Borrar
El evento incluyó un debate entre el alcalde, Juan Mari Aburto, y cuatro vecinos, y fue moderado por la periodista de EL CORREO Solange Vázquez. yvonne iturgaiz

«Queremos que la gran familia que es Otxarkoaga siga teniendo futuro»

El polígono de pisos con más carácter de Bilbao inicia los actos por su 60 aniversario, retrasados hasta ahora por la pandemia

Jueves, 2 de junio 2022

Comenta

La construcción de Otxarkoaga arrancó en 1959 para dar salida a la demanda de vivienda de las 160.000 personas que habían huido de la miseria del campo para trabajar en la floreciente industria de Bilbao y que se hacinaban en pisos de patrona y en campamentos de chabolas. En dos años se construyeron 3.670 pisos repartidos en 114 bloques, que se ofrecieron con rentas sociales. El Ejército derribó unas 1.600 en Artxanda, Monte Cabras y Monte Banderas. Muchas familias originarias de Andalucía, Extremadura, Galicia o Castilla recibieron sus hogares con mucha ilusión: muchas de ellas tenían agua corriente en casa por primera vez. Comenzaron a ser habitados en 1961, antes de que las calles tuvieran asfalto.

Muchos servicios, como la iglesia, no llegarían hasta 1964. El barrio cumplió el año pasado 60 años pero los actos, retrasados por la pandemia, arrancaron ayer con un evento para recordar su historia organizado por la asociación Tendel y el Ayuntamiento, que incluyó una mesa redonda entre el alcalde, Juan Mari Aburto, y cuatro vecinos. La presentó la periodista de EL CORREO Solange Vázquez en el centro de artes escénicas Harrobia, que fue una iglesia. El grupo de teatro comunitario Aullidos de Otxar deleitó primero al público con una obra que homenajeaba las raíces de Otxarkoaga. «Nos hicimos un barrio obrero, de pobres pero rebeldes», relataron. Cuando se construyó, no había aceras y los vecinos caminaban por el barro.

«Hay sentimiento de pertenencia. Las penurias crean comunidad. Pero no queremos que Otxarkoaga se jubile a los 65 años»

Txutxi Paredes

Historiador y profesor

«Llevo aquí 38 años y no me han robado nunca, me da mucha rabia la fama que le han puesto al barrio»

Yolanda Aurtenetxe

Carnicera del mercado municipal

Pero los residentes, organizados en asociaciones y con su lucha, consiguieron que se invirtiera en él y protestaron en 1977 y 1978 con encierros en el Ayuntamiento. Las calles empezaron a tener el nombre de los caseríos de la zona en 1994, porque hasta entonces eran bloques con números. El avance más reciente fue el metro, en 2017, que les deja en el Casco Viejo en unos minutos. Pero sus vecinos de siempre, así como los comercios, están desapareciendo. El peligro es que 'Otxar', sin jóvenes, pierda su identidad y su alma. «El urbanismo ha mejorado. Hay orgullo y sentido de pertenencia porque el pasar penurias crea carácter, comunidad y red. Pero falta vida en las calles. No queremos que Otxarkoaga, que ya tiene 61 años, se jubile a los 65, queremos que siga habiendo futuro», reclamó Txutxi Paredes, historiador y profesor.

«Lo mejor es la solidaridad de las familias, de los comerciantes. La pena es que muchos han tenido que irse del barrio porque no han tenido acceso a las viviendas sociales. O si lo tienen, es en zonas en las que la convivencia es complicada. El barrio ha mejorado, ha llegado el metro, pero habría que impulsar el comercio porque hay muchos locales vacíos y muchas cuestas, y aunque se dan facilidades a los vecinos para poner ascensores, son muy costosos para la gente mayor», dijo Yolanda Ruiz, vecina que trabaja en el centro formativo Otxarkoaga. Una de las principales virtudes del barrio es que todo el mundo cabe en él, es bienvenido y acogido. Mohssine Elhadadi decidió mudarse allí a los 18 años porque ya se había construido una vida en el barrio. Ahora coordina el Otxartabe, en el que juegan 150 chavales, y también trabaja en la asociación Tendel. «Me gustó porque era diferente. Los magrebíes normalmente no tenemos la posibilidad de acceder a esos trabajos pero Otxarkoaga me dio esa oportunidad». Yolanda Aurtenetxe, de Deusto, lleva 38 años con su carnicería del mercado municipal del barrio.

«Muchos han tenido que irse del barrio porque no se les da la posibilidad de acceder a una vivienda social»

Yolanda Ruiz

Centro Formativo Otxarkoaga

«Los magrebíes no tenemos la posibilidad de acceder a estos trabajos y Otxarkoaga me dio esta oportunidad»

Mohssine Elhadadi

Coordinador del club Otxartabe

Pertenencia

«'Otxar' es como una gran familia. La clientela te cuenta sus problemas. He dejado hasta el coche abierto y no me han robado nunca. Me da mucha rabia esa fama que le han puesto». «Es sinónimo de identidad y de sentimiento de pertenencia. Es el barrio en el que se ha desarrollado una de las campañas más bonitas que he visto, 'Yo soy de Otxar'. Es una comunidad, se han tejido lazos. Destaco su solidaridad y diversidad, y también que durante su transformación no ha perdido todos esos valores», dijo el alcalde Aburto.

Las celebraciones por el aniversario del barrio seguirán. Ahora son las fiestas patronales y el domingo habrá una representación del grupo Aullidos de Otxar. Una exposición fotográfica se instalará en el centro cívico y se celebrarán dos conciertos el 17 de septiembre. A finales de año será el Otxarmetraje, un certamen de cortos sobre las historias del barrio.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo «Queremos que la gran familia que es Otxarkoaga siga teniendo futuro»

«Queremos que la gran familia que es Otxarkoaga siga teniendo futuro»