«A las mujeres nos toca enseñar los dientes»
La especialista vizcaína se convierte en la primera española y segunda europea que ingresa en la selecta, y muy masculina, Academia de Odontología Americana
Sólo una mujer en España ha logrado entrar en el selecto grupo de profesionales que forma la muy prestigiada –y muy masculina– Academia Americana de ... Odontología Restaurativa (AARD, Chicago). Se llama Eva Berroeta y el pasado febrero se convirtió también en la segunda europea que ingresa en la organización. La institución que marca el devenir de la especialidad cuenta con casi 300 miembros, que se renuevan en función de las bajas que se producen, como en la Real Academia Española (RAE). Con la llegada de la bilbaína, aumenta la cuota de mujeres. Ahora son nueve.
– ¿Qué supone ingresar en una organización así?
– Es desafío y el máximo reconocimiento de la especialidad. Desde que hacía la residencia en EE UU, todos los gurús y grandes expertos estaban ya en ella.
– ¿Cómo se llega ahí?
– Con mucho esfuerzo y mucho trabajo. Miran tu carrera profesional, tus logros, tu bagaje, todo.
– ¿Qué va a hacer usted?
– Estar con la gente que mueve la especialidad en el mundo, compartiendo y aprendiendo de ellos. Muchas veces será tomar un café y conversar con un número uno mundial en prótesis dentales.
– ¿Qué supone para una mujer?
– Un orgullo, porque muchas mujeres se sienten identificadas con mi logro. Saben lo difícil que es conciliar la vida personal, familiar y profesional. Para mí ha supuesto un mayor esfuerzo por tener una vida familiar y tener que combinar ambas.
– Tiene usted dos hijos.
– De 8 y 10 años.
– Edades complicadas.
– Sí. Muchas veces sientes la culpabilidad de ser mujer. Es distinto lo que se siente si eres hombre y dejas a tus hijos con tus padres o los de tu pareja. Al final, el mayor reconocimiento es que tu hijo de 10 años te diga, 'Mamá, estoy superorgulloso de ti'. Me quedo con eso.
«Como mujer, el mayor reconocimiento es que tu hijo te diga 'mamá, estoy superorgulloso de ti'»
«No siempre se puede parar»
– Algunas patologías se manifiestan de forma distinta en hombres y mujeres. ¿Ocurre con la boca?
– No, en eso es exactamente igual. Quizá el embarazo sea el único momento en que los cambios hormonales afectan más a las mujeres.
– A las mujeres, ¿les toca enseñar más los dientes?
– ¿Para sonreír o para...?
– Para todo.
– En algunos momentos has de enseñar los dientes y decir 'aquí estoy y esto es lo que valgo'. En esta sociedad hay un porcentaje altísimo de hombres y nos toca demostrar no sólo si vas bien vestida, sino que lo hago igual de bien que tú.
– ¿También en el ambiente en que usted se mueve?
– Esta mañana he estado mirando la documentación del congreso de la SEPES (Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética). El cartel son 80 hombres y seis mujeres, de las cuales cinco son solteras o sin hijos. Yo soy la única que tengo familia. Hay en España 4.000 mujeres odontólogas más que hombres, pero no estamos ahí todavía. Estamos enseñando los dientes, diciendo 'aquí estamos', pero no es fácil.
– ¿Cómo se bandea en ese mundo?
– Trabajando y trabajando. Nunca vamos a estar en igualdad de condiciones por el hecho de ser madres. El instinto maternal nos puede cuando has de decidir si un fin de semana vas a un congreso o te quedas con tus hijos. Es muy difícil compaginar ambas cosas si quieres estar al mismo nivel de ambición.
– ¿No son ellos cada vez más paternales?
– Sí, es cierto. Pero a la hora de elegir, en mi sector, veo muchos hombres que muestran con orgullo en las redes sociales todos los congresos y cursos en que participan semana tras semana. Cuando lo veo pienso 'Tienes cuatro hijos, ¿cuándo les ves?'. A nivel internacional hay dos mujeres conferenciantes. He hablado con las dos y las dos renunciaron a la maternidad sólo para poder ascender a nivel profesional.
– ¿Y como pacientes, cómo somos?
– Los hombres son más indiferentes, se fían de ti... menos los ingenieros, que saben lo que quieren...
– «¡Hágame un puente!»
– ¡Ja, ja, ja, ja! Las mujeres tenemos un sentido de la estética mucho mayor. Sabemos lo que queremos.
«Las personas no nacen sabiendo limpiarse la boca y los profesionales tampoco se lo enseñamos»
Cada vez, menos desdentado
– Quieren la sonrisa perfecta...
– Cada vez la solicitan más hombres.
– ¿Y a todos enseñan a sonreír?
– A todos se lo enseñamos, hombres y mujeres, porque sonreír es maravilloso. ¡Ja, ja, ja! Generalmente son pacientes con muchos problemas de autoestima y después de años sufriendo hay que enseñarles a sonreír sin taparse la boca, sin miedo.
– No tiene que ser fácil quitarse de golpe un gesto de años, asimilado ya como propio.
– La sonrisa no sólo afecta a la estética bucal, sino al conjunto de la cara. Cuando comprueban que todo está correcto y se ven más guapos cambian de actitud y lo normalizan.
– ¿Quién se cepilla mejor?
– Hombres y mujeres, parecido. No hay diferencias entre sexos. Los pacientes no saben limpiarse la boca y nosotros, los profesionales, tampoco se lo enseñamos. Nadie nace sabiendo usar el cepillo, el hilo dental, el interdental, el eléctrico...
– En una sociedad envejecida, como la nuestra, ¿debería acudirse al dentista con más frecuencia?
– En algunos casos, sí. Hay pacientes con mayor riesgo de caries, con problemas de boca seca o de erosión del esmalte dental que les recomiendo hacer un seguimiento más intenso, cada tres o seis meses.
– ¿Por qué se nos caen los dientes? ¿No podrían durar toda la vida, como el resto de los órganos...?
– ¡Pues mire, cada vez se caen menos! La menor incidencia de la caries por la fluorización de las aguas ha permitido reducir la caída dental. El mayor desafío ahora es la enfermedad periodontal, la de las encías.Yconocer las bacterias que la provocan nos está ayudando a ver menos pacientes desdentados.
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