Molinos eólicos tan altos como la Torre Iberdrola frente a la costa de Armintza
El visto bueno al plan del Gobierno vasco para probar aerogeneradores gigantes en el mar genera expectación en la industria vasca
Finalmente, después de cinco años de tortuosa tramitación administrativa, el Gobierno vasco acaba de lograr el permiso para probar molinos eólicos mar adentro, frente a las costas de Armintza. El proyecto, pionero en España, prevé realizar ensayos con dos aerogeneradores flotantes al mismo tiempo. Los datos que se logren recabar (resistencia a los temporales, horas de funcionamiento, corrosión por la humedad, impacto sobre las aves...) serán de gran utilidad para la potente industria vasca del sector eléctrico, ilusionada ante las nuevas perspectivas que se abren.
La energía eólica marina es una de las grandes esperanzas de las renovables. El viento es más fuerte y constante que en las montañas. Produce más electricidad y de una manera más regular. Otra de sus bondades es que la huella en el paisaje y en la avifauna es sensiblemente inferior. Por el contrario, su gran desventaja es el elevado coste de una central marina frente a una terrestre. Por este motivo, hacen falta investigaciones y estudios que permitan abaratar la factura final y conocer cómo será su evolución en el futuro.
En este contexto, el Ejecutivo autonómico, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente (tiene una participación del 8%), puso en marcha Biscay Marine Energy Platform (BiMEP), una lámina de agua unas de 500 hectáreas (unos 500 campos de fútbol), situada a entre 2 y 3 kilómetros de distancia del litoral vizcaíno, y que servirá de banco de pruebas para proyectos que aprovechen recursos naturales. Varios cables de alta tensión conectan, desde hace un par de años, este espacio con tierra firme. Se han invertido unos 25 millones de euros.
Además de tener la posibilidad de hacer análisis con boyas y otros mecanismos que captan la energía de las olas y las mareas, BiMEP podrá, a partir de ahora, testar material eólico. No hay fecha todavía para el inicio de los ensayos. Lo que sí se conoce es que el estudio de impacto ambiental se ha redactado partiendo de la premisa de cuál será el aerogenerador de mayor tamaño que podrá ubicarse frente a las costas de Armintza.
El submarino de los Navy Seals y cámaras inteligentes
El Gobierno vasco, a través del Ente Vasco de la Energía (EVE), ha realizado un estudio de impacto ambiental amplio, preciso y que no ha escatimado en medios. El BiMEP está situado en pleno corazón de una zona de alto valor ecológico. Es un santuario para la protección de las aves y también forma parte de un paisaje que se ha revelado como uno de los principales reclamos turísticos de Bizkaia desde que la serie Juego de Tronos se rodara en San Juan de Gaztelugatxe.
El informe ambiental lleva la firma de Azti, que invirtió cientos de horas de investigación. Se realizaron simulaciones visuales sobre el paisaje. Aunque quizás, lo más sorprendente, haya sido la utilización de un ROV (robot sumergible) de alta tecnología para rastrear cada metro del fondo marino. El minisubmarino empleado ha sido el Seaeye Falcon DR, un modelo que emplean las fuerzas especiales estadounidenses en sus misiones en Oriente Próximo.
Otro de los dispositivos de última generación que se va a emplear para minimizar el impacto ecológico de los molinos es un sistema llamado DTBird, capaz de detectar mediante cámaras inteligentes la presencia de aves en la zona. Si la alarma salta, las aspas se paran o unos altavoces emiten un sonido para asustar al animal.
Se trata del molino G11X, construido por Gamesa. Un gigante con una potencia de 5 MW, capaz de satisfacer las necesidades eléctricas anuales de 4.500 hogares. Los informes realizados evalúan qué pasaría si se prueba esta colosal máquina en la costa vizcaína. Los resultados han sido calificados como aceptables por parte de Medio Ambiente, que ha terminado autorizando el plan.
El G11X se levantaría 163 metros sobre la lámina de agua, alcanzando una altura similar a la de Torre Iberdrola. Solamente la estructura que da soporte al conjunto se eleva 90 metros, a lo que hay que añadir los 63 de pala y los, aproximadamente, 10 que tendrá la fortaleza flotante sobre la que se asentará el conjunto.
La idea es que estos molinos puedan montarse y desmantelarse de manera frecuente. Ninguno de ellos permanecerá más de 24 meses, según lo autorizado. El objetivo, se asegura en el proyecto al que ha tenido acceso EL CORREO, no es instalar una central al uso. «En ningún caso el proyecto tendrá un fin de simple producción y comercialización de la energía eléctrica que se pudiera generar», se asegura. La idea es profundizar en la investigación. «Será algo puramente experimental».
Una empresa de Leioa
Una de las empresas que ha mostrado mayor interés por la puesta en marcha del BiMEP cuanto antes es Saitec. La compañía de Leioa ha cerrado recientemente un acuerdo para impulsar parques eólicos marinos en Japón y Escocia. Dispone ya del diseño de un prototipo con el que aspira a ensayar en cuanto sea posible.
En su contexto
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25 millones de euros se han invertido en BiMEP, cuyas acciones pertenecen al Gobierno vasco (92%, a través del EVE) y al Ministerio de Medio Ambiente (8% a través del IDAE). Precisamente, tres millones de euros de financiación adicional están pendientes de una resolución en el Senado. Esta partida fue acordada entre el PP y el PNV. Los populares anunciaron recientemente que ahora votarán en contra.
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Recelo a los pilotes La autorización expedida por el Gobierno central pide a BiMEP que priorice la investigación con aerogeneradores flotantes, en lugar de los que usan anclajes de sujección al lecho marino a partir de perforaciones y pilotes. Este último sistema genera mucho ruido y estrés a los cetáceos.
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90 metros. Es la profundidad máxima que hay en el área de BiMEP. Este parámetro fluctúa entre los 43 y los 90 metros a lo ancho y largo de sus 500 hectáreas de superficie.
Pero no es la única firma que ve con buenos ojos la iniciativa que se desarrollará frente a Armintza. Tecnalia cuenta también con una plataforma flotante llamada Nautilus, sobre la que podrían montarse diversos modelos de aerogeneradores. La estructura tiene una altura de 10 metros y una anchura de 42. Esto permite, por ejemplo, que un molino gigante pueda alejar sus aspas a más de 20 metros de altura con respecto al nivel del mar, algo muy importante para que, en caso de temporal, las palas no sufran daños.
Respecto al impacto visual que generarán la instalación de aerogeneradores frente a Armintza, los estudios realizados advierten de que serán visibles desde distancias superiores a los 8 kilómetros. Por ejemplo, podrán aparecer ligeramente en las fotografías que los turistas tomen de uno de los hitos vizcaínos actualmente: San Juan de Gaztelugatxe.