Un perro ataca brutalmente a un niño de 9 años y hiere a otras dos personas en Portugalete

De repente escucharon gritos y vieron que a escasa distancia un perro estaba mordiendo a un menor de 9 años. «Le agarró de un brazo, le tiró al suelo y luego fue a por el otro brazo. Vi que le estaba haciendo muchísimo daño y en ese momento no piensas, reaccionas» sin importar nada más que la seguridad del pequeño. «Me daba miedo, pero más pánico aún lo que el perro le estaba haciendo al crío», relata Vicki, que no dudó ni un solo momento en interponerse para salvar la vida del pequeño.

Ella también tiene un can y sabe que si en ese momento se presiona al perro de alguna manera, actuará con más rabia aún. Motivo por el que, rápidamente, se le ocurrió acercarse lo más posible y distraer al animal haciéndole un gesto con la mano. «Dije 'toma, toma', para que la atención la pusiera en otro sitio y dejara al niño». Fue entonces cuando fijó su mirada en la mujer y, tras soltar al pequeño, la atacó en el muslo. «Pude ver que justo otros padres alejaron al niño de allí y pensé 'ya está, ya me da igual lo que pase, que me muerda lo que quiera'. Me tapé la cara y el cuello con los brazos mientras notaba cómo me clavaba los dientes en la carne», recuerda la jarrillera observando las heridas de su muslo izquierdo.

Al pobre menor «lo zarandeaba a los lados como a un muñeco», expresa con horror Laida,la hermana de Vicki, que lo vio todo. «Fue terrorífico y traumático», manifiesta Vicki notablemente afectada, al borde de las lágrimas. «Vi cómo le estaba desgarrando el brazo, fue muy duro». Aunque el ataque duró unos tres minutos, las secuelas perduran, tanto físicas como mentales. Esta familia no ha podido dormir. «Estábamos a las 4.00 ya levantados, desvelados. Yo tengo aún metido en la cabeza los sonidos del perro clavándome los dientes en la carne».

Mientras Vicki era atacada, una amiga suya pateó al perro con el fin de quitárselo de encima, lo que le costó una herida a la tercera víctima en la espalda. «Me soltó y fue a morderla a ella». Tres personas, entre ellos un menor de 9 años, sufrieron a manos del can, de la raza Malinois. Y podía haber sido mucho peor, comenta la familia, pues en el entorno del parque, hacia las 14.00 horas –cuando tuvo lugar el suceso–, la zona estaba llena de niños que salían de los centros educativos de Ballonti y Kanpazar.

A pesar de lo ocurrido, Vicki siente «alivio» de que la situación no llegara a más. Entre ellos estaba su hija, de 7 años, viendo la dantesca escena y gritando '¡Ama, ama!'. «La tiré al suelo porque iba detrás de su madre, es que ni me lo pensé. Antes de que la muerda, la empujo al suelo», relata Laida, que intentó tranquilizar a la cría. «'Tranquila, que solo se ha torcido la pierna', le dije». El resto de padres alejaban a los niños de allí. «Fue un shock, corrí a por la niña pero no podía articular palabra viendo todo lo que ocurría. Le mordió el brazo al crío, pero un solo mordisco al cuello, solo uno, y lo mata», manifiesta la hermana de una de las víctimas.

Vicki agradece, asimismo, la rápida actuación de Eder, un estudiante que sabía primeros auxilios y utilizó su sudadera para hacerle un torniquete en el muslo y frenar la pérdida de sangre. Los heridos han sido vacunados del tétanos y reciben antibióticos. También han denunciado la situación en la Policía Local. El alcalde, Mikel Torres, ha señalado a este periódico que el Ayuntamiento ha firmado esta misma mañana el decreto para la incautación del animal por el «terrible ataque» de ayer.

Se da la circunstancia de que el can «no estaba registrado, identificado, ni vacunado y tampoco tenía chip, por lo que era un perro totalmente ilegal», subraya el regidor. Los servicios municipales y la empresa de recogida de animales se lo llevan hoy mismo y tendrá que pasar un periodo de confinamiento, para ver cómo está el perro, si tiene alguna enfermedad, etc. «Podrá ser recuperado por el dueño si cumple con todas las obligaciones y, si no, pasará a ser propiedad del Consistorio».

Al dueño, por su parte, se le abrirá un expediente sancionador. Puede enfrentarse a miles y miles de euros. Hasta 15.000 euros por sanciones graves (como la vacunación o el propio ataque), pero serán acumulativas, junto a las leves (como el hecho de que no estuviera registrado). Desde el Ayuntamiento han afirmado que el niño afectado, que tuvo que entrar en quirófano, progresa «favorablemente».

Los afectados critican asimismo la tardanza de la Policía en acudir al lugar del suceso. «Fueron treinta minutos en los que me sentí indefensa, con una gran impotencia», cuenta Vicki. El dueño, que según ha podido saber este diario está vinculado al delincuente que pinchó ruedas de vehículos por la villa, agarró al perro, que estaba sin correa, y se fue de la zona a los quince minutos. «Nadie da crédito, porque no fue una llamada al 112; ni dos ni tres. Fueron muchas. Y hasta la ikastola telefoneó directamente a la Policía».

Preguntado a este respecto, el concejal de Seguridad Ciudadana, Txema Ezkerra, ha explicado que, efectivamente, se llamó al 112 y desde ahí se encargan de activar los servicios necesarios (ambulancias, guardia urbana, Ertzaintza...). En este caso, se solicitó la presencia de una ambulancia. La Policía «no recibió ningún aviso» hasta la llamada del colegio Kanpazar a las 14.24 horas. Los agentes se presentaron a las 14.31. Ante la situación, en la que se «vivieron momentos muy complicados, donde la preocupación es máxima», sobre todo con la presencia de niños, Ezkerra instó a «mejorar la coordinación con los servicios externos e intentar que situaciones como esta no vuelvan a ocurrir».