas cosas del texto, como por ejemplo el tiempo en el que los Reyes adoran al Niño, en el que hemos introducido más conversación para que no se haga muy largo».

Pero el mayor atractivo del evento es su gran realismo, logrado a través de un ambicioso desfile de numerosos personajes ligados a esta festividad cristiana, como pastorcillos, escribas, soldados romanos, Herodes con su comitiva o los Reyes. Tras las inundaciones de 1983, todo el material que se utilizaba para la representación se perdió hasta que un grupo de vecinos volvió a recuperar esta tradición en 1987. Las primeras reuniones y tomas de contacto para organizar el espectáculo tienen lugar después del verano, en el mes de octubre. A partir de ahí, semana a semana, comisión y voluntariado avanzan poco a poco en todo lo que conlleva una representación que es ya una seña de identidad del municipio y toda una referencia en la comarca y alrededores. Para hacer frente a gastos extra como la compra de nuevos materiales y el arreglo de los ya existentes, los organizadores, en lugar de la habitual venta de lotería, rifarán un año más una cesta, valorada en 6.000 euros.