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Balmaseda transporta a vecinos y visitantes a la Edad Media con su mercado
Unas 70.000 personas disfrutan de un evento que se celebrará hasta este domingo y que ha arrancado con una representación de las guerras banderizas
El repique de campanas de las doce del mediodía ha sido especial este sábado en Balmaseda. El municipio celebra la XXIII edición de su tradicional Mercado Medieval, un referente a nivel nacional y que año tras año atrae a cerca de 70.000 personas. Y en esta ocasión, el inconfundible sonido ha servido para avisar a los parroquianos, pero también a todos aquellos que se acercaron a la localidad encartada, que comenzaba la representación que daba por inaugurada la feria.
Los propios vecinos– unos 400, adultos y niños, que participan en otro evento referente del municipio como es la Pasión Viviente–, se han ataviado en esta ocasión los trajes medievales y han relatado al público un episodio de su historia, de las guerras banderizas, que sufrió la localidad a finales del siglo XIV y principios del XV. «Ha ido bien, muchos ensayos y ensayos, pero este día es una fiesta para nosotros, recordamos a nuestros antepasados y recreamos la historia para todos los que vienen» según ha explicado el director creativo de la representación, José Ángel Ramón 'Zarra'.
Para las gemelas Vanesa y Noemí Mínguez ha sido el segundo año que interpetaban un papel, una de ellas de verdulera y la otra de integrante de la familia Aedo. «Ha sido muy buena experiencia, somos como una gran familia, nos volcamos todos, es un pueblo muy familiar, los jóvenes aprendemos de los mayores y así continuamos con la tradición», han relatado.
En la plaza los asistentes se la gozaban con la intepretación. «Hay buenos artistas en Balmaseda, hoy es un día de fiesta para todos nosotros, es una jornada muy bonita, hoy no se cocina», reconocían Mertxe Delgado y Mari Carmen Rodríguez, mientras no se perdían el acto. Desde Barakaldo y Getxo se han acercado a la que es la primera villa de Bizkaia, fundada en 1199, la familia formada por Rosa y María Zunzunegi. «Aprovechamos venimos a pasar el día, damos una vuelta y comemos algo, es un pueblo muy bonito y aquí cerca, ya hemos venido más veces, está muy bien, el problema ha sido aparcar, como siempre», han manifestado.
Por el municipio los visitantes han podido disfrutar de más de 200 puestos y los edificios completamente engalanados con banderas que les transportaban al pasado. En la entrada del pueblo, en la plaza de San Severino, varios artesanos, algunos con talleres en los que se enseñaba el proceso de elaboración de utensilios, daban la bienvenida a los visitantes.
«Muy chula»
«Venimos siempre, es una buena para los que nos dedicamos a esto», reconoció Juan Alcosta, que regentaba un puesto de cosmética y depilación natural. «Es nuestra primera vez, teníamos muchas ganas de venir porque tiene mucha fama, habíamos oído hablar muy bien y me parece una feria de la leche, es muy chula, creo que repetiremos porque además vamos haciendo poco a poco ventas», ha apuntado a unos metros Silvi Alcalde, productora de la primera quesería ecológica de Cataluña.
Por las calles de la localidad encartada ha sido complicado andar en las primeras horas por la cantidad de gente que se ha concentrado en el casco urbano, los accesos se han vuelto a llenar de coches mal aparcados y eso que este año se ha habilitado un parking en el solar de los históricos talleres de Fabio Muga. La lluvia que en algunos momentos ha hecho acto de presencia, ha deslucido un poco el evento. «Se está bien, porque aunque hay mucha gente es cierto que año tras año se va calmando y podemos andar, es un día de disfrute, nos gusta comer y beber y poder mirar todos los puestos que hay, hay muchas cosas diferentes de las que vemos en el día a día», ha señalado Josune mientras los grupos de animación, hasta 17, hacían las delicias de los vecinos y visitantes en un evento que se celebrará hasta mañana domingo.