Encuentran un reloj y objetos de uno de los operarios desaparecidos junto al cuerpo hallado en el vertedero

Aunque no se descarta ninguna posibilidad, la principal hipótesis con la que trabajan los responsables del operativo es que todos los restos hallados en los últimos dos días pertenezcan a la misma persona. Y, en este momento, todos los indicios apuntan a que podría tratarse de Alberto Sololuze, según las fuentes consultadas por EL CORREO. Una hipótesis que se sustenta en varias evidencias halladas ayer en el vertedero, pero que en cualquier caso no podrá ser confirmada hasta que -previsiblemente este próximo viernes- se reciban los resultados de las pruebas de ADN del hueso encontrado el domingo.

Los indicios que, según los expertos, indican que podría tratarse del cuerpo de Alberto son fundamentalmente tres. Para empezar, los restos han aparecido en la zona de la báscula del vertedero, la instalación en la que precisamente trabajaba Sololuze. Este punto era, de hecho, considerado clave en las tareas de rescate, aunque también era uno de los sectores más delicados para trabajar por la inestabilidad del terreno. De hecho, se piensa que Joaquín Beltrán pudo ser sorprendido por la avalancha de escombros en esta misma zona cuando, después de alertar a su sobrino, a su hijo y a otros trabajadores, acudió a avisar a su compañero de que debía salir huyendo de allí.

El segundo indicio de que podría tratarse de Alberto se centra en las planchas metálicas que conformaban la estructura de la báscula que se han hallado en las últimas horas. La tibia humana encontrada el domingo estaba justo debajo de una de estas planchas. Y, por último, ayer también se encontró cerca de los restos óseos ropa y objetos personales -entre ellos un reloj- de Alberto, según apuntaron a este diario fuentes del operativo. Todas las evidencias apuntan en esta dirección. Pero, en cualquier caso, serán los análisis de ADN los que puedan despejar cualquier tipo de duda. Los investigadores ya recogieron hace meses el perfil genético de los familiares de las dos víctimas para poder cotejarlo en el caso de que apareciesen restos.

Las tareas de búsqueda se suspendieron el domingo tras la aparición de los restos óseos, que se encontraban a una profundidad de 23 metros. Ayer se volvieron a retomar en esta misma zona de la báscula, la última de los cuatro grandes sectores en los que se dividió en un principio el operativo de rescate. Hasta ayer las excavaciones se estaban realizando de un modo más 'industrial', con pesadas máquinas para tratar de mover una gran cantidad de tierra. Desde el hallazgo de la tibia los trabajos se están desarrollando de una forma más «arqueológica», con herramientas más pequeñas, tratando de cribar la tierra con más precisión, ante la posibilidad de que apareciesen nuevos restos. Como así ocurrió finalmente. La Ertzaintza, en este sentido, movilizó al grupo de montaña para trasladar los restos encontrados y realizar la autopsia. También se ha instalado una carpa en el propio vertedero para poder facilitar las tareas de los equipos de rescate.

En este contexto, el forense Paco Etxeberria opinó ayer que las tareas de rastreo llevadas a cabo en el vertedero de Zaldibar se han desarrollado con «detalle» y anticipó que los restos localizados serán «perfectamente» identificados ya que el «ADN en ese lugar no se degrada en seis meses».

Por su parte, Verter Recycling, la empresa propietaria del vertedero de Zaldibar, afirmó que continuarán colaborando para culminar las labores de rescate y de estabilización del terreno. También aseguraron que seguirán colaborando para dar «una solución segura a los residuos derramados» y en las labores de investigación «para conocer las causas del derrumbe». En un comunicado, la empresa manifestó que la reciente localización de varios restos humanos «representa una noticia que recibimos con alivio y esperanza de cara a la completa recuperación de los cuerpos de Alberto y Joaquín».