¿Qué pasará con el parking plentziarra de Arpillao?

Las incógnitas sobre cuál será el futuro del parking de Arpillao vuelven a sacudir Plentzia. Dos años después de su cierre -el equipo de gobierno jeltzale lo clausuró en diciembre de 2020 tras alegar que el edificio presentaba «daños estructurales» en su cubierta por filtraciones de agua-, el Ayuntamiento aún no ha tomado cartas sobre el asunto. Sin embargo, los vecinos confirman haber visto a operarios municipales en su interior. «¿Cómo es posible que puedan entrar trabajadores a una construcción que según el Consistorio está en peligro de derrumbe?» se preguntan desde Arpillaoko Elkarteak, la asociación que agrupa las cinco entidades -Arkote Taldea, el club de piragüismo, Plentziako Traineru Baltza, Danontzat Gaztetxea y Ambar Elkartea– que fueron desalojadas de los espacios ubicados dentro de la infraestructura.

El movimiento de personal perteneciente a la brigada municipal por los alrededores del inmueble durante los últimos días es lo que más dudas e indignación ha generado. Pese a que las asociaciones admiten haber visto «en numerosas ocasiones» entrar y salir a usuarios del edificio, puntualizan no haber observado «hasta la semana pasada» presencia de operarios en los pasillos, hoy en día vallados. «Para mí que tienen ahí montado una especie de taller», comenta Marga Murua, miembro del club de remo local Arkote, al ver una imagen difundida por redes sociales en la que se aprecia a un trabajador rodeado de caballetes. El Consistorio, sin embargo, desmiente que se labore en el interior de la construcción y asegura que las imágenes fueron captadas cuando los peones recogían de manera puntual listones para reparar el mobiliario urbano de la zona.

La polémica vuelve a estar servida en la villa. Más aún cuando el silencio sobre qué pasará con la infraestructura predomina en la administración local. «El problema no es que el aparcamiento esté cerrado, sino que no nos dicen nada de si lo van a reabrir o si esta situación va a ser permanente. Es un asunto que nos tiene muy preocupados y nos sentimos desesperados», relata Juan Pablo Aia, secretario de la agrupación que lucha por la defensa de los concesionarios del aparcamiento, constituida hace apenas un año y la cual interpuso una demanda al Ayuntamiento tras no dar una alternativa a las 293 plazas que estaban alquiladas.

Asimismo, detalla que «no es la primera vez que se dan este tipo de imágenes» y confirman tener «documentación que demuestra que el Consistorio hace uso de la zona para guardar materiales». En juicio de Arpillaoko Elkarteak, uno de los planes del ejecutivo podría ser la licitación de la instalación, algo que consideran «idealista», puesto que «ninguna empresa privada va a ocuparse de sanear y explotar un inmueble cuyas plazas de garaje públicas solamente se van a llenar en la época estival».

Las organizaciones afectadas aseguran haber solicitado «encarecidamente» que se hagan estudios pormenorizados de cada estancia con el fin de hacer las intervenciones necesarias para poder realojarse, algo a lo que el Ayuntamiento todavía no ha dado respuesta. «Se ha cerrado un edificio entero por un problema particular del parking», destacan. Sus esfuerzos llegaron incluso a presentar un informe técnico al gobierno local en el que se demostraba que el «espacio cedido al Gaztetxe está en buen estado y únicamente presenta problemas de filtraciones puntuales, siendo innecesario el precintado del mismo».

Igualmente, la falta de espacios adaptados está llevando a las asociaciones a la deriva, tal como apuntan desde Arkote. «Actualmente solo se nos permite utilizar la parte del hangar por lo que nuestros remeros tanto de deporte base, como los profesionales, carecen de unas instalaciones adecuadas, sin vestuarios ni duchas y con un pequeño gimnasio que no da servicio al entrenamiento de todas las categorías», aluden. Con más de 60 años de historia sobre sus espaldas, temen que la grave situación «ponga en riesgo poder aceptar nuevos deportistas».

Desde EH Bildu, partido de la oposición con 4 ediles, apoyan la posición de las organizaciones e instan al equipo de gobierno a «volver a poner en marcha los locales». Los abertzales apuntan que el Consistorio «no ha puesto más que trabas» y exigen constituir «una mesa de seguimiento con la situación de Arpillao para poder escuchar y atender la demanda de las asociaciones».

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