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Hallan diez esqueletos en la primera fosa carlista de Euskadi
Los cuerpos encontrados en Abanto pertenecen a jóvenes soldados de reemplazo del bando liberal que murieron en la batalla de Somorrostro en 1874
El hallazgo casual de unos huesos humanos «aparentemente muy antiguos» el pasado viernes en una huerta del barrio Putxeta de Abanto tiene mucho más ... valor histórico del que se podía pensar en un primer momento. Se trata de la primera fosa de la Segunda Guerra Carlista (1874) encontrada hasta la fecha en Euskadi que se haya datado oficialmente, según confirmaron ayer a este periódico desde la sociedad para la recuperación de la memoria histórica, Aranzadi.
Un vecino que realizaba unas reparaciones en un terreno junto a su casa se topó con unos restos que le parecieron sospechosos cuando movió la tierra, y avisó a la Ertzaintza. A partir de ese momento, el juzgado movilizó a los forenses de guardia, quienes comprobaron que se trataba de huesos humanos, y contactó también con Aranzadi. Un amplio equipo, encabezado por el antropólogo forense Paco Echeverría, empezó ayer mismo las excavaciones, de diez de la mañana a seis de la tarde, con una paellada con pollo a mediodía para comer sin moverse del lugar. Y continuará a lo largo del día de hoy. La fosa está protegida con custodia policial. «No se podía dejar al aire», apunta Echeverría.
Han aparecido «botones, una navaja, un peine y un cartucho de fusil Remington»
Pinceles y aspiradora
En la jornada de ayer, un total de 25 personas, entre historiadores y universitarios interesados en la Historia, alguno de ellos en plena tesis sobre las Guerras Carlistas, se afanaron en dejar al aire los huesos con la ayuda de pinceles y con una aspiradora industrial. Contabilizaron al menos diez esqueletos, una cifra que podría incrementarse con los trabajos de hoy.
Corresponden a jóvenes soldados de reemplazo, los llamados quintos, del Ejército liberal, que los reclutaba en Zaragoza o Madrid y los mandaba a la zona norte para atacar a los carlistas. Concretamente, pertenecían al Batallón de Cazadores número 14, según se desprende de las inscripciones en las insignias de las solapas encontradas junto a los huesos. La tierra del País Vasco es ácida y consume las telas, pero permanecen los botones metálicos que llevaban en doble hilera en sus casacas. También se han hallado «botones de la ropa interior y de camisas, una navaja, un peine y un cartucho de los fusiles Remington que utilizaban», detalla. En uno de los cuerpos pudo apreciar «una fractura por disparo». Los cadáveres, que habían sido colocados «boca arriba» en la fosa, de cinco metros de largo, pertenecen a jóvenes «de 18 o 20 años». Echeverría ha deducido este dato al observar las articulaciones, el pubis y las dentaduras, «sin desgaste», de los esqueletos. Una radiografía de los dientes permitirá ajustar aún más la edad.
Según historiadores especializados en esta época, el bando liberal contaba con unos 30.000 combatientes, el doble que los carlistas. En la batalla de Somorrostro, de la que cada año se realiza una recreación en Abanto, hubo numerosas bajas. A las excavaciones asistieron la alcadesa de este municipio, los concejales y el director de Patrimonio del Gobierno vasco. «Todo han sido facilidades», se felicitaba el forense.
Una vez terminada la exhumación de los restos, probablemente hoy, se extraerán muestras de los huesos para obtener, si es posible, el ADN. La identificación será complicada, pero se intentará. «Es importante concienciar de que no es un lío encontrar unos huesos, para que el próximo no los tire a la basura por evitar que le paremos una obra hasta Navidades. Para el martes (por mañana) está resuelto», confía Echeverría.
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