El punk nunca muere, y menos en Santurtzi

La mayoría de los asistentes al evento peinaban ya canas, aunque muchas estuvieran camufladas en puntiagudas crestas de colores. La media de edad estaba más cerca de los 50 que de los 30. Es la generación que pasó su primera juventud escuchando temas como 'Mucha policía, poca diversión', 'Ratas' o 'Más allá del cementerio'. Éxitos que sonaban en todos los festivales punk, tanto de Euskadi como del resto del Estado. Iosu Expósito, Juanma Suárez y Pako Galán se convertían así en iconos de un movimiento 'antitodo', influenciados por la persecución del movimiento punk en Reino Unido. «Ellos bebieron de otros grupos y ahora los músicos nos vemos influidos por su estilo», reconoció Patxi Díaz, que se acercó desde Barakaldo para no perderse este acontecimiento.

Entre tanto veterano, también gente joven. «Es mi grupo preferido porque es lo que escucho en casa», confesó Ariadna Callejo, que estaba todavía lejos de nacer cuando la banda vivía sus años de máximo esplendor. Aun así, cantó a viva voz muchos de los temas que una docena de grupos musicales interpretaron en el concierto tributo a los músicos santurtziarras. Entre los artistas que subieron al escenario destacaron el propio Pako Galán, antiguo miembro de Eskorbuto, y Roberto Moso, del también emblemático conjunto de rock vasco Zarama. Junto a ellos, otras bandas de la talla de Subversión X, Los Cojones o Rombos Negros.

Más allá del tributo musical, dentro del 'Eskorbuto eguna' se inauguró un mural en el que se inmortaliza a los tres componentes principales del conjunto musical. Solo de largo, por decir algo, tiene 27 metros. La obra, encargada al artista local Jon Mao, está ubicada en Mamariga, un lugar emblemático para el conjunto musical por ser el barrio donde nació Iosu Expósito.

La alcaldesa del municipio marinero, Aintzane Urkijo (PNV), fue la encargada de inaugurar el mosaico, que calificó como «deuda pendiente de la localidad con Eskorbuto». Se mostró de acuerdo Unai Sánchez, un aficionado que a pesar de ser de Bilbao reconoce que «fueron ellos los que llevaron el nombre de Santurtzi por todo el Estado», para remarcar después que «mucho han tardado en hacerles un homenaje y todavía estamos esperando una calle con su nombre». El mural, que fue destapado por los cientos de fans que se acercaron al evento, está elaborado en colores rojos y negros, que reflejan «la fuerza» que Eskorbuto tenía en los escenarios.