Festín de Coppola en su fugaz paso por Barcelona

Francis Ford Coppola aprovechó su estancia en Oviedo, donde recogió el premio Princesa de Asturias de las Artes, para hacer una breve escapada a Barcelona y reencontrarse con sus amigos de El Passadís del Pep, uno de sus restaurantes preferidos. Al director, que tiene tres bodegas en el californiano Valle de Napa, le prepararon una cata selecta de vinos que incluía, entre otras joyas, un Pingus de la añada de 2011 cuyo precio por botella asciende a unos 1.000 euros. El cineasta probó además algunas exquisiteces seleccionadas para la ocasión: percebes, calamares recién cogidos y cigalas de tronco.

El Passadís del Pep es un restaurante peculiar: no tiene cartel que lo anuncie y el acceso se realiza por el portal de una comunidad de vecinos. Tampoco hay carta y los comensales eligen entre los platos que les canta el jefe de sala, todos ellos realizados con ingredientes de temporada. Es el restaurante preferido de las estrellas de Hollywood y también uno de los más frecuentados por miembros de la Familia Real.