La mitad de los casos urgentes de violencia machista son ya los hijos de las maltratadas
La Diputación dio refugio a 208 personas el año pasado y detectó un incremento del 43% en las llegadas de menores al albergue foral
El servicio de acogida urgente de la Diputación recibió el año pasado a 208 personas. Este primer refugio para las mujeres que corren un alto ... riesgo de agresión, que se activa en situaciones límite, protege también a los hijos y dependientes que puedan tener a su cargo. Por primera vez, los menores representan la mitad de las llegadas: 105 mujeres y 103 niños.
El avance de las cifras oficiales de 2018, a las que ha tenido acceso EL CORREO, marca una tendencia que quienes trabajan a pie de calle en el refugio foral de urgencia aún no lo pueden explicar. «Es evidente que hay un incremento importante en el número de niños que llegan pero aún no sabemos si es algo coyuntural o si se va a consolidar». Mientras la cifra de mujeres maltratadas acogidas apenas ha variado en esta legislatura (eran 97 en 2015 y ahora son 105), la cifra de menores ha pasado en los últimos doce meses de 72 a 103, nada menos que un 43%.
Todo cambió en 2015. Fue entonces cuando se modificó la ley que regula la protección a la infancia y se incluyó como víctimas a los niños cuyas madres sufren violencia machista. Ya no eran sólo testigos sino víctimas directas, con todos los derechos de protección. Se les aplica, de hecho, el Estatuto de Víctima. Tras el cambio normativo, el área foral de Empleo, Inserción e Igualdad que lidera Teresa Laespada puso el foco en las hondas heridas psicológicas que provoca presenciar cómo tu padre intimida, amenaza o golpea a tu madre. La Diputación lanzó el programa Txikiak, un plan piloto que ofrece apoyo terapéutico a unos chavales que llegan con la ansiedad disparada y la autoestima por los suelos.
En 2015 cambió la ley y se pasó de considerar como testigos a los menores a hacerlo como víctimas
El profesor de la Universidad de Deusto Félix Loizaga explica en el estudio 'Estilos de apego en menores víctimas de violencia de género' «los problemas de integración, estrés postraumático y depresión» que puede acarrear vivir en una casa donde reina la violencia machista. En unas jornadas monográficas celebradas el año pasado, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, y el Ararteko, Manuel Lezertua, admitieron que los avances legislativos no acaban de «materializarse» en una protección efectiva para los pequeños. Ibarra reclamó «que se escuche su voz de forma autónoma» y el Ararteko pidió «tener en cuenta la opinión» de los menores. Entre las consecuencias psicológicas hay una arista de la que casi nadie quiere hablar: los expertos han demostrado que las víctimas de maltrato tienen un riesgo mayor de desarrollar conductas violentas en el futuro. Si no se les acompaña, pueden ser una bomba de relojería.
El 20% de los pequeños atendidos en 2018 tenían una orden de protección frente a su padre –lo que se conoce popularmente como una orden de alejamiento contra el progenitor–. El 63% son niños y el 37% niñas.
Las secuelas van de la ansiedad y la baja autoestima a problemas de integración y depresión
Asesoría psicológica y jurídica
El perfil de víctima de maltrato es una mujer joven –el 77% tiene menos de 40 años– y extranjera –67% del total– que tiene una orden de protección (83%) y pasa una media de 10 días en el refugio de urgencia. Posteriormente, algunas mujeres regresan a sus domicilios y otras pasan a recursos de media y larga estancia, los pisos forales donde se les deriva tras una primera intervención. Allí hay 104 mujeres y 54 menores. Las dos herramientas más demandadas son asesoramiento psicológico (1.525 peticiones) y jurídico (491). A 17 de ellas se les adjudicó directamente un piso en régimen de alquiler y también ha crecido el volumen de ayudas económicas, con 161 solicitudes atendidas. En el programa de intervención familiar, pensado para aquellas que no se sienten todavía preparadas para abandonar el domicilio familiar y conviven con el agresor, se asesora y acompaña a 111 mujeres y 90 menores.
Existe un teléfono de atención telefónica del Gobierno vasco que está operativo para víctimas de maltrato las 24 horas del día: 900 840 111. El número de llamadas se ha estabilizado en unas 1.500 anuales y corresponden a unas 950 personas porque algunas telefonean en varias ocasiones. Las propias maltratadas lo hacen en un 68% de los casos, sus allegados y familiares representan el 25% y hay también un 7% de profesionales que recurren a esta vía.
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«El daño contra ellas llega al niño con una fuerza escandalosa»
«Sería un error pensar que las víctimas son solamente las mujeres. El daño que ellas sufren se traslada con una fuerza y contundencia escandalosa a sus hijas e hijos, a menores cuyas vidas quedan dramáticamente marcadas por la violencia, la agresión, la humillación y el maltrato», explica Teresa Laespada. La diputada socialista recalca que «experimentar el dolor de una madre herida es un malestar emocional que les duele como si fuera propio». El área foral de Empleo, Inclusión e Igualdad mantiene un programa de atención psicológica para ellos llamado Txikiak.
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