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Mal que bien, los dos policías lograron reducir al chaval en la calle Elcano. Es que el chaval se revolvía, se zafaba. Menuda vitalidad y ... nervio tenía el chaval ese, como un rabo de lagartija. Acabó en el suelo, con la cara contra el asfalto áspero, con rodillas ajenas clavadas en la espalda. Ver escenas así te deja mal cuerpo y tristura. Es que la violencia, salvo en las pelis, siempre es patética, ridícula. Un grupo de chicas que pasaba por allí ponía gesto de disgusto, de reproche, y empezó a reprender a los polis, a reclamarles que dejasen al chico en paz, que esa no es manera de tratar a las personas, que cómo eran tan hijos de puta (esto último lo decían ya un poco en voz baja).
Apareció entonces una muchacha hecha un cromo acompañada por otro agente. La cara hinchada, el labio reventado y la mirada ausente. Minutos antes estaba entrando en su coche, junto a galerías Urquijo, cuando el chaval ahora detenido le dio leña sin remilgos y de postre le robó el móvil. Ups. Al verla, las jóvenes críticas con la actuación policial medio se avergonzaron en susurros. Que en fin, que ellas no sabían, que qué bárbaro, que hay de todo, y se marcharon con los plomos fundidos, sin mirar más al chaval, que seguía en el suelo. Y cuidado que no hubiese por allí quien echase en falta que se le recetase al agresor candela de la mala, a ver si así se le quitaban las ganas de andar pegando a mujeres.
Parece a veces que no es que estemos tanto en contra de la violencia, como que estamos en contra de la violencia que se despacha en la dirección equivocada. ¿Y cuál es la dirección correcta? La que cada uno cree en cada momento, naturalmente. Eso genera complejidades, desasosiegos y contradicciones.
Por ejemplo, ahora que Europa se quiere rearmar porque EE UU se ha ido a su bola, las policías municipales vascas se quieren desarmar. No todas, las de los municipios gobernados por EH Bildu, formación política conocida por la relación confusa que tiene con las violencias pasadas y presentes. Ahora quiere patrullas desarmadas ¿Es porque busca la erradicación de las armas? Pues no está muy claro. Ni Arnaldo Otegi, media vida en el tema, lo tiene claro. Esta misma semana asumió que su postura no está muy definida en relación al aumento del gasto en armamento para los ejércitos acordado por la UE. Que es un asunto con muchas aristas, dijo. Uno no sabe si sorprenderse más porque no esté radicalmente en contra o porque no esté radicalmente a favor. Luego, el jueves, en Moncloa, Bildu siguió sin saber muy bien qué decir en relación con el aumento del gasto en defensa, para el Ejército español. Ambigüedad rara. Esto sí que no lo vimos venir: el blanqueamiento por la vía armada.
Como música de fondo que lo guarrea todo suena siempre en estos casos Donald Trump, que ha decidido cambiar el orden mundial por el procedimiento del psicodrama esperpéntico, cosa que hace con diligencia e ingenio. Como enemigo pinta bien. Vamos, que rearmarse contra los de Trump igual no les suena mal ni a los pacifistas más engrifados. Es que es un villano de libro ese señor. Que no lo hubiese diseñado mejor ni el guionista más lunático intoxicado con una empanada de peyote. Y mira qué pillo, que en un pispás ha puesto a medio mundo a comprarse bombas porque no queda otra.
Va a ser cierto aquello de que los chungos, los que revientan la jeta a las chicas, los que se cargaban a quien pensaba diferente y aún creen que aquello no estaba tan mal, los que aspiran a dominar el mundo con argucias matoniles; va a ser cierto que esos, los canallas, hacen peores al resto.
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