«¿Qué trampas nos pondrán ahora para no levantar una nueva escuela?»
Familias de Zipiriñe temen que el nuevo modelo de matriculaciones «sirva de aliciente para no construir otro edificio» en Loroño
ANDREA CIMADEVILLA
Jueves, 29 de diciembre 2022, 01:08
Los alumnos de Zipiriñe, el colegio público de Sopela, tienen claro cuál va a ser su deseo para el 2023: un nuevo centro educativo. No ... es una aspiración reciente, ni mucho menos. Las familias llevan más de una década luchando por que el departamento de Educación del Gobierno vasco construya otro edificio para derruir de una vez por todas los dos barracones que ubicaron en el patio hace ya varios años (uno de ellos alberga la biblioteca, mientras que en el otro se imparten las clases de música) debido a la masificación que sufren las aulas.
Pese a que el Ayuntamiento ha movido ficha para modificar puntualmente las Normas Subsidiarias y poder levantar así un bloque sobre los terrenos del aparcamiento de Loroño, en Zabalbide, Lakua no ha dado luz verde a incorporar dicho proyecto en el Plan de Infraestructuras de 2019-2023. Tal y como ha señalado en múltiples ocasiones, esperará a analizar las matriculaciones del siguiente curso -hoy en día superan los 900 alumnos- para tomar una decisión al respecto «como se marcó por parte de todos los agentes implicados».
Pero las madres y padres de los niños aseguran estar «muy preocupadas» por cómo se valorarán las matriculaciones el verano del 2023 después de que Educación haya anunciado que habrá familias que no puedan elegir el centro deseado por la reserva de plazas para núcleos convivenciales vulnerables. Es decir, que si los hijos de las mismas no tienen sitio en el colegio que ellas prefieran, será la administración quien decida a cuál llevarlo. Y en este caso, los menores podrían pasar de Zipiriñe a Ander Deuna, por ejemplo.
Iker Elejabarrieta, presidente del AMPA, se pregunta «cuál será la siguiente trampa que nos pondrán para justificar que no se construya ningún nuevo edificio». «Si van a analizar las matriculaciones, ¿cuáles van a ser? ¿Todas las que quieran ir a Zipiriñe o finalmente los alumnos que entrarán por la criba?», remarca.
Si bien la incógnita todavía no ha sido resuelta, Elejabarrieta asegura estar a la espera de que Educación vuelva a convocarles para celebrar una reunión después de que ellos mismos se personaran en la mesa parlamentaria a exigir una solución «inminente». «De nuevo insistimos, queremos hechos, mientras nos devuelvan palabras no cejaremos, y en el 2023 lo volveremos a demostrar», enfatiza sin descartar posibles movilizaciones.
Para EH Bildu y Elkarrekin Podemos la decisión tomada por el gobierno autonómico (PNV-PSE) «es decir no a la voluntad del Ayuntamiento». Si bien los abertzales aluden no entender «cómo los jeltzales votaron en contra de lo aprobado en el municipio», ni comprenden «por qué no se le ofrece a Zipiriñe lo que se merece», desde la formación morada denuncian «la falta de compromiso de Lakua ante el levantamiento de un centro infantil».
Reforma del patio
Lo que sí han conseguido las familias después de «solicitarlo sin cesar al Consistorio» es que se reforme el patio, sobre todo, el espacio donde estaba ubicada la antigua carpa durante las vacaciones. «Inicialmente al estar pendientes de una obra por parte de Educación se valló, pero desde hace unos dos meses dicho trabajo se supo que no podría ser de ejecución inmediata, por lo que se solicitó que se repararan esos 250-300 metros en los que los niños no podían entrar», explica. Todavía así, desde el AMPA señalan estar «cansados de que se pongan parches» y que los menores no tengan espacio «ni cuando está lloviendo». «Es evidente que nuestro enfado no solo es porque no entre ni un alfiler en la escuela, sino porque en el colegio hace falta una intervención urgente. Estamos hartos», admiten.
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