Un error de planificación deja sin canalizar las fecales de la gran obra del río Ibaizabal
Las administraciones implicadas eluden responsabilidades aunque coinciden en la necesidad de solucionar el problema
Un error de planificación ha dejado sin canalizar las aguas fecales de una considerable parte de los edificios residenciales y empresas que se encuentran en ... el área afectada por la tercera fase del encauzamiento del río Ibaizabal, que está en plena ejecución entre Galdakao y un sector de Zaratamo. Se trata de una obra de gran envergadura, «prioritaria» en palabras de las administraciones implicadas, que persigue evitar las inundaciones que periódicamente afectan a miles de vecinos y decenas de empresas de esta zona de Bizkaia.
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Un proyecto «vital» sujeto a numerosos contratiempos
Sólo la última parte de la obra cuenta con un presupuesto cercano a los 12 millones de euros y está financiada con los fondos Next Generation de recuperación económica de la Unión Europea. Lo que los responsables del proyecto no han tenido en cuenta son las tuberías con aguas fecales que salen de empresas y de diversos bloques de pisos, como los que hay en la calle Ibaizabal. EL CORREO ha podido comprobar que buena parte de sus desechos -fecales, detergentes, papel higiénico, toallitas...- va directamente al río o a la nueva escollera que se ha construido para ampliar el cauce.
Estos fallos en la planificación han provocado un indisimulado malestar entre los vecinos de la zona, que exigen explicaciones. Sobre todo, porque la obra entre el azud de Bengoetxe y el puente de Torrezabal se encuentra ya muy avanzada. La previsión es que los trabajos terminen el próximo año. Y ahora mismo, según las fuentes consultadas, «no se podría sincronizar» la canalización de las fecales con el encauzamiento del río sin tener que deshacer parte del trabajo hecho. Es decir, a partir de este momento se deberían acometer como trabajos «independientes», lo que «presumiblemente encarecerá de forma sustancial» el presupuesto final, insisten los mismos medios especializados.
«¿Cómo es posible que se haya ejecutado una obra semejante sin tener en cuenta las fecales?»
Vecinos de Galdakao
Atribuye la responsabilidad a un error de planificación del equipo de gobierno anterior
Las obras del encauzamiento del Ibaizabal están siendo ejecutadas desde el 2010 con un presupuesto total que supera los 35 millones de euros por la Agencia Vasca del Agua (URA), la «autoridad competente en materia del agua» en Euskadi. Sin embargo, la gestión de las aguas fecales es responsabilidad municipal. En el medio de esta distribución competencial, los vecinos se preguntan cómo es posible que se ejecute una obra de semejante envergadura sin tener en cuenta las fecales. Sobre todo porque este tipo de proyectos se suele desarrollar siempre en coordinación entre las distintas administraciones que tienen algún tipo de responsabilidad en las áreas afectadas.
Un ejemplo: las obras la tercera fase sólo pudieron iniciarse después de que los ayuntamientos afectados culminasen las expropiaciones de los inmuebles situados junto al cauce, cuyos derribos resultaban imprescindibles para poder empezar la obra.
Protección del medio
En este sentido, los vecinos se preguntan qué ha pasado para que las instituciones implicadas, en un momento «de especial sensibilidad hacia la protección del medio ambiente», no hayan contemplado la canalización de las fecales. Yerai, uno de los residentes directamente afectados, explica que no es un problema nuevo. Este joven tiene una lonja en la parte baja de un edificio de la zona y lleva años sufriendo el problema de las inundaciones. Fue uno de los primeros en darse cuenta de que la obra avanzaba, pero las tuberías de aguas residuales seguían ahí. Tiene claro que es un problema «preocupante» al que debía darse solución de inmediato por razones de salubridad. «Muchos de estos edificios llevan décadas vertiendo sus fecales al río», argumenta.
En este contexto, las explicaciones que ofrecen las administraciones implicadas son distintas, aunque coinciden en la necesidad de dar una solución a este problema. Fuentes autorizadas del Ayuntamiento de Galdakao, que dirige EH Bildu, aseguran que el origen de la controversia se sitúa en la época en la que empezaron las tramitaciones, cuando el consistorio estaba gobernado por el PNV. Fue entonces -dicen- cuando «no se contempló» incluir la canalización de las fecales en la fase 3 del encauzamiento, algo que sí se hizo en las dos fases anteriores de la gran obra del Ibaizabal. En todo caso, los mismos medios insisten en que están trabajando en colaboración con URA para «dar respuesta» a este problema. Lo que no son capaces de precisar es cuándo se pondrá canalizar los desechos.
Dice que la gestión de las fecales es competencia municipal y ha pedido al Consistorio que solucione el problema
Fecales, detergentes, papel higiénico y toallitas siguen cayendo al río Ibaizabal
Por su parte, fuentes oficiales de URA, un organismo que depende del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco y que está dirigido por el partido jeltzale, insisten en que en la margen derecha de la obra se han encontrado con tubos de fecales de pabellones industriales que estaban «abandonados o semiabandonados», que en ese momento no estaban vertiendo. Los mismos medios recalcan que las actuaciones relativas a las fecales no estaban incluidas «en ningún convenio» ni en ningún «proyecto» e insisten en que está actuación es responsabilidad de municipal. A este respecto, el pasado noviembre URA remitió un requerimiento oficial al Ayuntamiento de Galdakao para que proceda a eliminar el vertido y le dio quince días para que explique qué actuaciones va a realizar para acabar con este problema.
Los vecinos tienen claro, por su parte, que la solución a todo esto habría sido mucho más sencilla si se hubiese planificado todo esto con antelación. De momento, lo que tienen claro es que los desechos de los edificios seguirán cayendo al río.
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