Un viaje por las obras de Ricardo Toja
El historiador de Plentzia, Gorka Mayor, edita un catálogo con los principales cuadros y vivencias del reconocido pintor vizcaíno
Gorka Mayor, bibliotecario e historiador plentziarra, conoció al aclamado pintor vizcaíno, Ricardo Toja, cuando era un crío. «La mayoría de recuerdos que tengo junto a él, en los más de cuarenta años que compartimos vivencias, han sido felices. Se convirtió en alguien tan importante para mí como la propia famili», relata Mayor.
La amistad entre ambos comenzó en 1971, cuando Toja, después de haber residido en Gordexola, municipio en el que nació, Canarias o Madrid, decidió comprarse una casa en Plentzia, donde finalmente murió. El inmueble, en ruinas, estaba ubicado en la calle Goienkale y el artista mandó su reforma a Eulogio Mayor, padre de Gorka, gracias a la recomendación de un arquitecto. «Desde ese momento se forjó una amistad inquebrantable. Recuerdo que cuando en nuestra casa se oía la frase 'ha venido Toja de la capital', sabíamos que, tarde o temprano, tendríamos visita. Nos pasábamos horas charlando y reconozco que ha sido el hombre que más me ha inspirado en mi vida profesional y personal», añade el también responsable del archivo municipal de la villa.
La admiración y cariño de Gorka por el pintor vasco no sólo le llevó a comisariar, junto a Alicia Fernández, una exposición geográfica y biográfica en la sala Ondare a principios de este año, sino también a publicar el catálogo de la muestra, un libro en el que además de plasmar los principales cuadros, recuerda las vivencias y anécdotas de Toja junto a la familia con el fin de «recuperar su memoria y poner en valor la obra».
Entre ellas, destaca las comidas veraniegas en el asador de Laukiniz o las cenas en el Puerto Viejo de Algorta. «Toja tenía pensada una exposición que fuese un hilo conductor de su vida desde hace mucho tiempo. No quería detenerse en la época en la que pintó los cuadros, sino más bien que fuese un retrato de su vida, pero desgraciadamente enfermó y falleció en 2012 antes de poder hacerlo. Junto a otros compañeros, cogimos el relevo para honrarle», confiesa Gorka con satisfacción de haber superado el reto, que le ha llevado incluso a «sudar tinta».
«Una espinita clavada»
Los meses de trabajo dedicados de forma exclusiva al proyecto se han materializado en un detallado catálogo, de más de 150 páginas, que puede ser comprado en la librería de Plentzia. «Siempre he deseado escribir algo distinto -el experto ha publicado tres libros en los últimos años relacionados con Plentzia y sus costumbres- y Toja puso a prueba mi vena literaria», añade.
Asegura que para él, la exposición y el catálogo fueron «esa espinita clavada que no acabó de hacerse realidad cuando él vivía». Aunque su intención era publicar el libro al mismo tiempo que se presentaba la exposición, puntualiza estar «muy contento con el trabajo realizado». «Echó mucho de menos los ratos que pasaba con él, sobre todo cuando venía a verme a la biblioteca y echaba un vistazo a los periódicos y revistas que teníamos», concluye Mayor.