Detenido por la agresión de Güeñes uno de los vinculados al crimen de Otxarkoaga
Se trata del joven que en un principio fue absuelto y posteriormente condenado a doce meses de internamiento por cooperar en el robo
EL CORREO
Viernes, 31 de julio 2020
La brutal paliza a un hombre ocurrida en la madrugada del jueves al viernes de la semana pasada en Güeñes tiene un tercer detenido. Según ... ha podido saber este periódico, se trata de uno de los tres menores implicados en el doble crimen de Otxarkoaga en el que una pareja de ancianos fue asesinada el 18 de enero de 2018. Es el mayor de ellos -el que contaba entonces con 16 años-, que inicialmente fue absuelto para ser condenado luego a un año de semilibertad tras el recurso de la Audiencia de Bizkaia por su participación en el robo. La agresión llevó a la víctima en estado grave a Cruces. Los otros dos arrestados por los hechos ocurridos en la localidad encartada son una mujer de 40 años, a la que se le imputó un delito de intento de homicidio y que fue detenida en el mismo lugar del suceso, y otro joven de 20 de origen brasileño y con numerosos antecedentes que se entregó dos días después en la comisaría de Zabalburu. Ambos quedaron en libertad con cargos el pasado domingo.
La detención tuvo lugar el jueves en Zorroza sobre las 19.00 horas. El ahora detenido, de 19 años, se encontraba con su novia en las inmediaciones del paso a nivel de la localidad cuando fue identificado por agentes de la Ertzaintza que le seguían la pista desde los hechos acaecidos hace una semana. Cuando fueron a arrestarle, se resistió de forma muy violenta con patadas y puñetazos e intentó huir a la carrera, hasta que pudo ser apresado tras una larga persecución. Mientras, su pareja también fue detenida. Esta, que también se resistió con gran violencia, y los dos agentes que la custodiaban resultaron heridos al ser arrollado el coche patrulla por un tren en el paso a nivel de Zorroza.
El arrestado fue uno de los tres jóvenes vinculados al doble homicidio de Lucía y Rafael, una pareja de octogenarios que residían en el número 16 de la calle Zizeruena, en Otxarkoaga. Fue el caso más grave de la historia reciente de un crimen protagonizado por menores en España y causó una enorme conmoción. Dos de ellos, que entonces tenían 14 y 15 años, respectivamente, treparon por una tubería para acceder por la ventana del piso entre las nueve y las diez de la mañana de aquel 18 de enero de 2018. A la mujer la mataron de una cuchillada en el corazón; al hombre, por los golpes que le propinaron en la cabeza.
El 'cerebro' del robo
Ambos reconocieron los hechos en el juicio, celebrado entre el 13 y el 21 de septiembre del mismo año, aunque uno de ellos negó que hubiera matado a los ancianos, y fueron condenados a seis años internados en el centro de Zumarraga. A los dos se les descontaron los nueve meses de internamiento que ya habían cumplido como medida cautelar. Asimismo, la sentencia inicial les condenaba a indemnizar con 69.000 euros por daños morales a la familia de Lucía y Rafael, lo que suponía aplicar el baremo fijado a las víctimas de accidentes de tráfico. Tras un recurso de la acusación particular, la cuantía se elevó a 240.000 euros para la hija de la pareja y otros 24.000 euros para la nieta. Al estar uno de ellos huido en el momento de los hechos pese a estar bajo tutela de la Diputación vizcaína, la sentencia obligaba al ente foral a hacer frente, junto con la familia del otro condenado, a la mayor parte de la indemnización
El tercer implicado, que entonces tenía 16 años y ahora ha sido arrestado por la agresión de Güeñes, fue inicialmente absuelto pese a que la Fiscalía pedía para él diez años de internamiento -la pena máxima que prevé la Ley del Menor para su franja de edad- al considerarle el 'cerebro' del robo, ya que los otros dos le acusaron de planear el asalto. Pero la Audiencia provincial recurrió la sentencia al estimar que hubo un «error» en la valoración de la declaración de los testigos protegidos. Una mujer había asegurado que había visto aquel día a dos menores -les identificó en fotografías-, saliendo del portal de las víctimas de forma apresurada, en actitud nerviosa y mirando hacia los lados. Los otros dos testimonios apuntaban a que eran tres los chicos que, sobre las 10.30 horas, se encontraban en las inmediaciones de la vivienda. Finalmente fue condenado a doce meses de internamiento en semilibertad como cooperador necesario de un delito de robo con fuerza, dejándole al margen del delito de homicidio.
Según la sentencia, el joven facilitó a los otros dos menores información y les indicó el objetivo para que ellos accedieran a la casa a robar. También realizó labores de vigilancia y se repartió con ellos el botín. Además, el cuchillo que sirvió para matar a Lucía fue obtenido en el piso en el que residía, donde después del asalto uno de los homicidas se cambió la ropa manchada de sangre. Al haber cumplido más de ocho meses como medida cautelar en Zumarraga, no tuvo que volver a entrar en el centro.
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