Vecinos de Asua reclaman un plan de emergencias tras el incendio en Befesa
Varias asociaciones vuelven a exigir sistemas de aviso y minuciosos protocolos por la cercanía de zonas habitadas al área industrial de Erandio
El incendio registrado el pasado lunes en la planta de Befesa Aluminio, en Asua, ha reabierto un viejo debate en Erandio: la ausencia de protocolos ... claros de emergencia para un entorno industrial especialmente sensible y muy próximo a áreas residenciales y centros educativos y sanitarios, según denuncian los vecinos. La densa humareda generada a primera hora de la mañana sembró la alarma entre los residentes del barrio, que aseguran haberse enterado por los avisos de particulares que se pusieron en contacto con los servicios de emergencia.
Ante esta situación, las asociaciones Auzokoa Herrikoi y Herri Bideak Kate Barik han remitido al Ayuntamiento un escrito en el que reclaman «medidas urgentes» de Protección Civil ante el riesgo que representan las instalaciones con Autorización Ambiental Integrada situadas en el valle, como Befesa Aluminio, Befesa Zinc, Recypilas, varias plantas de chatarra y reciclaje, cementeras o el tanatorio.
En menos de un kilómetro a la redonda se concentran la ikastola Goikolanda, la ludoteca, el centro sociocultural, el ambulatorio, la farmacia y varias residencias de mayores. «Es un escenario de riesgo reconocido por la normativa estatal y autonómica», recuerdan portavoces vecinales. Sin embargo, denuncian la inexistencia de planes públicos de confinamiento o evacuación, «la falta de mecanismos de aviso rápido a la población y la ausencia de intervenciones adaptadas a centros que tienen tiempos de reacción más lentos, como residencias, escuelas o guarderías».
Esta carencia se hizo evidente durante el incendio. Según las asociaciones, ni la ikastola, ni la guardería, ni el centro de salud recibieron comunicación oficial sobre lo sucedido. «Nos parece flagrante. Ya no es solo la vulnerabilidad ante empresas que llevan años generando preocupación ambiental, sino la indefensión ante unas instituciones que deberían velar por la seguridad», lamentan.
No es la primera vez que los vecinos alertan de esta situación. En agosto de 2024 también pidieron conocer el protocolo ante un incidente con unos trabajadores que tuvieron que ser atendidos en el hospital por la manipulación de materiales tóxicos. Aquella solicitud continúa sin respuesta satisfactoria, según las plataformas.
Erandioko Auzokideok, otro colectivo vecinal, ha recabado «nuevas pruebas» de la contaminación a la que aseguran estar expuestos. Analíticas de residuos recogidos en viviendas de Goikoa, vídeos, mediciones y documentación sobre la afección al humedal e incluso a especies protegidas, como el pez espinoso o la anguila europea. Alertan igualmente de «incumplimientos en materia de salud laboral y emisiones incontroladas». «Empleados de empresas cercanas, incluida una gasolinera, han relatado episodios en los que han tenido que confinarse en sus garitas por el olor y la irritación», dicen portavoces de la agrupación.
En el incendio de Befesa, una tolva con distintos productos ardió provocando una gran columna de humo. Entonces, dos agentes de la Ertzaintza fueron atendidos por inhalación, aunque sin necesidad de traslado. Incluso técnicos del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco se apersonaron en el lugar para hacer mediciones en la planta y comprobar así los niveles de toxicidad.
«Valores dentro de los límites establecidos», dice el Gobierno vasco
Pese a las denuncias vecinales acumuladas en los últimos años, fuentes del Gobierno vasco señalan que la última inspección en Befesa Aluminio, que se llevó a cabo en febrero del año pasado, arrojó «un grado de cumplimiento alto», por lo que no existe ningún expediente sancionador en curso. La siguiente revisión está prevista para 2026, aunque «la podríamos incluir como prioritaria. Las quejas de los residentes del valle de Asua al menos han conseguido que se efectúen «mediciones en la chimenea, estudios de dispersión de partículas, controles externos para detectar posibles olores y campañas de análisis de la calidad del aire». Aunque, insisten los inspectores, «los valores obtenidos se situaron dentro de los límites fijados por la normativa».
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