Mari Jaia y los Mari listos
EL PISCOLABIS ·
De repente todos saben lo que vale la imagen de las fiestas de BilbaoJON URIARTE
Sábado, 24 de diciembre 2022, 01:13
440.000 euros. Esa es la cifra. El precio por comprar Marijaia. Podremos discutir la cifra, que no es descabellada, pero no la razón. ... Por eso me llama la atención la de expertos en marketing y en merchandasing que han aforado desde que se haya hecho pública la compra de los derechos de imagen y uso comercial de Marijaia. Que si es una barbaridad de dinero, que si por ese monigote no pago ni un euro, que si mejor gastar ese dinero en otra cosa...y suma y sigue. Hablar es lo poco que sale gratis. Y se nota. Uno ha metido la pata muchas veces, pero con los años va aprendiendo y tarda un rato en opinar. Incluso le doy una pensada. Pero tirar de neurona es como llevar claveles en el ojal. Que no se estila. De ahí la mala baba latente. La Marijaia para muchos es una patochada que debería ser quemada no solo cada año, sino siempre.
No me extraña el follón con la mujer, imagen de las fiestas de Bilbao. Porque jamás valoramos la creatividad o el trabajo ajeno como el propio. Da igual que hayas pintado la Capilla Sixtina o el logotipo de la tienda de la esquina. Alguien habrá que le parezca una mierda sobrevalorada y demasiado bien pagada. Pongamos un ejemplo. El logotipo de Nike. Salió de la mente y mano de una estudiante de diseño gráfico, Carolyn Davidson. El fundador de la marca, Phil Knight, conoció a Carolyn en la universidad de Portland, donde él impartía clases de contabilidad. Knight estaba obsesionado con Adidas y su poderío que veía en todas partes con la imagen de las tres bandas y buscaba algo igual. Pero vio la idea de Carolyn y le gustó. Le pago la escalofriante cifra de 35 dólares. Era 1971, pero hasta en aquél año era una migaja. De hecho años después le dio acciones en reconocimiento de lo que supuso aquél simple dibujo. Lo digo por los que dicen que Marijaia es fea a la par que mal diseñada. Porque de dibujantes también vamos sobrados. Extraña que no seamos punteros en todo. Porque tenemos una Marijaia. Pero de Marilistos vamos sobrados. Si han leído bien. Mucho listo que sabe de todo. Y que se creen vitales.
Desconozco lo que puede generar la imagen de Marijaia y su comercialización. Pero toda persona que ha viajado más allá de Pancorbo sabe que ella y el Puppy son iconos de Bilbao y más allá. Explícale tú a un tipo de Cincinnati o de San Francisco que ambos fueron despreciados por los expertos de todo y de nada. Porque aquí confluyen el que dice que sabe y el que no pero opina de todo. Y mira que yo soy dado a opinar. Pero tiendo antes a preguntar. Aunque solo sea por vergüenza torera.
Recordemos que del Guggenheim dijeron de todo gente que ahora lo niega. Así que una humilde imagen representativa de la Aste Nagusia de Bilbao puede recibir críticas y hasta ladrillazos. No extraña. Pero cabrea. Porque el mundo se divide en dos tipos de seres humanos. Los que intentan hacer algo y los que no hacen nada, pero opinan. Y les parece, aquí viene lo bueno, que ellos y ellas están mal pagados y el resto sobrados. Tú no sabes lo que es lo mío. Esa es la frase. En mi entorno hoy, ayer y seguro que mañana, conozco a jetas que hacen nada o casi nada y se creen que están salvando al planeta de la extinción. Vagos a sueldo completo que tienen el morro de opinar sobre lo que ganan otras personas. Ignorantes que no han perdido un segundo en estudiar un tema, pero opinan sobre él como si fueran catedráticos del tema. Porque una cosa es plantear una reflexión y criticar algo y otra decir que algo está mal porque la cifra te chirría. Pregunta antes. Hay quien puede responder. Es cuestión de perder unos minutos. Bastantes menos que lo que cuesta pensar y diseñar una Marijaia. Y si creen que eso se hace de la noche a la mañana echen un vistazo a la obra de Mari Puri Herrero. En realidad no me entiendo a mí mismo. Sigo siendo un inocente. Porque estas líneas no servirán para nada. Listos hay y habrá siempre. Por alguien que haga algo, habrá miles que no harán nada pero opinarán. Es lo que hay. Por eso me gusta Marijaia. Ella también lo sabe, pero le da igual. Por eso levanta las manos al cielo buscando fiesta.
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