Denuncian el envenenamiento de una colonia de 15 gatos en el barrio getxotarra de Aldapa

La Policía Local de Getxo ha abierto una investigación para aclarar el presunto envenenamiento de una colonia de gatos existente en el barrio de Aldapa. De sus 15 ejemplares solo quedan tres con vida y se teme lo peor por ellos. Sobreviven a duras penas tras superar el episodio que tuvo lugar a principios de septiembre, cuando alguien colocó «veneno mezclado con algún tipo de laxante muy fuerte, según nos dijo el veterinario», relata un vecino que quiso mantenerse en el anonimato. Pero la plataforma Auzokideok, que integra a varias asociaciones vecinales, entre otros colectivos getxotarras, ha puesto el grito en el cielo y ha denunciado los hechos para que se investigue el caso y se castigue al culpable o culpables.

El responsable de Medio Ambiente de Getxo, Txefo Landa, reconoce que «consta la denuncia de una ciudadana al respecto y se ha dado parte a la Policía Municipal». Landa reconoce que existe «preocupación» y que se está «investigando lo sucedido y si ha habido envenenamiento, porque eso sería un delito».

Sucedió en la zona de las huertas vecinales, esas parcelas que surgieron hace décadas como zonas de pequeños cultivos, pero que actualmente albergan txokos y pequeñas edificaciones. Parece ser que la presencia de estos felinos molestó a quien o quienes colocaron el veneno. «Ha sido acto desaprensivo que está además penado». Recuerda el portavoz de esta agrupación, Iñigo Elortegi, que «ocasionar la muerte de un animal injustificadamente es una acción considerada como delito, que está recogido en la mayoría de legislaciones del mundo civilizado». Y apuntan a que «el artículo 337 del Código Penal sanciona esta acción con pena de 6 a 18 meses de prisión. Y en la legislación del País Vasco, conlleva una multa de 1.500 a 15.000 euros».

Todo ha sucedido en un momento en que el Ayuntamiento de Getxo ya había puesto en marcha «un plan para el control racional de las colonias de gatos callejeros y de entornos comunales privados». Se trata del llamado método CES, denominado así porque se procede a la captura, esterilización y suelta del 75% de los felinos en el propio entorno en el que vivían. Para llevar adelante el programa, los responsables municipales hasta han solicitado la cooperación de voluntarios implicados y de ciudadanos. El responsable de Medio Ambiente incide en que, desde «el Ayuntamiento estaríamos encantados si nos piden implantar el método CES en la zona».

Respecto al posible envenenamiento, Elortegi recuerda que «toda acción humana genera diversas consecuencias. Esta conducta, irresponsable e ignorante, posiblemente va a perjudicar también a las personas que habitan toda la comunidad». Así, apunta que «sin su depredador natural, es probable que aumente la población de ratas en este entorno; un problema que comenzó a regularse cuando la colonia de gatos se estabilizó en la zona».

Reconocen desde Auzokideok que, con esta iniciativa, la Administración local «ha intentado conciliar distintos intereses y valores de los afectados desde sus deberes y obligaciones de respeto y protección de la fauna vulnerable del municipio». Estos animales, al igual que los humanos, dependen de unas adecuadas condiciones en su medio ambiente para su bienestar y supervivencia.