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De las grandes estrellas al vacunódromo: un repaso a la memoria sentimental de La Casilla
La Casilla fue concebido desde un principio como un pabellón multiusos y ha cerrado su historia como uno de los símbolos de la inmunización en Euskadi
«Los sueños van a verse cumplidos», redactaba un periodista de este diario en una noticia publicada en abril de 1966. Algo más de un ... año más tarde, el 18 de mayo, Bilbao alumbraba un proyecto muy esperado que permitió abrir la ciudad a deportes hasta entonces inéditos por carecer de instalaciones adecuadas y que también supuso una revolución para la oferta de ocio de la villa. Aquella jornada se inauguró el pabellón de La Casilla, con capacidad para 3.000 espectadores y un coste de 24 millones de pesetas.
54 años de vida dan para mucho. Y, sobre todo, si su utilidad no ha sido exclusiva para eventos deportivos. El equipamiento se concibió desde un principio como pabellón multiusos. Arrancó su andadura con todo un hito para Bilbao, el XXIX Campeonato de Europa de Hockey sobre patines. Era la primera vez que se celebraba fuera de Barcelona. Diseñado en pleno franquismo por el arquitecto Germán Aguirre, se construyó para acoger también espectáculos teatrales, circenses o musicales.
«Nunca lo olvidaré, pero es verdad que la estructura ya estaba algo anticuada y urgía reformarla»
Javi Salgado
Exjugador del Bilbao Basket
Ha sido el feudo del Caja Bilbao, el germen del Bilbao Basket. Allí, al calor de su entregada parroquia, dio el salto a la ACB. «No veías ni las escaleras de la gente que estaba allí», señala Javi Salgado, uno de los exjugadores del club bilbaíno que ha crecido como profesional en este recinto. En La Casilla empezó a entrenar a los 16. «Me lo conocía de arriba a abajo. Txus Vidorreta me mandaba subir y bajar escaleras durante un buen rato cuando hacía algo mal», recuerda entre risas pero con un cierto tono melancólico. «He pasado grandes tardes y nunca lo olvidaré, pero es verdad que la estructura ya estaba algo anticuada y urgía reformarla. Bilbao seguro que ganará un gran recinto», reconoce.
Además de cancha de baloncesto, ha albergado veladas de boxeo y torneos de patinaje sobre hielo o ajedrez. Más allá del ámbito deportivo, ha servido de escenario para grandes estrellas musicales como Neil Young, The Cure, Leonard Cohen, Oasis o Nirvana. Salvando las distancias con Nueva York, se le llegó a llamar el 'Madison Square Garden en pequeño'. El promotor musical, José Pascual, más conocido como 'Spasky', recuerda los grandes años de gloria, de 1987 a 1992, cuando las entradas para un concierto no pasaban de las 2.000 pesetas. «Fue una época en la que el Ayuntamiento apostó mucho por la cultura», afirma, mientras pasan por su memoria un sinfín de anécdotas vividas con las estrellas del momento.
«Neil Young tuvo que cantar dos canciones a capela porque nos quedamos sin luz»
José Pascual 'Spasky'
Promotor musical
Llenazo con The Cure
«El de The Cure fue el concierto con más público, llenamos el pabellón. Fue una locura», desliza. Sin embargo, 'Spasky' admite que la instalación presentaba algunas deficiencias por su acústica. «Uno de los frentes no tenía grada y había muchos rebotes de sonido, pero si venían los artistas norteamericanos con sus grandes equipos de música, sonaba como un cañón», asegura. «De hecho, en el concierto de Neil Young nos quedamos sin luz. Se fundieron los aerogeneradores y tuvo que cantar dos canciones a capela», agrega.
El abanico de eventos ha sido amplio: desde festivales de baile, patinaje y de folclore, chicharrillos, discoteca para adolescentes los domingos y cotillones de Nochevieja, hasta bautismos de testigos de Jehová, mítines de campañas electorales y refugio para los 'sin techo'. Lo que no se consiguió es que funcionase como velódromo, un objetivo que se perseguía en el proyecto inicial.
Sin embargo, la pandemia del covid trajo consigo usos inimaginables pero claves para el devenir de la crisis. El pabellón funcionó como 'vacunódromo' durante seis meses. El grueso de los bilbaínos se inmunizaron en el recinto, donde se administraron más de 400.000 dosis y trabajaron a destajo unos 400 sanitarios.
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